CAPÍTULO VEINTE

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Mis hermanos me recibieron llenando mi ropa de harina de galletas, les sonreí trate de alejarlos pero mi padre me abrazó al verme.

— ¿Quieres hacer galletas? — preguntó este volviendo a la masa.

Negué — No, solo iré a mi habitación para ensayar. Los quiero.

Estos asintieron con una pequeña sonrisa aún que no muy convencidos de lo que les dije. Entre a mi habitación y cerré con llave para que nadie entrase. Deje las hojas con los guiones sobre la cama y mire mi rostro por el espejo, lucía tan cansada.

Las ojeras era notables y mis labios estaban resecos.
Mire a mis espaldas, aun estaba la foto de Aidan sobre la pared. Fruncí el ceño y me acerque a ella. Puse mi mano en medio de la gran imagen y la cerré arrugando toda la misma.

La tome con mis manos y la rompí en pedazos, me sentía tan destrozada que comencé a llorar. Debía ser fuerte, pero no sabía cómo hacerlo, no sabía ser fuerte, no con el.

Agarre los pedazos de papel y los tire a la basura, me olvidare de Aidan, tengo que hacerlo.

— Moon... — tocaron la puerta.

— Ahora no Cody.

— Yo... necesito hablar contigo.

Me levanté del suelo y quite las lagrimas que habían en mis mejillas para después abrir la puerta, este al verme me abrazo.

— Se que he sido un cretino contigo, no debía desquitarme contigo, pero... perdóname.

— Claro que lo haré, ¿pero porqué estabas actuando así?

— Carla, terminó conmigo y yo... — sollozó — Intenté... — volvió a abrazarme.

Me quede sin habla al escuchar eso de mi hermano, sabía a lo que se refería. Creo que ahora mi hermano es más importante que un chico que nunca me hará caso, y que ahora me odia.

— Cody... — lo mire — Te amo ¿lo sabes, no? Puedes contarme lo que sea.

— Lo se, yo también te amo Moon — bese su frente.

Aidan Gallagher

Wyatt se mantuvo callado por algunos segundos hasta que negó con mucha furia. Bueno, por lo menos el estaba a mi fav...

— ¿Dónde está ella?

— En su casa, ¿por...?

Tomo su chaqueta y sus llaves para después tratar de salir de su departamento pero lo detuve.

— ¿Qué diablos haces? — le pregunté.

Me miro — Aidan, tú mismo dijiste que una chica le dijo a todos, pero no fue Moon. Y la tratas como si fuera una mierda, ella es una chica increíble, ella no fue la que hizo todo esto...

Lo interrumpí — Pero ella lo causo. Si tan solo no hubiera invadido mi privacidad todo sería diferente.

— Aidan, ella te admiraba. Tal vez y exagero pero... ¿Jamás te obsesionaste con un artista? Deberías pedirle disculpas...

— ¡Nunca le pediré disculpas! Ella causó todo esto ¿cómo es que te pones de su lado si yo te conozco más tiempo que ella?

— Aidan. Lo que ella hizo estuvo mal, pero tampoco dejare que la trates como si fuera la peor basura.

Wyatt salió del departamento dejándome hablando solo. Solté un quejido y tire un cojín que se encontraba a lado mío.

¿Cómo es que se ponía a su favor? Yo fui la victima aquí ¡El debería estar de mi lado! ¡No de ella!

Salí de la casa y llame a mi chofer, entre al auto cuando llegó.

— A casa.

Ordene, el hombre solo asintió y no dijo nada más.

Todo el camino pensé una y otra vez ¿en porque la defendió? Digo... ella no fue la que directamente les dijo a las personas sobre mi dirección, fue esa chica loca que casi me besa cundo abrí la puerta, pero ella fue la que sacó esos papeles. Ella fue ¡Ella lo hizo!

— ¿Cómo, como es posible? — pregunté de la nada al aire pero el chofer volteó a verme por unos milisegundos — Digo, ella tuvo la culpa ¿No? si tan solo ella no hubiera sacado esas malditas copias o si tan solo no hubiera sacado eso ¡Ah! — exclamé, después de unos segundos me quede callado — ¿Qué piensas?

— Amm — me miro — Pienso que, técnicamente... Ella no tuvo la culpa.

— La odio.

— ¿La odia?

— Si, ella es tan... impulsiva, loca divertida — relaje mi cara poco a poco — Inteligente, tímida, huele a coco... ella...

— ¿Le gusta?

Abrí un poco la boca para decir algo pero simplemente no salió nada, solo me mantuve callado pesando en ella, una y otra vez, podría ser posible que yo... ¿le tomara cariño?

Volví a la realidad — ¡No! Ella no me gusta ¡No, jamás! ¿Cómo me podría gustarme? Es una locura. Me rehuso a que me guste...

— Entonces... ¿le gusta?

— Si ¡Digo! ¡No! — grite — ¡Agh! No lo sé, ella no puede gustarme... No, ¿cuándo te pedí tu opinión?

Llegamos al edificio y salí del auto. Rápidamente entre, subí las escaleras y llegue a mi departamento.
Me detuve en la puerta. Me giré un poco y mire la puerta roja que estaba frente a la mía, abalizándola.

Risas se escuchaban dentro de su casa. Creo que ella está bien... ella está bien sin mi.

— Yo no puedo...

Susurre.
Entre al departamento y cerré con llave para después recostarme en mi cama. Pensando, solo recordando los momentos con ella. ¡Odio cuando me siento yo culpable!

Ella, ella tuvo la culpa.

<No, no tiene la culpa>

Obsesión | Aidan GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora