🧃[51]

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—Ese esmoquin está bien hecho, por cierto, hyung. De verdad es precioso.

—¡Hombre, no puedo esperar hasta que ustedes dos se casen! ¿No podemos celebrar nuestras bodas juntos?— Hoseok dijo mientras prácticamente gritaba. Ganando un poco de atención de los clientes que estaban allí en el café con ellos. 

Jimin rápidamente lo hizo callar y se rió entre dientes, sacudiendo la cabeza.

—¿En serio, hyung? ¡Tu boda es literalmente en dos días!

—Oh,—se dio cuenta Hoseok y ambos se echaron a reír, dejando que su melodiosa risa resonara en el café. 

Tomando un sorbo del café, comentó Jimin.—No puedo esperar a verte en ese momento...Será increíble.

Hoseok sonrió mientras terminaba su café, volviendo a colocar la taza vacía sobre la mesa. —Yo tampoco puedo esperar, Chim. Y, oh, pronto podrás verte a ti mismo en una situación parecida.

Jimin asintió nerviosamente. Suspiró y comenzó a trazar el borde de su taza de café, sonriendo.

—Toda mi vida resultó siendo totalmente diferente de lo que esperaba, hyung.

—¿Hm?

—Quiero decir... ¿Recuerdas cuando discutí contigo diciendo que nunca tendría una relación? Estoy comprometido ahora.

Hoseok se rió entre dientes y asintió, —Lo recuerdo muy bien, Jiminie. De igual forma todo lo que sucede es para terminar con un final feliz...solo se necesita tiempo y paciencia. Ahora puedes darte cuenta que tu espera fue valiosa, encontraste dos bellas personas que te aman.

—En serio, hyung...conocerlos es lo mejor que he hecho en toda mi vida. Literalmente cambiaron mi vida, ahora en todo momento soy feliz.—dijo Jimin con una risita. 

—Sí, eso es exactamente lo que quise decir.—Hoseok también se rió entre dientes y Jimin terminó su café con el último sorbo.

Era casi de noche y deberían regresar a casa antes de que oscurezca.  Jimin miró su reloj de pulsera y frunció los labios.

—Hyung, se supone que Yoongi debía estar aquí hace media hora, ¿Creés que le haya tomado mucho tiempo solamente ir a buscar los anillos?

—¿Eh, en serio?—Hoseok también echó un vistazo al reloj de su celular,—¿Dónde está?

Justo cuando el mayor estaba a punto de marcar su número, las campanas que estaban colgadas justo en frente de la puerta sonaron, indicando que alguien había llegado al interior del local. Tanto Jimin como Hoseok miraron la puerta por donde ingresó Yoongi preocupado.

Hoseok levantó la mano para que Yoongi los reconociera en el espacioso lugar y el chico inmediatamente se dirigió hacia ellos.

—No esperaron tanto, ¿verdad?—Preguntó exhausto, sus ojos con una mirada llena de preocupación.  Jimin y Hoseok negaron con la cabeza mientras la pareja del chico se ponía de pie. 

—No, amor. Nos entretuvimos bastante ¿Quieres algo de beber? Luces exhausto, ¿Estás bien?

—No, gracias bebé. Vine aquí corriendo desde el estacionamiento para buscarlos a ustedes dos. Me encontré con un tipo y no me di cuenta de que estaba llegando tarde.

—¿Y qué te tomó tanto tiempo? Creí que te había sucedido algo. —Hoseok hizo un puchero y Yoongi inmediatamente negó con la cabeza, sosteniendo su mano.

—Quería venir aquí a tiempo, pero ese tipo estaba tardando mucho en hablar. Fui a revisar nuestros anillos y ese tipo parecía nuevo. Me preguntaba cómo nuestros anillos estaban sueltos en sus manos y dijo que el que solía cuidarlos había sido despedido...y así sucesivamente. Él era tan hablador. Incluso me hizo contar cada parte de nuestra agenda y yo estaba demasiado ocupado con sus preguntas, lo siento.

—Cariño, ¿Quieres decir que le dijiste cómo está planeada nuestra boda a un desconocido? ¿Cómo fue que echaron al chico que le dimos la orden? No vi nada malo en él, nos dió buena atención en todo momento.

