CAPÍTULO 23

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Llegamos a casa y cuando vamos a entrar en el ascensor sale un hombre trajeado que nos empuja de mala manera para salir y me fijo que es el padre de Eddie, "Mierda" pienso.

En cuanto llego a casa y nos ponemos las tres cómodas con nuestros pijamas decido llamar a Eddie porque algo me dice que la visita de su padre no ha debido dejarle de buen humor.

Marco su número, un tono, dos tonos, tres tonos...

-Ali...-se oye que dice con voz entrecortada haciendo que me tense preocupada

-Eddie, ¿estás bien?- pregunto- he visto a tu padre salir del portal

-¿Puedo subir a vuestra casa?- me ruega- necesito alguien con quien desahogarme

-No tienes ni que pedirlo, sube- le digo

Cuelgo y les cuento a las chicas la conversación que acabo de tener con Eddie y lo poco que sé, que no tienen una buena relación él y su padre.

Ni dos minutos después suena el timbre y voy a abrir.

Cuando abro me encuentro a un Eddie que me rompe el corazón, tiene el pelo revuelto y los ojos rojos, ha estado llorando. Cierra la puerta tras él y no le dejo dar ni un paso y le abrazo, me corresponde al abrazo apretándome fuerte y noto como empieza a llorar en mi hombro, las chicas vienen corriendo y se unen al abrazo. Nos quedamos allí un rato, en un abrazo intentando reconfortarle y dejandole soltar todas las lágrimas que necesita.

Cuando se calma le llevamos al sofá y nos sentamos las tres a su al rededor, esperando a que esté preparado para hablar.

-Es mi padre, nuestra relación no es nada buena- empieza- nada buena- recalca- lo que os voy a contar no lo sabe nadie, tengo prohibido contarlo pero necesito soltarlo o acabaré por volverme loco

-Lo que nos digas no va a salir de aquí- le aseguramos

-A ver- toma aire antes de comenzar- mi padre es un importante empresario, dirige gran parte de las grandes empresas a nivel mundial, tiene contactos en todas partes, es un pez gordo de todo ese mundo y le sale el dinero por las orejas, mi infancia consistió en ver a mi padre poco porque siempre estaba trabajando y en ir a cenas y fiestas aburridas de gente de la élite de Londres o tener a gente importante cenando en mi casa, por lo que siempre tenía que ser el niño ejemplar. Por suerte mi madre siempre me dejaba ser un niño cuando mi padre no estaba presente- continúa- los problemas llegaron cuando yo tenía doce años, mi madre se quedó embarazada. Hasta ahí bien, iba a ser una niña, mi madre y yo estábamos muy ilusionados, mi padre no tanto, los niños nunca le han gustado mucho, pero como os digo el problema llegó después. Cuando nació, los primeros tres años fueron bien, era una niña perfectamente sana y preciosa y era mi princesa, pero entonces a los tres años cayó enferma, le detectaron una enfermedad rara, crónica, que le obliga a vivir casi permanentemente en un hospital, conectada a cables y tubos que la medican para que tenga fuerzas para continuar- en este punto de la historia necesita parar y respirar hondo

-¿Quieres parar?- le pregunto poniendo una mano sobre su hombro pero él niega con la cabeza y continúa

-Fue un mazazo para la familia, en realidad lo fue para mi madre y para mi, para mi padre lo consideró como una vergüenza para la familia. Su familia tenía que ser la familia perfecta y no podía permitir que la enfermedad de mi hermana lo estropease. Así que dijo a todo el mundo que mi hermana había muerto, incluso hizo un funeral falso al que nos hizo acudir a nosotros y a todos los de su círculo- escupe estas últimas palabras con asco- Desde entonces el odio por mi padre empezó a crecer pero no podía decir o hacer nada, el tratamiento de mi hermana es caro, muy caro, por suerte mi padre no tiene problemas para pagarlo, el problema es que nos tiene controlados a mi madre y a mi con eso, la vida de mi hermana depende de ese gilipollas- se nota el odio en cada palabra que suelta- la enfermedad me unió a mi hermana aún más, he estado a su lado siempre desde que era pequeña, pasando noches con ella en el hospital, viéndola crecer en su habitación de hospital, o cuando iba a casa y mi padre la escondía en su cuarto, distrayendola para que no le fuese tan duro tener que fingir que no está allí porque se supone que no existe... mi hermana es lo que más quiero en esta vida- nos dice y las tres tenemos lágrimas en los ojos escuchando su historia pero no queremos interrumpirle- el siguiente problema llegó cuando cumplí los diecisiete y me tocó elegir carrera. Mi vocación siempre había sido la enfermería y se intensificó aún más al pasar tanto tiempo en el hospital con mi hermana, pero claro, mi padre no podía permitir que su hijo fuese enfermero, yo tenía que ser un hombre de negocios cómo él y sumergirme en ese mundo que yo tanto odiaba. Este tema hizo que explotase la bronca más gorda que recuerdo en mi familia, planté cara a mi padre, me negaba a estudiar lo que no quería, pero no podía mandarle a la mierda y largarme, me tiene atado por mi hermana. No se cómo pero al final entre mi madre y yo conseguimos llegar a un trato con él, me deja estudiar enfermería pero vivo fuera de casa porque ha dicho a todo el mundo que estoy en un internado en el extranjero estudiando para ser un gran empresario. En verdad eso me gusta porque no soportaba vivir en esa casa, ¿lo malo? que cuando acabe la carrera no voy a poder ejercer de enfermero, sino que tendré que entrar en sus empresas y ser su vicepresidente, si no lo cumplo él deja de pagar el tratamiento de mi hermana-

