CAPITULO 3

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-Primero de todo buscamos la puerta de embarque de la que saldrá nuestro avión

-¿A qué hora embarcamos?- pregunta Lucía

-Ni idea, en el billete no lo pone- digo yo mirando la información en los billetes- podemos preguntar a la azafata que hay en la puerta- propongo

-Pido no preguntar- grita rápidamente Lucía

-Ni yo- grito yo también

-Carol, te toca- sentencia Lucía

-¿Por qué yo?- dice ella

-Porque eres la mayor- digo sacándola la lengua

-Voy- dice ella finalmente y Lú y yo chocamos nuestras manos.

Se acerca a la azafata mientras nosotras dos nos sentamos en unas sillas a esperar.

-Aún queda un poco más de una hora para que abran las puertas- dice cuando vuelve

-En ese caso, aprovechemos a dar una vuelta por aquí- dice Lucía levantándose

-¿Starbucks?- pregunto

-Starbucks- responden ellas a la vez y nos ponemos en busca de uno

Encontramos uno muy cerca de nuestra puerta de embarque y tras pedir Carol un frapuccino y Lucía y yo un café, nos sentamos en una de las mesas.

-Que ganas tengo de que llegue el sábado- digo emocionada- seis días faltan solamente

-Uf y yooo- coincide conmigo Lucía

-Que ganas de ver otra vez a los chicos en concierto- dice Carol con la misma emoción

Tenemos entradas para ir el sábado al concierto de One Direction, somos directioners desde que empezaron. Hemos ido al Take me Home Tour y al Where we are Tour y ahora vamos a ir al On the Road Again Tour en el penúltimo concierto que darán de la gira y encima en Londres.

-Oye, nosotras vamos al penúltimo concierto, pero ¿cuándo es el último?- pregunta Lucía

-Pues creo que después de nuestro concierto tienen un par de semanas de vacaciones y luego ya hacen el último también en Londres- contesta Carol

-A lo mejor nos los encontramos un día por la calle y todo- digo yo y las tres nos reímos

-Claaaro que sí- me dice Lú

-Quién sabe- dice Carol- daría lo que fuera por tener una conversación con ellos- y nosotras asentimos de acuerdo con lo que ella dice

-De verdad que no entiendo cómo pueden estar los cinco solteros- dice Lucía tomando un sorbo de café

-Eso es porque aún no nos han conocido a nosotras- digo haciéndolas reír

Me suena el teléfono y tengo un whatsapp de Lucas que me ha enviado una foto de las tres cuando éramos pequeñas, unos 5 añitos, en la piscina con un biquini que nos compraron las madres a la vez y que eran los tres rosas y luego cada una llevaba en la parte de adelante nuestra princesa favorita, Lucía a Ariel, Carol a la Canicienta y yo a Bella; y estamos las tres sacando la lengua a la cámara

"nuestras princesas crecen pero siempre seguirán siendo mis pequeñas" me escribe tras enviar la foto

Observo la foto de las tres. Carol, con esos preciosos ojos verdosos que siempre han llamado la atención de todos, el pelo castaño oscuro liso que en la foto llevaba sobre los hombros pero ahora lleva en una larga melena hasta la mitad de la espalda. Lucía con el mismo pelo castaño rizado de ahora, esos rizos definidos que le han dado el mote de muelles muchas veces y unos ojazos color miel pero con destellos amarillos siempre brillantes mostrando su felicidad. Y yo, con los ojos parecidos a los de mi hermano, grisáceos pero con un tono azulado, un color poco común pero que a mi siempre me ha encantado y un pelo castaño un poco claro y algo ondulado y con las puntas algo más claras debido al sol, al igual que Carol en la foto lo llevaba cortito, pero ahora me he dejado una larga melena. Respecto a altura, al igual que en la foto, somos de la misma estatura las tres, obviamente hemos crecido pero las tres somos más o menos iguales. Y desde pequeñas hemos sido muy menuditas, supongo que porque jamás hemos parado quietas, siempre nos ha gustado hacer deportes, somos puro nervio, en eso si que no hemos cambiado absolutamente nada.

-Jo no puede enviarnos esas cosas- dice Lucía poniendo pucheritos

-Me acuerdo de ese biquini, como nos gustaba- comenta Carol

-Nuestro biquini de princesas - me río al recordarlo- aún lo tengo guardado

Me pongo la foto de perfil, adoro esta foto.

"Pasajeros con destino Londres, por favor acudan a embarcar"-Anuncian por megafonía

-Vamos- dice Carol y nos levantamos

Enseñamos los billetes y pasamos al avión, buscamos nuestros sitios, es un avión grande por lo que las filas son de tres asientos, nosotras estamos por el final del avión.

-Aquí es- digo

-Pido ventanilla- dice Lucía y se sienta corriendo

-Yo prefiero pasillo, que así me puedo levantar mas fácilmente- dice Carol

-Pues paso yo al centro- digo sentándome

Cogemos las cosas que vamos a necesitar para el vuelo y luego Carol pone las mochilas en la parte de arriba.

Después de unos minutos las señales de abrocharse el cinturón se encienden indicándonos que nos preparemos para despegar.

-Ay- suelta un gritito Carol agarrándome la mano rápidamente.

-Después de todas las veces que hemos volado y aún te sigues poniendo nerviosa- se ríe levemente Lucía pero aún así pasa su brazo por delante de mí y le da un apretón tranquilizante en la mano y después se vuelve a colocar bien.

-Tranquila, son solo unos minutos- le digo yo relajándola

Una vez en el aire Carol se relaja y pasamos el vuelo hablando y escuchando música a ratos.

Dos horas y media después nos informan de que en breves aterrizaríamos.

Bajamos del avión y vamos directas a por las maletas.

-Vamos a coger unos carritos- propongo yo

Cogemos un par de carritos para las seis maletas y una vez tenemos todas nos encaminamos a las puertas para salir y buscar un taxi que nos lleve a nuestra nueva casa.

Lucía y Carol van empujando el carrito así que yo me siento en las maletas del carrito de Lucía

-¿Cómoda?- me pregunta ella sarcástica

-Mucho, gracias- le sonrío y sigo allí sentada lo que las hace reír

No tardamos mucho en encontrar uno de los típicos taxis londinenses. El taxista es un hombre de mediana edad muy agradable que nos ayuda a meter todas las maletas en el maletero.

Nos subimos al taxi y le damos la dirección al taxista. El aeropuerto está a las afueras de Londres por lo que el viaje es un poco largo, al principio son grandes autopistas sin mucho que ver tras las ventanas pero al rato entramos por fin en la ciudad de Londres. Durante el camino observamos las calles londinenses, pasamos junto al London Eye y el Big Ben, lo que nos emociona a las tres y poco después llegamos a nuestra calle.

Por lo que se ve no parece una calle muy ajetreada. Aparca frente a nuestro edificio, que he de decir que es bastante bonito, tiene ese encanto inglés, la entrada son unas pequeñas escaleras blancas, cuatro escalones y está la puerta del portal.

-Bienvenidas a Londres chicas- nos dice el taxista- mucha suerte

-Muchas gracias- decimos las tres

Le pagamos y cogemos nuestras maletas. El taxi se aleja y nosotras nos quedamos al pie de la escalera.

-Allá vamos- digo sacando las llaves

Our Time Is HereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora