вeιɴɢ loved | Kαтѕυĸι Bαĸυɢoυ

Dos.

¿Acaso me había quedado dormido, o realmente Katsuki Bakugo me estaba besando?

MUCHAS PREGUNTAS, POCAS RESPUESTAS.

Sus labios eran delicados, lo opuesto de lo que creería. Sus movimientos con perspicacia, intrusiva la manera en que me tomaba de la cintura y su aliento leve entrando a mis fosas nasales, una completa letanía que me dejaria adicto.

Poco a poco fuí ganando la confianza de tomar su rostro entre mis manos. Sus mejillas estaban calientes, y mis manos casi cubrían cada una de ellas.

Pasados unos segundos de degustación, separó sus labios, y aún ambos con los ojos cerrados, nos quedamos pecados, juntando nuestras narices e inhalando la respiración cálida de cada uno.

- Por qué... - suspiré abriendo los ojos. - ¿Por qué hiciste eso?

- ...

No dijo nada.
Sé que sonaría como una pregunta estúpida, la intención de ésta era puramente que me dijera qué sentía.

- Pensé que.. Pensé que tú también querías hacerlo.

Bueno, claro que quería pero esa respuesta no me dice mucho.

- Jamás dije que yo no quisiera, Kats..

- Entonces por qué me haces esa consulta, creí que eso lo había dejado claro... - suspiró. - Me vas a hacer decirlo ¿Verdad?

Asentí. El pelirubio suspiró de nuevo, ahora más pesado, y se quedó pensando algunas palabras por decir. Hacia ademánes de querer hablar, aunque parecía arrepentirse al instante.
Me avergonzaba mirarle, así que solamente dejé mi visión entre sus labios y su cuello.

- Mierda, me la haces tan difícil

- Es.. una medida de precaución supongo - Lo miré por fin. - Si no puedes decirme qué es lo que sientes, debe dejar eso claro algo.

- ¡Bien! - elevó un poco la voz, se frustra con facilidad, así se ve lindo. - Me gustas, me atraes, te quiero besar, causas que quiera... No sé, muchas cosas.

Sonrojado miró hacia otra dirección, awww.

- No me importa si es que no te gusto. Me disculpo, o como sea por haberte besado sin permiso. Quería ver si sabías besar . - Excusó.

- Ay ajá.

- ¡Es la verdad! - reí. - Deja de reír maldita sea, deja de burlarte de mi, ¡Nadie se burla de...

Tomé de nuevo su cara apretándola, su piel era elástica, se la cuida poniéndose muchos productos yo lo sé.

- Ya cállate.

Con una sonrisa cómplice, volví a besarle como el lo había hecho con anterioridad. Esperaba que me empujara o se alejara de mí al tomarle desprevenido. Yo tenía ventaja, ya que ambos sabíamos que era mismamente lo que él había hecho.

- También me gustas, Katsuki. Me gustas desde hace tiempo.

- ¿Y por qué esperaste a qué yo tomara la iniciativa, idiota?

- Porque eres difícil de leer.

- No soy un maldito libro.

- ES UNA EXPRESIÓN BAKUGO.

- PUES DEJA CLARAS LAS COSAS TONTO.

Reí. Solo el sabía hacerme reír así.
Lo abracé colmado de felicidad, me dió luz verde acariciando mi espalda con su mano.