Capítulo 5

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V


Cuartel Central de los Nuevos Vengadores.


Dakaria.


Steve me ha tenido bajo mayor vigilancia desde que se enteró que participe en la absurda misión de Tony, estos días tuve que acompañarlo a cada lugar al que se le antojara ir y no me dejo salir del maldito cuartel sola, estaba realmente siendo una tortura.

Nos encontrábamos en la sala conversando y hablando de algunas reglas de convivencia del cuartel, bueno en realidad él hablaba y yo solo intentaba ignorarlo.

Steve se encontraba sentado en la mesita de centro y yo en el sillón delante de él. Sam y Bucky se encontraban detrás nuestro, ellos también seguían al Capitán a cada lugar que iba, pero por gusto.

—Bien, repasemos esto una vez más. —asentí con la cabeza. —¿Si algo se rompe?

—Intentamos arreglarlo antes de que Tony lo vea.

—¡Si! ¿Y si eso no funciona?

Pensé la respuesta que quería escuchar Steve, pero no la recordaba, asi que simplemente solté. —Le echamos la culpa a Bucky.

—Honestamente, vete a la mierda Dakaria.

Solté una pequeña risa. —Tranquilo soldadito, era solo una broma.

—¿Puedes dejar de ponerle apodos de mierda a todos?

—Capitán. —me dirigí a Steve. —Eso ha sido grosero.

—Lenguaje, Buck.

Bucky me miro furioso, pero no dijo más nada.

Steve siguió explicándome algunas cosas más sobre la convivencia, pero al no obtener resultados positivos de mi parte, se dio por vencido y se fue de la sala.

Sin tener mucho para hacer, me puse a escuchar la conversación de Sam y Bucky.

—Creo que saldré con la chica del bar en Madripoor. —le conto Sam de forma entusiasmada.

Su compañero no parecía muy interesado en ese tipo de conversaciones. —¿En serio?

—Sí, me pareció simpática.

—Ajam. —asintió.

—Podrías aportar más que simples expresiones y monosílabos.

—Quizás. —Sam rodeo los ojos de una forma demasiado dramática.

Y miro directamente a Bucky. —¿A ti te gusta alguien, Buck?

Ignoro la pregunta, pero su amigo volvió a insistir. —Vamos, Bucky.

—Tengo estándares increíblemente altos para una mujer. —dijo con tono irónico.

Interrumpí su conversación y ambos me miraron mal. —Sí, le tienes que gustar.

—Puedes no meterte Dakaria.

Moví me boca de un lado a otro en un pequeño movimiento. —Podría, pero no quiero.

Le guiñé un ojo y salí de la sala para dirigirme a entrenar. Entre en la habitación y no había nadie en ella, o eso creí.

—Mira a quien tenemos por aquí.

Al escuchar esa voz mi piel se erizo y me di vuelta para encontrarme a esa persona.

—¿Sorprendida, pequeña Hale?

Destroyer of Worlds | Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora