LA BROMA, LA SERPIENTE Y LA CARTA

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Harry no estaba teniendo una buena semana.

Y solo los más cercanos a él se daban cuenta, solo esas personas cercanas notaban su ansiedad.

–Harry –susurró Hermione a su lado–, ¿estas bien?

El Trio Dorado, apodado así por su inmensa y leal amistad, se encontraba en el comedor, disfrutando del delicioso desayuno servido. Excepto Harry, que no había tocado nada de su plato, otra vez.

–Si, estoy bien –mintió y sus amigos se dieron cuenta de eso, de nuevo.

–Harry, amigo –comenzó a decir Ron preocupado–, es obvio que no estas bien, no has tocado nada de tu plato desde que llegamos –señaló–. Estas más distraído de lo normal y para más rareza, ni siquiera has molestado al idiota de Malfoy en toda la semana. Y créeme, para que yo me de cuenta, es que tu situación esta jodida.

–¡Ron! –regañó Hermione–. No hables así, Harry tiene algo, si, ya lo sabemos. Pero no tienes porque comportarte así.

–Vamos Herms, ambos estuvimos esperando a que Harry hablará esta semana con nosotros, pero no lo ha hecho. Y cada día esta peor.

–Harry –llamó Hermione ignorando a Ron–. ¿Qué te esta pasando?

Harry hizo una mueca ante todo lo dicho y aunque las palabras de Ron y las preguntas de Hermione fueran directas, tenían razón. No estaba bien.

¿Pero qué podía decirles?

¿La verdad?

Eso no solucionaría nada, al contrario, lo empeoraría, ¿con qué cara volvería a verlos si les decía el motivo de su conducta?, todo se vendría abajo, toda su vida.

–Miren, se que están preocupados –contestó Harry–, pero no tienen que. En serio estoy bien, perfectamente bien. Solo estoy algo preocupado porque no he hecho la tarea de Pociones, y ya saben como se pone el profesor Snape –Harry se levantó en ese momento del comedor y continuó diciendo–. Por eso, mejor me voy a la sala Gryffindor a terminar mis deberes. ¡Nos vemos! –gritó alejándose de ellos rápidamente.

En cuanto Harry salió del comedor, Ron y Hermione voltearon a verse.

–¿Tenemos tarea de pociones? –preguntó confundido Ron.

–No Ron, no tenemos tarea de Pociones –dijo Hermione sacudiendo la cabeza.

–Maldito Harry –murmuró el chico–. ¿Qué esta ocultando?

★★★

Harry huyó.

No quería dar explicaciones.

Sabía que sus amigos estaban preocupados por él, pero aún no tenía el valor de confesar la verdad, no aún.

En vez de dirigirse hacia la dirección que les había dado a sus amigos, se dirigió hacía un lugar en el que no debería estar.

La sala Slytherin.

Ron tenía razón, no había molestado a Malfoy en toda la semana, de hecho, hasta lo había estado evitando. Claro, que eso no significaba que no hubiera estado al pendiente de él...

Si Ron supiera el porque Harry no había molestado a Malfoy, y también el porque lo había estado evitando toda la semana, estaba seguro de que caería desmayado.

¿Qué hizo?

Se pasó toda la semana pensando en la razón de su comportamiento, o mejor dicho, en la persona que influía en su comportamiento.

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