~ SIETE ~

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Abre sus ojos verdes, centrándose en la nada aún era temprano y oscuro, suspirando alarga su brazo al otro lado de la cama, sintiéndolo vació y frío. Agradece que el olor a coco y vainilla del omega siga en su almohada después de una semana, aspira fuertemente para preparase y de una vez comenzar su día, era día de clases y debía asistir a pesar de que no quisiera.

Prepara su desayuno en silencio, sin la pequeña voz a sus espaldas preguntándole cosas innecesarias y sin sentido, tampoco hay suaves murmuro de canciones de adolescentes, ni mucho menos caricias inconscientes en estómagos hinchados, se había acostumbrado a tener al omega castaño cerca, aunque le costara aceptarlo.

Empaca todo lo necesario para el día y lo mete en su mochila, para después asearse y vestirse con unos pantalones ceñidos, un suéter ligero y las botas que siempre usaba. Camina hasta la escuela ya que nunca tomaba el autobús ya que encontraba que era un desperdicio de dinero y realmente no lo necesitaba. Llega temprano como siempre, pero tiene suerte de que Earth también estuviera allí, sentado en su lugar habitual dentro del salón, cuando el más pequeño lo ve entrar le sonríe.

- Buenos días Boun. – dice Earth, siempre con una sonrisa en su rostro, el rubio se preguntaba si no se cansaba de hacerlo.

- Hola, Earth. – el rubio saluda en respuesta, revolviendo el cabello de éste, para sentarse a su lado.

El pequeño beta bufa, ante las acciones del más alto.

- Odio que hagas eso. – comenta el pequeño hinchando sus mejillas.

- Lo sé. – responde Boun, mientras le regala una sincera sonrisa.

- Y... ¿Has hablado con Prem? – pregunta Earth algo dudoso ante como pudiera reaccionar su amigo.

La sonrisa del rubio decae y hace una mueca, negando con la cabeza, de verdad quería hablar con el omega pero no se le había dado la oportunidad.

- No, no he podido, todo el tiempo esta acompañado. – dice éste, tratando de quitarle importancia.

- Deberías intentarlo, Pres es un chico muy bueno y apuesto que te escuchará. – Dice Earth sin entender porque su amigo era tan cabezota.

- Aún pudiera hablarle ¿Qué le diría? – El rubio se lo preguntaba desde que Prem se había ido de su departamento con su padre.

- Podrías empezar por disculparte. – sentenció el amigo del rubio. – Deberías tratarlo con cuidado, es un omega embarazado y siente las cosas de forma amplificada. – El rubio lo sabía, pero aún así no lograba hacerlo. – Además hoy debes hablarle si o si ¿Para cuando está programada la cita?

- Hoy. – respondió el rubio simplemente.

- Entonces, ¿Qué estas esperando? –



(...)


Ya era la hora del receso y el rubio sale caminando con su mochila en el hombro y su desayuno en la mano. Entró a la cafetería, los omegas del lugar voltearon a verlo, le sonreían y saludaban de manera coqueta y el como siempre los y las ignoraba. Mira por sobre todas las cabezas buscando una especial lacia y castaña cabellera. Oye una risa no muy lejos está en una mesa con Pavel su primo y otra alfa, a la cual no le sabía el nombre, pero sabía de antemano que la alfa era la mejor amiga de su primo ya que había asistido varias veces a las fiestas familiares.

Quería ir y alejar al omega de ellos dos y gritarles a la cara que no volvieran a hablarle nunca más, pero con todas sus fuerzas se calma, ya que necesitaba hacer las cosas bien y hablar con Prem. Así que de forma vacilante camina hasta la mesa donde estaba ubicado el omega castaño, quedándose parado a un lado del castaño, su risa para y aclara su garganta poniéndose de forma inmediata serio.

Ven aquí, y ámame (BounPrem)~ OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora