La Capa Invisible

INVISIBLES

–Potter –murmuró Draco saliendo de su desconcierto.

Eso fue suficiente para que Harry se levantara trastabillando e intentara huir. Sin embargo, un jalón en su pie lo hizo volver a caer sobre el pasto.

–Oh no, esta vez no Potter.

Draco lo jalaba del pie impidiendo su escape.

–¡Sueltame!

–En tus sueños.

Harry en desesperación le lanzó la capa a la cara, pero el rubio que se negaba a soltarlo, solo sacudió un poco la cabeza para quitársela de encima.

–¿En serio Potter? –preguntó con la ceja levantada, ahora no solo jalaba su pie, sino toda su pierna.

Y cuando menos lo espero, Draco ya estaba sobre él.

–¡Sueltame!

–No.

La capa invisible que Harry le había lanzado, ahora cubría la mitad de sus cuerpos.

–No, no ahora que al fin te tengo.

Una sonrisa divertida se formo en los labios del rubio. Eso solo puso más nervioso a Harry.

–¡Harry! –un grito a la distancia hizo que ambos chicos se sobresaltaran.

–¡Draco! –otra voz se escucho.

Ambos muchachos voltearon a verse. Harry abrió la boca con intención de gritar y que lo ayuden, pero para su lamento, ya tenía sobre su boca la mano de Draco. Con todas sus fuerzas trato de quitárselo de encima que se sacudiera para quitárselo.

Debía pedir ayuda.

–Quedate quieto –amenazó Draco–. O si no, todo Hogwarts sabrá de esta linda capita.

Harry obedeció mirándolo mal.

–¿Pero que demonios hacen ellas aquí? –susurró Draco molesto.

Ellas, eran Hermione y Pansy, las cuales se acercaban hacía donde ellos estaban.

Sin soltarlo, Draco tomó la capa y la extendió encima de ellos para cubrirlos y desaparecerlos por completo, justo a tiempo, porque las chicas ya habían llegado al árbol.

–¿Dónde están? –preguntó Pansy–. Todos dijeron que ambos venían a esta dirección.

–Tal vez se fueron en dirección al Sauce Boxeador... –contestó Hermione mirando alrededor.

Pansy recargándose en el árbol suspiró–. Creí, por un momento creí que en serio su relación cambiaría.

–Yo igual –contestó Hermione acercándose a ella.

–Después de todo Harry ya sabía lo del diario y Draco le había pedido ser amigos.

–Tranquila, ya verás que las cosas se arreglarán.

–Eso espero Herms.

Ambas chicas algo desilusionadas y cansadas se dirigieron al Sauce Boxeador.

Cuando ya no eran visibles, Draco soltó la boca de Harry y bajando su mirada sorprendida y nerviosa preguntó.

–¿T-Tu leíste mi diario?

Harry se sonrojo.

–B-Bueno, tal vez, p-pero...

Draco rápidamente se alejó de él, quedando sentando a unos centímetro en el pasto.

–¿Qué leíste en el? –preguntó interrumpiendo al castaño.