Capítulo 5.

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Uno casi me secuestra y el otro me provoca...

Seguí en llamada, y era algo muy loco porque tenía un miedo de hablar.

Aló, ¿Estás alguien ahí? —Continuó Nelson, algo irritado porque yo no terminaba de responder.

Sólo colgué.

Y me quedé como una retrasada mental, mirando fijo el celular en el mesón. Volvió a sonar y esa vez era un tal: 'Horatio Caine chimbo😎" Recordé el nombre... ¿Ese no es el tipo de la serie Csi: Miami? Ya saben, el de los lentes oscuros...

El sonido frustrante del celular de Víctor me sacó de mis pensamientos, miré la llamada y no respondí.

Así que luego que colgó, empezaron a entrar mensajes y más mensajes de un tal: 'Bombona de Gas🤘'

¿Que obsesión de Víctor en esa época con los apodos raros?

Los mensajes decían:

-Fernando, es Víctor, mi celular por favor.
-Lo dejé en tu casa, bájalo.
-Y ven a buscar uno aquí que me traje sin querer, no sé de quién vergas es. Pero tiene un poco de imagenes de un tipo raro sin camisa.
-Dale rápidooo!!!

¿Cómo que "tipo raro"? Que falta de respeto vale. Si es nada más y nada menos que el poderoso de Lynch.

Llegó otro mensaje:
-Estoy en la entrda de la llanada, al lado del puestico de perros calientes.
-Dale rápido, porque voy a terminar vendiendo este aparato para comprarme un combo de 2x1.

Shit.

Tomé el celular, las llaves y salí de la casa como una loca. Corrí por las escaleras -No sé como no me caí- y llegué a la entrada de la residencia.

Terminé saliendo lomas abajo, corriendo como si estuviera en un maratón o como si unos perros Pitbull me estuvieran persiguiendo.

¡Estaba loca, definitivamente! ¿Quién en su sano juicio baja por la llanada sola y de noche? Andri, nada más. Una Andri a los quince.

Recuerdo que eran casi las 10:00 pm y yo por esas curvas, corriendo. Además que ni un foco había en ese entonces en esos postes. Ah, no, miento, si había uno, pero lejos de donde yo venía. El punto es que sí había. Tampoco voy a funar a la llanada así de feo.

Parecía perrito, corriendo en circulos, la residencia si tiene curvas. No las extraño, la verdad. Yo me mareaba, caminando o en auto.

—Bueno, Andri, si no te terminan violando... Te terminas quedando sin dientes —Me dije a mí misma, algo agitada.

Llegué a la entrada y por ahí no se veía nadie, bueno, el puesto de los Hot dog's si estaba, habían personas comiendo y carros pasando por la carretera, pero el Víctor, no.

El celular sonó y vibró en el bolsillo de mi suéter, lo saqué y ví que era el mismo contacto de donde el chico envió los mensajes. Respondí, era él, estaba segura que sí. Así que no había nada que perder.

—Aló...

—Aló, ¿Fernando? —Rió —¿Qué mierda le pasó a tu voz?

—No es Fernando —Dije mirando a los lados algo avergonzada —. Es... La chica que estaba comiendo en el mesón de la cocina. Tengo tu celular y tú... Te llevaste el mío.

Ah, okei. Me tuve que imaginar que era tuyo —Rió —, Porque del viejo no, ¿te imaginas mano? Fernando con fotos así de tipos, ah no vale —Habló con alguien y se escucharon risas además de la suya.

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