La Madre De Mirabel || Encanto AU

Cap 8: Encuentro

-¿Tu- tu, tu madre?

-Eh si- aunque no me creyó Camilo se convirtió de manera inconsciente en Verónica solo con escuchar el nombre, eso hizo que Diana se diera cuenta de que si era hija de Verónica- No hace mucho descubrí que mis padres no eran mis padres, así que me dispuse a encontrar a mi familia.

-Pero Verónica no tiene familia y mucho menos una hija; desde que llegó hace 11 años hemos estado juntas y nunca ha dicho algo acerca de su pasado y oh... ya me di cuenta- se rasco la cabeza con la mente pensativa, no sabía en qué estaba pensando pero seguro era importante.

-¿Crees que podrías ayudarnos?

-¿En encontrar al señor o a tu madre? Se más específica. Yo sé dónde está tu madre, vivo con ella, pero tardaría un poco en encontrar al señor que me dices. ¿Porque se separaron?

-Porque unos hombres, guiados por un tal "André" lo atraparon y nos querían a nosotros así que huimos de ahí y-

-Espera ¿André?- exclamó sorprendida- Ese hombre es el más peligroso que conozco; siempre está buscando problemas, cuando alguien le hace algo el hace lo imposible por encontrarlo y después asesinarlo, ¿qué fue lo que le hizo el señor que los acompañaba para buscarse tales líos?

-Pues nos comentó que quienes lo persiguen creen que les ha robado algo. Pero el no tiene nada de valor, además el es alguien que no le robaría a nadie.

-Entonces es algún tipo robo inmaterial. Si el señor no tiene nada y aún así lo están persiguiendo es porque tiene algún tipo de información que ellos quieren.

-¿Y que información tendría el?

-No lo sé, sería cuestión de preguntar. Pero yo preferiría ir primero con Verónica, ella tiene mucho que explicar...

Mientras que Diana nos guiaba a través del pueblo, varias personas nos miraban de lejos amenazantes. Me sentía abrumada con tantas miradas y agache mi cabeza sin ver el camino solo prestándole atención a mis pensamientos ~¿Y si saben algo? ¿Que tal si aún nos quieren capturar? ¿Querrán a Camilo por lo que vieron? ¿Cómo estará el señor Simon?~ y sin darme cuenta ya habíamos llegado.

-Aqui está Verónica- nos dió paso para entrar y era un lugar muy chico, con un sillón medio largo, una pequeña cocina y una mesa, no se veía el baño pero había una puerta a lado de donde entramos, así que supuse que ahí era el baño- ella y yo vivimos juntas aquí desde que tengo cinco años. Si les soy honesta ella nunca habla de su pasado, jamás dice una palabra de lo que era antes lo que se me hacía muy raro porque es muy parlanchina.

-Igual que el tío Bruno- rodo los ojos camilo.

-¿"Tío Bruno"? ¿Quien es? Se me hace conocido el nombre.

-Es nuestro tío materno, desde que volvió con nosotros nunca deja de hablar, ya sea de sus novelas, con sus ratas o de alguna comida. El y yo siempre nos peleamos por las arepas de mi tía Julieta, es divertido pero también un poco estresante- comento Camilo.

-Vaya, que interesante. Bueno dejen llamo a Vero- se subió justo en el sillón y con las manos posicionadas en su boca grito fuerte y claro- ¡Verónica baja a comer patatas rellenas!

-¡Ya voy!- se oyó desde arriba, la voz era suave y linda, como un cariño que te abrazaba al oírla. Por dónde creí que era el baño salió Verónica, bajaba rápidamente de unas escalera escondidas y con la mirada apenas subiendo mostró un rostro muy sorprendido con la piel más pálida que la de una perla- ¿Mi-Mirabel?- pronunció con la voz entrecortada, sus ojos cristalinos comenzaban a reflejar lágrimas a nada de salir, o más bien, esas lágrimas eran mías.