Yoongi suspiró, —Dijo que es porque se vio envuelto en una pelea con otro o algo así. No puedo recordar, realmente no estaba escuchando atentamente.

—¿Cómo se llama, hyung? Es bastante extraño que le fuera tan interesante tu boda.

—Sí, también lo pensé, Jimin-ah. Dijo su nombre, era bastante largo. Jungkang...o algo que no puedo recordar exactamente.

Jimin asintió,  extrañado. El nombre del muchacho le resultaba similar a otro pero no sabia a cuál. 

Luego de pagar la orden decidieron regresar a casa ya que Taehyung y Jiya debían estar esperándolos.  Cuando salieron del café con suspiros satisfechos despidiéndose de otro día exitoso, no sabían que la pequeña charla que hizo que Yoongi llegara tarde tenía algo tan serio y siniestro detrás.

(...)

—¡Papá! ¡Despierta!— Jiya gritó a todo pulmón justo en frente de Jimin, haciendo que el chico se despidiera de su pacífico sueño. 

Automáticamente se sentó en la cama demasiado afectado por la alarma matutina de Jiya mientras se frotaba los ojos, tratando de agudizar su visión.

—Oye cariño...

—¡Papá! ¿Sabes qué?

—Hm, ¿qué?—Jimim murmuró haciendo que Jiya se sentara en su regazo.  La pequeña le dió su habitual beso de buenos días en la mejilla y se rió.

—¡Encontré a la persona que es tu parecido!

Jimin se rió entre dientes, —¿En serio? ¿Dónde?—Jiya miró a sus costados tratando de encontrar algo, pero saltó del regazo de Jimin en un instante mientras se burlaba.

—Espera papá...Vine aquí tan rápido que olvidé traerlo,—dijo Jiya y Jimin no tuvo tiempo de contestarle nada. 

El chico la vio sacudir la cabeza, sorprendido por el hecho de la demasiada energía que tenía la niña por las mañanas.  Sí, todos los días era como si Jiya fuera demasiado enérgica, pero aún así Jimin se preguntaba cómo lo hacia.

—¡Aquí!— Jiya le dió un pedazo de papel que estaba doblado a la mitad mientras que se acomodaba en el regazo de su nuevo padre, recostandose levemente en el cuerpo del muchacho.

Jimin envolvió sus brazos alrededor de Jiya por la espalda mientras abría el papel con entusiasmo.

Era una foto de Jimin vestido como el Príncipe Eric de la película de Disney Ariel.  Los dibujos de Jiya no eran una broma, ya que daban perfectamente la imagen de la sonrisa de ojos brillantes del chico y su linda nariz abotonada tan característica para la niña.

—¡Woah, cariño! ¡Es increíble!—Jimin exclamó abrazando a Jiya, quien se rió y se giró para mirar a Jimin, tocando las mejillas.

—¡Te pareces al Príncipe Eric!

Jimin guardó el dibujo con cuidado en la mesita de noche y se bajó de la cama, cargando a Jiya.

—¡Entonces eres mi Ariel! Tan bonita y adorable,—dijo mientras tomaba a Jiya en sus brazos con la hermosa melodía de la risa de la pequeña resonando en sus oídos.

Luego, la dejó envolver sus diminutos brazos alrededor de su cuello mientras él giraba por la habitación.  No hacían nada más que reírse con Jiya ocasionalmente.  Jimin la dejó disfrutar y le encantó cómo su risa lo hacía sentir el hombre más afortunado del mundo por tenerla en ese momento.

—Está bien, ahora, ¿desayunaste?—Jimin le preguntó a Jiya colocándola en el suelo, viéndola caer inmediatamente. —No, no lo hice, papá. Quería comer contigo.

—Cariño, ¿estás bien?—Jimin preguntó preocupado.

Jiya lo miró y le dedicó una dulce sonrisa, asintiendo. —¡Si, fue divertido!

Jimim se rió entre dientes y la levantó en sus brazos, dándole un beso en la frente. —Sí, lo fue. Ahora vamos, cariño. Es hora de tomar nuestro desayuno.

single fatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora