Capítulo 13

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XIII

Misión.

Dakaria.

Por alguna razón que no podía identificar, Bucky había sido así desde el día que lo conocí, el día que vinieron en busca de mi ayuda. Siempre se encontraba más molesto conmigo que con cualquier otra persona, siempre estaba a la defensiva, listo para atacar si hacía o decía cualquier cosa con la que él no estuviera de acuerdo.

A veces era exasperante ver como se comportaba de forma amable con los demás, ver lo encantador que se comportaba con otros, pero a sus ojos, yo nunca hacía nada bien.

—¡Acabo de salvarnos la vida, imbécil!

Intentaba no caer ante él, no caer en su maldito juego, pero no podía resistirlo.

La presión en mi hombro cada vez se volvía menos aguantable, mordí mi labio inferior para pasar el dolor.

—No salvaste nada, muñeca. —gruñó, el apodo degradante me atravesó como un cuchillo.

—No me llames así. —le ordené con enojo, y respiré hondo.

—¡Entonces deja de actuar tan jodidamente autosuficiente! ¡Estábamos perfectamente bien hasta que decidiste desobedecer!

—¿Desobedecer? ¡Yo no desobedecí! —grité irritada. —Te das cuenta que nos han asignado la misión a ambos, ¿No? —Bucky no quitaba la vista del frente. —No importa cuánto odies trabajar conmigo, ¡No es solo tu maldita misión!

—¡Creo que te estás olvidando de que antes de que aparecieras nos iba bien en todas las misiones, sin tu supuesta ayuda, muñeca! —siseó de vuelta, el apodo sarcástico resonando tan fuerte en mis oídos que casi comienzo a golpear el auto por la enorme frustración.

—¡Y creo que estás olvidando que en realidad estoy aquí porque ustedes me necesitaban! ¡Ustedes fueron quienes me rogaron para que aceptara ayudarlos!

Se quedó callado por varios segundos.

—Si no hubiera disparado aún nos seguirían.

—Oh, felicitaciones. —soltó sarcásticamente, acompañado de un fuerte resoplido. —Por esa estúpida maniobra te han herido.

—¡Bien! La próxima vez dejaré que nos maten a ambos.

—Sería mejor que tener que volver a estar contigo en una misión.

Contuve la serie de malas palabras que estaban a punto de salir por mi boca. Responderle a sus duras palabras con comentarios infantiles solo lo pondría más furioso y empezaríamos a pelear de nuevo, y Steve no se encontraba con nosotros para detener la pelea.

De repente el auto se detuvo.

—Mierda. —murmuró Bucky, mientras golpeaba el volante y se bajaba del auto.

—¿Qué haces?

Bajé del auto y lo seguí.

—¿¡A dónde vas!?

—¡Han destrozado el auto, por si no lo has notado!

Me quedé en silencio y miré detenidamente el auto. Bucky tenía razón, estaba totalmente destrozado y era increíble que ninguna de esas balas haya terminado impactada en nosotros.

Mi compañero comenzó a caminar cada vez más rápido, se notaba la ira que sentía a kilómetros de distancia.

—¿Te darás prisa? —cuestionó apenas noto que no le seguía el ritmo. —Tenemos que llegar al hotel.

Destroyer of Worlds | Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora