★. Capítulo • CINCO .☆

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Compartiendo una cama


-Yo... realmente no pensé que hablabas en serio...

La declaración de Atsushi fue recibida con tos por parte de la persona sentada en una silla al lado de la cama en la que estaba acostado.

Akutagawa frunció el ceño ante las palabras de Atsushi y dijo:

-Soy un hombre de palabra.

Atsushi negó con la cabeza derrotado.

-Eres un idiota obstinado, eso es lo que eres.

-Cállate, estúpido Jinko. -espetó Akutagawa.

Atsushi puso los ojos en blanco.

-Lo que sea, simplemente no te quejes cuando tengas un calambre por encorvarte en una silla toda la noche. -luego se tapó la cabeza con las mantas y le dio la espalda a Akutagawa.

Pasaron quince minutos completos. Atsushi todavía estaba despierto. No sabía si era por el hecho de haber estado dormitando todo el día o porque había otra persona en la habitación con la mirada fija en él, pero le costaba conciliar el sueño.

Se dio la vuelta para ver lo que estaba haciendo Akutagawa y rápidamente se sorprendió al encontrar al otro chico dormido en la silla. Estaba visiblemente incómodo, sus hombros rígidos y su cabeza caída eran prueba de ello.

Atsushi se rió entre dientes cuando notó que Akutagawa no había dejado de fruncir el ceño incluso mientras dormía. Se levantó y se inclinó un poco más para ver mejor la cara de Akutagawa. A pesar del ceño subconsciente en el rostro del chico mayor, de alguna manera se las arregló para parecer más en paz que cuando estaba despierto. No había nerviosismo en su rostro, solo una dulzura que probablemente solo aparecía cuando estaba dormido.

Antes de que se diera cuenta, Atsushi estaba estirando una mano para apartar uno de los flequillos de Akutagawa de su rostro para poder verlo mejor. Se habría inclinado aún más cerca de Akutagawa si este último no se hubiera movido repentinamente en su sueño y abierto los ojos para ver la mano de Atsushi rozando su mejilla.

Por un momento, los dos se miraron en la penumbra.

Entonces, de repente, Atsushi retiró su mano como si la hubieran quemado y se alejó abruptamente de Akutagawa lo más rápido posible, aliviado de que la oscuridad parcial ocultara el rubor rojo brillante que florecía en su rostro.

-Uh... yo- uh... yo solo... -Atsushi no pudo encontrar las palabras para explicarle la situación a Akutagawa. Estaba tan avergonzado que quería morir. ¿Qué estaba pensando? ¿Tocar a Akutagawa tan casualmente sin pensar en las consecuencias?

Akutagawa, por otro lado, tenía una mirada confundida en su rostro mientras levantaba una mano para tocar el lugar donde la mano del hombre tigre había estado hace un momento.

-¿Yo... yo tenía algo en mi cara? -preguntó.

Atsushi dejó de tartamudear y parpadeó. Le tomó un momento procesar las palabras de Akutagawa, pero cuando lo hizo, respondió de inmediato:

-¡¿Qué?! ¡Oh, no! Quiero decir, ¡s-sí! ¡Sí, había polvo!, creo que estaba allí... Yo... uh... acabo de limpiarlo... sí, eso es todo.

Ahora fue Akutagawa quien parpadeó ante las palabras de Atsushi. Frunciendo el ceño, se miró las manos y dijo:

-Pero hoy me asignaron un trabajo de escritorio. ¿Cómo me puse polvo si no había salido? -parecía más como si estuviera hablando consigo mismo que con Atsushi.

Antes de que Akutagawa pudiera reflexionar más sobre el tema, Atsushi decidió cambiar el curso de su conversación.

-No importa, ¿y tú?

Tigre Blanco en Casa. ★SSK • SSKK ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora