CAPÍTULO NUEVE

1.6K 108 54
                                    


Abrí los ojos con algo de lentitud, lo miraba todo borroso pero poco a poco se iba aclarando.

Lo primero que mire era a mi hermano Elli, quien miraba atentamente mi rostro y con una sonrisa me recibió, me abrazo fuertemente.

— No te moriste — expresó.

— No — me separé un poco.

— ¿Estás bien?

Me quede estática a la voz detrás de mi, abrí los ojos y me levante de golpe. Era Aidan quien estaba —como dije antes— atrás de mi inclinado, este me miro confundido pero no deje que me dijera algo ya que entre a mi habitación.

Cerré los ojos, es oficial, el pensara que soy rara.

Limpie mi cara con toallitas húmedas y me quite el pijama pata después ponerme algo más cómodo, me sentí muy avergonzada.

Suspire pesadamente al verme en el espejo, pero decidí salir de mi habitación.

Mordí mi labio inferior disimulando un poco mi nerviosismo, levanté la mirada encontrándome con Aidan poniendo harina en la masa de galletas.

Este al verme me sonrió.

— ¿Te sientes mejor? — preguntó.

Mis hermanos me quedaron mirando y se miraron entre sí, asintieron y corrieron hacia mi para después tomarme por los brazos y jalarme hasta donde estaba Aidan posicionándome a su lado. Levantaron mis manos y las pusieron encima de las de Aidan.

Mire a Aidan, quien se mostró nervioso ante la situación. Yo sentía mi cara arder de la vergüenza.

— Muevan sus manos, queremos galletas — ordenó Nicky dentándose frente a la mesa con Elli.

Cerré un poco mi mano provocando que las manos de Aidan y las mías se unieran más, las quite y este no me dirigió la mirada. Pero siguió haciendo la masa.

— ¿Q-Qué haces aquí? — pregunté recargando mi brazo en alguna parte fallando en el intento.

— Tus hermanos insistieron en que querían que les cocinara, y bueno, me caen bien — me sonrió — Y ahora se que uno de ellos se llama Nicky, como mi personaje en Nicky, Ricky, Dicky...

Complete — Y Dawn. Lo sé... — me miro extrañado — D-Digo, mi amiga ¡Si! Ella te conoce — trataba de buscar algún lugar donde esconderme.

— ¿Tu amiga? — alzó una ceja y siguió amasando — ¿Y cómo se llama tu amiga? ¿Ah?

— ¿Qué?

No podía concentrarme, era tan tierno, su rostro cubierto por leves capas de harina al igual que su cabello.

— ¿Cómo se llama tu amiga?

— Camila — sonreí nerviosa.

— Quiero conocerla.

Abrí mis ojos sorprendida, no me esperaba eso. He tratado de que ella no venga para mi casa ya que no quiero que el se enamore de ella, ya que Camila es muy linda, y bueno, ella tiene su encanto.

¡No!

— ¡Si!

<¿Qué acabó de hacer?>

— ¡Genial! — sonrió — ¿Cuándo la traerás a casa?

Lo interrumpí — ¡Digo! No, ella — bufé — Ella se mudó, a Asia — apreté los labios.

— ¿Asia? — preguntaron en unísono los pelos Chaffee.

Asentí — Si, ella, es muy triste. Pero déjame decirte que la hiciste muy feliz con tu autógrafo.

Aidan me quedo mirando, sabía que no lo había convencido del todo ya que tenía sus ojos entrecerrados. Pero terminó soltando una risita.

— Te ves tan linda nerviosa.

Este se callo al instante y volvió a lo suyo, negando con la cabeza.

Yo no podía estar más feliz, Aidan Gallagher creía que era linda.
Me acerqué a él con más confianza y le miré por algunos segundos.

De verdad me gustaba, y no lo sé, cada vez que lo conozco mejor podría decir que lo estoy amando más. Este me miro de reojo, haciéndome volver a la realidad, pero sonrió de lado provocando que yo también sonriera tontamente.

Levanto la mirada — ¿Me ayudas?

Asentí — Si.

Me acerqué y tome un poco de masa, haciendo la forma de una galleta, Aidan también hacía lo mismo.

Jamás pensé que haría esto con Aidan Gallagher, el chico que me gusta desde hace años. El que me saca una sonrisa cada mañana.

— Y dime... — hablo — ¿Qué metas tienes?

— Quiero ser actriz.

Sonrió — ¿De verdad?

— Si es mi sueño desde que tengo memoria. Pero lamentablemente mis padres no pueden pagar una escuela de actuación — hice una mueca — Pero estoy bien.

No me había dado cuenta de que Aidan solo se concentraba en mi, mirándome fijamente, eso me hizo sentir un poco nerviosa.

— ¿Ese es tu sueño? — pregunto.

— Si —tome el último pedazo de masa- Y también que cantes una canción solo para mi.

Río — ¿En serio?

Asentí — Esos son mis sueños más deseados, si uno de ellos no se cumple — tome la bandeja de galletas — Haré lo imposible para que el otro se cumpla.

Metí las galletas en el horno y lo encendí poniendo a temperatura baja. Espero algunos minutos para ver si calentaba, y si, así que decidí sacar la mano, pero con torpeza toqué uno de los metales quemando mi mano.

Me quejé fuertemente y Aidan se acercó a mi con rapidez, este me ayudó a llegar al lavaplatos y abrió allá llave para que el agua saliera.

El ardor que sentía era horrible, ¿cómo pude ser tan torpe?

Mientras me quejaba de mi misma, caí en cuenta de que Aidan sostenía mi mamá con sus dos largas y delgadas manos tratándome con delicadeza para no lastimarme.

Este pasaba el agua por la herida y con su otra mano sostenía la mía.

¿Esté es el momento? ¿debo besarlo?

Aidan levantó su mirada encontrándose con la mía, pero sin dejar de cuidar mi mano herida.

<Hazlo, bésalo>

Obsesión | Aidan GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora