capitulo 4

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___ Johnson

Nadie dijo nada, llegamos a la casa de mis padres y comencé a sacar mi ropa.

Papá: cómo te sientes en tu nuevo hogar?

___: bien aunque no es lo mismo que vivir aquí con ustedes

Papá: lo sé... pero es lo mejor que pudimos hacer, tu mamá y yo lo hicimos por tu bien

___: claro, yo entiendo

Diego: esa es toda la ropa?

___: si, ya podemos irnos

Cinco: necesito ir al baño

___: el baño está arriba, sígueme— tomé la mano de cinco lo llevé al baño.

Cinco: voy a tardar un poco

___: no importa, yo voy a estar en mi habitación— señalé la puerta de mi habitación

Cinco entró al baño y yo fui a mi habitación, abrí la ventana y comencé a mirar el cielo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, realmente no quería estar lejos de mis padres, apesar de que ellos me vendieron yo los sigo amando.

___: Esto no puede ser real, esto está sucediendo muy rápido— comencé a sollozar y limpie las pocas lágrimas que cayeron por mis mejillas—. Ellos aún me quieren ¿Verdad...?

Estaba sentada en mi cama abrazando una almohada mientras lloraba.

Cinco: ya terminé— dijo con lentitud y se acercó a mi.

___: si quieres ya puedes irte, en unos minutos subo al carro

Cinco: puedo quedarme contigo? No quiero dejarte sola en un momento así

___: está bien

Cinco: hoy la noche es muy linda, no crees?

___: la noche siempre es linda, eso creo

Cinco: no para mí, durante 45 años las noches fueron muy vacías

___: debió haber sido terrible

Cinco: lo fue

___: Diego esta esperándonos, hay que irnos

Cinco: claro

Antes de bajar las escaleras me detuve, involuntariamente cinco hizo lo mismo. Tomé una respiración profunda y bajé.

Mamá: prometemos ir a visitarte

___: si, yo también los visitaré

Papá: ___, no nos odies por esto

___: yo no podría odiarlos, ustedes hicieron lo mejor que pudieron por mi- abracé a mi mamá y a mi papá, derramé algunas lágrimas.

Mamá: adiós, hija. Cuídate mucho

___: ustedes también cuídense

Mis hermanastros y yo salimos de la casa y nos subimos al auto.

Diego: estás bien?

___: si, sólo fueron unas pocas lágrimas, estoy bien

Cinco: les parece si vamos por donas y café? Diego paga

___: es buena idea

Diego: bien, sólo por ___

Llegamos a la cafetería y nos sentamos en una mesa a lado de una ventana.

Una mesera fue a nuestra mesa para tomar nuestra orden.

Diego: yo voy a querer una dona de chocolate

___: venden donas rellenas?

Mesera: si, de chocolate, mermelada de fresa, mermelada de durazno y cajeta

___: una dona de rellena de cajeta y un  café con leche

Cinco: yo voy a querer un café negro

Mesera: no prefieres un vaso de leche?— bromeó la mesera a lo cuál cinco hizo una sonrisa sarcástica.

Cinco: un café bien cargado, por favor

La mesera se fue y yo no podía dejar de pensar en lo que había pasado hace unos segundos.

___: deberíamos comprar donas para los demás, más bien Diego debería comprarlas

Diego: por qué yo?

___: porque tu tienes dinero así que vas a comprar donas para todos

La mesera llegó con lo que perdimos.

Mesera, dona de chocolate, dona rellena de cajeta con un café con leche y un café negro

Cinco: gracias

Diego: me gustarían 5 donas de chocolate para llevar, por favor

Mesera: claro, en un momento se las traigo

___: está bueno tu café negro, cinco?

Cinco: delicioso

Estar comiendo donas en la noche con Diego y cinco me recordaba cuando cada sábado en la noche comía donas con mis padres, mientras comía la dona me salieron algunas lágrimas.

Diego: estás bien?

___: estar aquí con ustedes me recordó cuando yo comía donas con mis padres, es un bonito recuerdo

Cinco: este lugar está lleno de recuerdos, cuando éramos unos pubertos veníamos aquí a escondidas

Diego: tu sigues siendo un puberto

Cinco: cállate, Diego

___: tengo sueño— dije al poner mis codos en la mesa y poner mi cabeza en ellos.

Diego: ya casi nos vamos

Cinco: mesera! Podrías traernos la cuenta por favor?

La mesera nos trajo la cuenta, Diego pagó con un billete de 20 dólares y la mesera fue a buscar cambio

No pasó mucho tiempo desde que la mesera se fue, vi a unos hombres armados entrar a la cafetería, pensé que fue una alucinación causada por mi cansancio pero Diego y cinco comenzaron a pelear con ellos.

Pellizqué mis mejillas para confirmar que esto no era un sueño o una alusión, me quedé paralizado al escuchar tantos disparos.

Cinco: no te quedes ahí— Cinco me tomó del brazo y nos teletransportó a un "lugar seguro".

Cinco encajaba cuchillos para mantequilla en las gargantas y ojos de aquéllos hombres, Diego lanzaba cuchillos como loco y yo sólo era una espectadora. Tomé un arma que estaba en el suelo y salí de mi escondite.

 Tomé un arma que estaba en el suelo y salí de mi escondite

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Five Hargreeves, el hermoso novio psicópata (cinco y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora