Trece.

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- Te digo que tú abuelo está muriendo, ¿Y lo primero que haces es traer a tu noviecito?

- Oh, lo siento, no creí que ahora estaba mal también tener a alguien que te apoye. - Mencioné la ironía.

- Ah, en ese caso, debe estar bien para ti pelearte con tu prima reprochandole tantas cosas frente a todos. - Bufé. - Tu sabes que no había necesidad.

- Yo no me peleé con ella, Que no soporte la realidad de las cosas NO es mi culpa

- ¡Basta, basta ya! - Interrumpió mi madre.

- Ustedes dos saben que el único motivo por el que estoy aquí, es porque alguien está muriendo. - Puntualicé. - No me interesa estar en un lugar donde no soy bienvenido.

- Mi niña..

- ¡Deja de llamarme así de una vez!

- ¡Es tu madre! No puedes cambiar eso

- ¡CUÁNDO ENTENDERÁS QUE NO QUIERO CAMBIAR EL QUE SON MIS PADRES! SIMPLEMENTE NO QUIERO QUE ME LLAMEN ALGO QUE NO SOY.

Desgarre mi garganta al gritar, ellos pudieron notarlo, por lo que no dijeron palabra más.
Sería más sencillo volver a mis casillas si fueran capaces de comprender lo único que les he suplicado en mi vida.

- Lamento que tengas que ver esto Katsuki. Veré a mi abuelo para que podamos irnos de una vez.

- Como si fuera un compromiso el lecho de su muerte. - Mi padre susurró.

- No, no es un compromiso. Sus últimos instantes no son para nada algo que me moleste, estar aquí sí lo es. Vámonos.

Guíe a Katsuki por el pasillo que conectaba la cocina con la demás casa.

- Lo siento, lo siento en serio. No quería que vinieras para tener que soportar toda esta basura, Kats. - Lo abracé en cuanto subimos las escaleras.

- Sabes bien que no soy imbécil, están a la defensiva contigo, cualquier cosa que digas será algo malo para ellos. Ahora, respira.

- Sí, tienes razón...

Tallé mis ojos con la intención de no lagrimear, y comencé a caminar por el pasillo con la nostalgia de ver aquellas fotos, aquellos muebles, aquellos que tenían marcados tantos juegos con los que alguna vez jugué.

Entonces llegué, paré en la puerta de su habitación.

- ¿Quieres entrar conmigo?

- No sé si sea lo más adecuado. Tu entra, aquí esperaré.

- De acuerdo..

Me acerqué a Katsuki dándole un pequeño beso, correspondió dándome ánimos.
Giré sobre mis talones y toqué con suavidad la puerta anunciando que pasaría.

- Hola.. - Hablé dulcemente buscando no tomarlo por sorpresa. - Abuelo, soy yo, Akira...

Me acerqué.

- ¡Mi nieto!

Noté el cansancio en sus palabras, mi ser se estrujó viéndolo esforzarse tanto, arrastrando las palabras.
Intentó levantarse de la cama para sentarse, aunque simplemente logró recargarse en las almohadas por lo que lo detuve.

- Abuelo, te extrañé tanto...

No me contuve más y veía ahora borroso por la cantidad de agua en mis ojos.

вeιɴɢ loved | Kαтѕυĸι BαĸυɢoυDonde viven las historias. Descúbrelo ahora