вeιɴɢ loved | Kαтѕυĸι Bαĸυɢoυ

Cuatro.

- ¿Un bebé? - Dije atónito.

- ¿POR QUÉ DEBEMOS CUIDAR UN MALDITO BEBÉ? - Recriminó Bakugo.

- Una vez cuidé un huevo simulando que era un bebé para un trabajo escolar... No terminó muy bonito...

- A los demás idiotas les dieron tareas buenas ¡Como proteger un banco o ver cómo trabajan los héroes! ¿Por qué a nosotros nos toca cuidar un monstruo?

- Pensé que habías dicho que eran capaces de todo, Bakugo. - Aseguró el profesor Aizawa.

- ¡Y lo soy! - Le miré. - Somos, como sea.

- Además de la responsabilidad, ¿Cuál es la enseñanza que nos dejara esto? - Cuestioné. - ¿Usar métodos anticonceptivos?

- Miren, creí que ustedes serían aptos para esta misión.

- ¿Nosotros? - Crucé mis brazos sin creerle. - La mejor opción, nosotros, don impaciente y don descuidado. - Elevé una ceja.

- Bueno, también tuvo que ver el que fueran los únicos que no tuvieron una misión en específico y que no hubiera nadie más que cuidara del bebé.

- Fantástico, haremos de jodidos niñeros. - Katsuki hizo berrinche.

- Está la opción de decir que no quieren, claro aunque eso conlleva perder diez puntos..

- Ya entendimos Aizawa sensei, cuidaremos al bebé.

- Sabía que aceptarían. - Me entregó una maleta muy pesada.

- ¡Ay!

- Esas son las cosas que necesitan para cuidarlo, hay muchos pañales, fórmula, chupones, y algunos juguetes.

- Que emocionante. - Bromeó con MUCHÍSIMO sarcasmo el rubio.

- Toma creo que esto te lo tenían que dar a ti. - Le entregué la mochila a Katsuki y este se quejó.

- Y aquí está el pequeño. Su nombre es Natsuki.

No sé de dónde, pero Aizawa ya tenía en sus brazos al bebé, era un pequeño y algo regordete niño de no más de un año de edad.
Era sumamente lindo, claro, siempre son lindos por un rato, pero cuando lo tienes todos los días, noches y te lloran a cada rato, ya no es tan lindo.

Sin embargo, este parecía ser un bebito tranquilo, algo tímido por la forma en la que nos veía. Además de tener una expresión de preocupación, aunque sospecho que así es su rostro.

- Aww, pero que adorable eres...

Me acerqué a verlo un poco, este al mírarme detenidamente por unos segundos sintió confianza y elevó sus bracitos en señal de que lo cargará.

Accedí a tal gesto.

No quería tener hijos, al menos no en un futuro próximo. Por lo que la idea no me rondaba mucho, así que, tener a un bebé tan adorable y calmado en mis brazos, me hizo sentir completamente extraño.

- Ahora, deben saber que sin importar qué, deben estar con el bebé. Pueden salir, en cuanto no sea a lugares demasiado lejanos o sin autorización. Ya que sus habitaciones son muy cercanas podrán cuidarlo por las noches.

- Y ¿Qué se supone que quiere que hagamos si llora?

- Calmarlo, eso se le hace a los bebés.