Cada vez me duele más escucharle y aprieto su mano para darle ánimos a continuar.

-Me duele cada vez que lo pienso, pero aún así prefiero disfrutar de esto por el momento y cuando acabe la carrera en año y medio ya veré cómo lo hago...porque aunque decidiese empezar a trabajar y ganar yo el dinero para mi hermana, lo primero es que no me llegaría el dinero y lo segundo es que tiene tantos contactos en tantos sitios que si él quiere es capaz de hacer que no me contrate ni un solo hospital o clínica- Sigue- y una vez puestos en situación os cuento la razón de lo que me ha pasado esta mañana- nos dice- temo siempre que viene a verme porque se que es para algún chantaje, pero esta vez el chantaje es demasiado- dice meneando la cabeza- en el mundo de la élite de los negocios hay otro gran pez gordo a parte de él, que es dueño de la otra mitad de las empresas, ese hombre tiene una hija de nuestra edad- dice y nosotras nos tapamos la boca con la mano ahogando un grito y prediciendo lo que va a decir- me ha dicho que debo comenzar una relación con ella, enamorarla y casarme con ella. Así las dos grandes empresas se unirán y mi padre tendrá mucho más poder porque no se que as tiene bajo la manga que sabe que hacer para que una vez me case con ella poder quitarle las empresas a su padre, eso no me lo ha querido explicar cómo lo va a hacer- dice encogiendose de hombros- El caso, que no le vale con manejar mi vida en casi todos los aspectos, ahora también va a controlar mi vida amorosa- dice exasperado- Estoy harto, es una locura, no entiendo como un hombre puede hacer todo esto a su propia familia, ¡No puedo más!- dice medio gritando y unas lágrimas silenciosas vuelven a caer por sus mejillas.

Volvemos a abrazarle, es increíble todo lo que nos ha contado, no se cómo puede vivir con eso día tras día y en ese abrazo las tres le transmitimos sin palabras que vamos a estar a su lado en todo lo que necesite.

Pasamos el resto de la mañana hablando un poco más del tema y nos cuenta mas detalles. Nos habla de su hermana, que ya tiene ocho añitos, y sus ojos se iluminan cada vez que habla de ella, se nota que la adora, nos dice que le gustaría presentárnosla un día y nosotras le decimos que nos encantaría. Le invitamos a comer y nos pide que cambiemos de tema para despejarse así que nos pasamos el resto de la tarde de relax tirados los cuatro en el sofá, comiendo palomitas y hablando de estupideces. Al final de la tarde cuando vuelve a su casa conseguimos que lo haga con una sonrisa, cosa que nos alegra a las tres.

Durante la cena las tres hablamos un poco del tema, seguimos alucinando y sabemos que Eddie nos necesita a su lado.

Cuando nos damos las buenas noches y nos metemos en nuestras respectivas habitaciones lo primero que hago antes de irme a dormir es seguir escribiendo en mi word tal y como es costumbre cada día. Luego miro el móvil, no lo he mirado en todo el día y tengo varios mensajes de Liam y en el grupo que tenemos con los chicos así que contesto a las conversaciones.

Hablo un rato con Liam y quedamos en vernos un día esta semana porque dice que si no me va a echar de menos hasta el viernes, "que adorable" pienso y sonrío como una tonta.

Apago el móvil y antes de quedarme dormida llego a dos conclusiones, la primera que no puedo quedarme sin hacer nada después de lo que Eddie me ha contado, tengo que pensar en algo, y dos, me estoy enamorando de Liam hasta las trancas.

Our Time Is HereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora