6

492 76 41
                                    

Al fin se acabó este terrible día. Estoy cansado. Derrotado. Me vine a ocultar un rato a la sala de descanso. Ya la mayoría de los empleados se ha ido. No he vuelto a cruzar palabras con ChanYeol y eso me ha dado un poco de calma.

Sentado en uno de los sillones, tengo los codos apoyados sobre las rodillas y la cabeza gacha. Miro el suelo entre mis pies y siento un poco de frio por la corriente del aire acondicionado que me llega directo.

Cada vez que me han felicitado por haberme convertido en la pareja de ChanYeol, he escuchado el sonido de mi corazón morir. ¿Qué es lo que estoy haciendo?. Quizás nunca debí llevar esta mentira tan lejos. Quizás debí contarle la verdad a ChanYeol e intentar resolver las cosas de otra manera. Quizás no debí volver a la empresa, hacerme pasar por muerto y empezar una nueva vida en otro lugar era mi mejor opción.

—Aaaah...—. Suspiro mientras me acuesto en el sillón y mi cabeza choca con uno de los cojines. No me dolió. O tal vez sí, pero a esta altura no me importa nada.

El único pensamiento que ronda en mi cabeza es que quiero renuncia a la empresa. Odio estar aquí. Odio todo lo que ha ocurrido.

Me siento desanimado y casi moribundo. Supongo que si alguien me ve, debe pensar que soy patético. Qué bueno que ya no queda casi nadie en la empresa a esta hora.

—Mmnn?.

Estoy tan hundido en mi sufrimiento que no escuché cuando la puerta se abrió. Tampoco escuché los pasos apresurados acercándose a mí. Me siento cansado y con el cuerpo pesado.

—KyungSoo... ¿estás bien?

Esa voz. La reconozco. Esa maldita voz ronca.

—ChanYeol... —. Suelto de manera lamentable.

—Tal parece que no te encuentras bien...—. Sonó preocupado. —¿Hacerlo solo una vez para ti no fue suficiente? ¿sigues con problemas con tu celo?

Me incorporé al darme cuenta que efectivamente, Park ChanYeol estaba arrodillado a mi lado, con el rostro preocupado, observándome. No es el celo. Es tu culpa que este así, me dieron ganas de decirle.

—Por hoy ya terminé con el trabajo. Te llevaré a casa.

—Así está bien... —. Intento responder sin fuerzas. —Me iré solo...

—No hay necesidad de hacerte el fuerte frente a mí—. Dijo de pronto acercándose a mí y tomando mis manos. Serio. Dominante.

El gesto me impacto tanto que lo observé sorprendido. Estábamos tan cerca, que pude ver mi propio rostro reflejado en sus ojos almendrados.

—ChanYeol...—. Susurré impresionado mientras pienso en ¿qué es lo que está diciendo este chico?. Me siento confundido.

—Mi casa está más cerca, así que mejor iremos ahí y podré cuidarte—. Se puso de pie, me tomó del brazo y me comenzó a arrastrar con él.

—¡¿Eh?! —. Grité. —No, no, no... —. Quise detenerlo y resistirme, pero ChanYeol es tan terco. —Te digo que no quiero ir...¡ChanYeol!

Hice de todo para intentar zafarme. Hice de todo para detenerlo. Pero ChanYeol no parece escuchar o tener consideración por lo que piensan o quieren los otros. Apretó con más fuerza mi muñeca y simplemente no me dejó ir.

—Eres bastante fuerte ¿no? —. Dijo divertido mientras me arrastraba y creo que es primera vez que lo veo así, tan relajado y natural y no me quedó de otra que seguirlo.

Cuando llegamos a su apartamento, quedé impresionado. Era grande. Lujoso. Espacioso. Todo pulcro y ordenado, igual que el mismo ChanYeol.

ChanYeol entro y yo lo seguí con timidez. Observe una estatuilla de un caballo negro y se veía tan cara y lujosa que pensé cuantos meses tendría que trabajar para comprarla si es que la rompía.

Mentiroso Omega / CHANSOO // ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora