CAPITULO 4

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Abro la puerta y llegamos al portal de nuestra nueva casa. A la derecha tiene las escaleras que suben a los pisos, aunque también hay un ascensor en el centro del portal. Por último a la izquierda hay una pequeña garita en la que hay un conserje.

-Buenos días señoritas, me llamo James, ¿puedo ayudarlas?- dice saliendo a nuestro encuentro el conserje, un hombre mayor con una cara muy simpática y una gran sonrisa

-Buenos días- saludamos- me llamo Ali y estas son Carol y Lucía- nos presento- acabamos de llegar, somos las nuevas inquilinas del dúplex del ático- le informo

-Oh encantado de conoceros, ya me informaron de que tendríamos nuevos vecinos, pero no me comentaron que serían unas jovencitas tan guapas- se ríe amistosamente- ya veréis como os encanta el edificio, son todos muy agradables- nos dice- Bueno, menos la señora Sanders- dice hablando bajito y acercándose a nosotras mientras se asegura de que no nos oiga nadie- es una bruja, vive sola con su gato y es insoportable- nosotras nos reímos

-Gracias por la información entonces, haremos lo posible por evitarla- dice Lucía

-Espero que os vaya bien la instalación en el nuevo piso, cualquier cosa, ya sabéis donde estoy- se despide

-Que hombre más majo- dice Carol mientras andamos hacia el ascensor- ojalá todos sean así

Llamo al ascensor y a los pocos segundos está aquí, las puertas se abren y no me da tiempo a apartarme cuando un chico por poco me tira al suelo

-Perdona perdona- dice agarrándome para que no me caiga

-Tranquilo- digo enderezándome

Ante nosotras se encuentra un chico de unos 20 años, guapísimo a decir verdad, todo un inglés, ojazos azules, pelo corto castaño claro, alto, nos saca casi una cabeza a cada una. Va vestido de deporte, pantalón corto y camiseta de tirantes, lo que nos deja ver sus definidos músculos.

-Disculpa de verdad, voy con prisa y no os había visto- nos dice- me llamo Eddie, un placer- se presenta sonriendo, y madre mía que sonrisa

-Ali- me presento yo y Carol y Lucía hacen lo mismo

-¿Nuevas vecinas?- nos pregunta señalando nuestras maletas

-Si, nos mudamos al ático- le informa Carol

-Entonces soy vuestro vecino de abajo- dice él

-Mira que bien, ya conocemos a alguien- dice Lucía y él se ríe

-Bueno chicas, me ha encantado conoceros, supongo que nos veremos más por aquí, ahora si me disculpáis, me voy a correr un rato, suerte con la mudanza- se despide saliendo por la puerta del portal

-Me he enamorado- dice Lucía entrando en el ascensor

-Tú te enamoras todos los días- me río yo- tienes un nuevo amor platónico mínimo cada día

-¿Pero tú le has visto?- se queja ella

-Que chico más guapo- dice Carol- si parecía sacado de un cuento

-¿Habéis visto sus ojos? Que ojos tan increíbles- digo yo

-Siempre te fijas en los ojos- ríe Lucía y es verdad, es lo primero que miro, los ojos dicen muchísimo de una persona.

-Y la sonrisa- dice Carol

-La sonrisa- dice Lucía sonriendo embobada

-Y además era un encanto- añado yo

-¿Sería demasiada suerte si fueran trillizos? Uno de esos para cada una- ríe Lucía

El ascensor se abre en el último piso. Llegamos a un rellano en el que está la puerta a nuestro dúplex, solo hay uno por planta, la puerta de la casa está a la izquierda, a la derecha están las escaleras y de frente hay una pequeña puerta cerrada que no sabemos a donde llevará.

Abro la puerta de casa, es hora de descubrir nuestra casa.

Nada mas abrir nos encontramos un recibidor, a la derecha una pequeña encimera blanca, donde dejo las llaves, y un espejo cuadrado, y a la izquierda un perchero donde dejamos las chaquetitas que llevábamos en la mano. Dejamos las maletas y los bolsos, nos descalzamos y vamos a ver que más encontramos en la casa.

En ese recibidor, a continuación de la encimera hay un pequeño baño. Y a la izquierda otra puerta mas grande que lleva a la cocina, la cocina es preciosa, es blanca con los electrodomésticos en aluminio, tiene una pequeña isla en el centro con cuatros banquetas altas en uno de los lados y luego una encimera empotrada en la pared que pilla de frente mirando desde la puerta y donde está el fregadero, la vitrocerámica y varios armaritos y cajones. En la izquierda, mirando desde la puerta de la cocina, hay una puerta de cristal que lleva a un pequeño lavandero donde está la lavadora y las cosas de limpieza y a la derecha hay una puerta que comunica con el salón.

Pasamos al salón, el cual es bastante amplio y también tiene una puerta corredera que comunica al recibidor. En la pared que nos pilla de frente hay unas grandes ventanas con unas vistas impresionantes, en la izquierda están los dos sofás y un par de sillones, sobre una alfombra, una mesita en el centro de ellos y un mueble en el que está la televisión en el centro y luego tiene cajones y estantes vacíos para que podamos decorar a nuestro gusto. En la derecha tenemos una mesa con sillas alrededor. También en la derecha hay una puerta que va a otro baño y al fondo están las escaleras que suben hacía la derecha.

Subimos a la planta de arriba, allí hay un recibidor rectangular en el que hay cinco puertas, una en el lado por el que llegan las escaleras, dos en la pared de enfrente y dos en la pared de la derecha. En la pared de la izquierda, por la que están las escaleras, está el baño grande, en el que pedimos cuando lo compramos que nos pusieran una encimera con tres lavabos y un gran espejo y luego ya el resto del baño es al igual que los otros dos, solo que con mas espacio. En las tres puertas siguientes están nuestras habitaciones, la primera y la más cercana al baño es la de Carol, la siguiente la de Lucía y la que queda y que es la que está en la pared de la derecha, es la mía.

Las tres habitaciones son mas o menos iguales, cuando entras, mirando desde la puerta, en la pared de la izquierda está la cama, que es doble, con el cabecero pegando a la pared y hueco a ambos lados de la cama, en la pared donde está la puerta, el armario empotrado, no muy grande, justo en frente de la puerta, pegada a la pared está la encimera con una silla de escritorio, a la derecha una estantería con varios estantes vacíos, a los pies de la cama hay una alfombra que cubre el suelo hasta la estantería y también llega a la encimera y por último, en la pared encima de la encimera está la ventana, son habitaciones no muy grandes, un tamaño normalito, perfecto para cada una.

Por último, en la última puerta, que está al lado de la mía, una de las habitaciones favoritas de las tres, el vestidor. Toda la sala está llena de puertas de espejo, al abrirlas hay muchísimas estanterías, cajones y barras con perchas, es increíble. Tiene una parte del armario solo para poner los zapatos, otra para accesorios y bolsos y el resto para toda la ropa. Nos ponemos a bailar por el espacio que hay en el medio de la habitación, emocionadas de ver lo bonito que es, estamos deseando rellenarlo. Tenemos la suerte de usar la misma talla de zapatos y de ropa, cierto que algunas cosas tenemos estilos diferentes así que cada una tiene ropa que no solo usa ella, pero tenemos muchísima ropa que compartimos y así compramos menos cosas, es perfecto.

A pesar de todas las habitaciones y parte de la casa, no es una casa grande, es normal, por lo que es de lo más acogedor.

-Adoro nuestra casa- dice Lucía

-Que bien sienta oír "nuestra casa"- ríe Carol

-Y que lo digas- le contesto- ¿Deshacemos las maletas?

Our Time Is HereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora