Este no es mi celular.
Y toda esa semana mi martirio llevaban por nombre: Alejandro Castillo y Nelson Farías. Es que juntos son un fastidio.
—¿Puedes buscarme un vaso de agua? —Ale dijo, señalando el refrigerador sin quitar su mirada del celular.
—Excuse me? — '¿Disculpame?' Estaba barriendo, pero me detuve —¿A mí que me ven? ¿cara de qué? ¿de sirvienta?
—Tranquila, yo te ayudo —Nelson dijo sentado en el mueble.
¿En serio lo había dicho? Que bueno.
—Por fin haces algo bueno —Suspiré aliviada, extendiendo el cepillo —. Gra... —Pero no seguí hablando cuando noté que se acomodaba más en el mueble y subió sus pies a la mesita.
¿Qué?
—Listo. Ahora no estorbo. Sigue. Ya te ayudé —Sonrió.
—No te pases —Rodé los ojos.
Al instante llegó mi tío, con las bolsas de la comida.
—¿Y qué hacen ustedes echados ahí?-
—me miró —¿Y tú estás limpiando sola? —Se acercó y me quitó el cepillo —¡Alejandro Jesús y Nelson Manuel! Párense de esa vaina. Todo el tiempo metidos en el aparato ese y no ayudan en la casa —Les reclamó.Ay.
—Viejo, ahorita ayudo. Ya me estaba parando —Dijo Nelson levantándose, guardando su celular y dirigiéndose a la cocina.
—Me senté un minuto a ver el celular, Después que lavé todos los platos Fernando, calma —Mintió mi primo.
No puedo creerlo aún. Tantas mentiras en pocos días.
¿Qué? si ni siquiera movieron un dedo. Sólo me estaban viendo y mandando para hacer las cosas yo; que bellos este par de flojos. Nótese el gran sarcasmo.
—¿Seguros? —Preguntó, mirándolos con sus ojos entrecerrados. Ellos asintieron —¿Eso es verdad Andri? Me miró mi tío, ésta vez siendo yo la interrogada.
No puede ser.
—What's? —'¿Qué?' Alcé mis manos —Yo no sé nada tío. Estuve muy concentrada haciendo mis cosas y limpiando lo que me tocaba que no los ví. Gran rapidez la de ellos.
—Los quiero ver haciendo vainas aquí. Ya les dije —Les advirtió y salió.
Creo que en ese momento bajó fue al negocio, igual no le pregunté.
Ví como los chicos volvieron a sentarse.
No los soportaba.
El celular de Ale sonó, creo que un mensaje le llegó en ese preciso instante.—¡Se prendió! —Dió un grito con emoción —Gabo me acaba de escribir, para ir a la rumba que hay en la playa más tarde.
—Cierto. Eso me dijo mi primo anoche. Se me olvidó decirte, mano —Dijo Nelson —¿Vamos o qué?
Los miraba esperando que hicieran algo bueno, pero no. Sólo estaban hablando de la fucking fiesta.
—Si eres pato. Claro que sí.
—Mañana empiezan las clases —Dije y los dos me miraron.

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Inalcanzable
Teen FictionAndri Castillo desde su infancia ha estado perdidamente enamorada de Nelson, el mejor amigo de su primo-hermano. Un amor puro e inocente que con el pasar de los años y la distancia, no dejaba de crecer. Luego de vivir más de 7 años en Estados Unidos...