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Por fin había llegado el momento. El gran día como solían llamarlo. Ran y yo nos habíamos organizado para que nada saliera mal, ahora mismo estaba con Mikey en mi cuarto para ayudarme con los detalles del vestido.
- ¿Cuando le dirás? - Me preguntó mientras me quitó el collar que solía llevar desde hace meses. - No creo que sea justo que no se lo digas. - Se quejó viéndome a través del espejo.
- Mmmmh no lo sé, quiero decírselo pero considero que ahora no le debería de decir, se pondrá más sobreprotector de lo que ya esta - Suspiré.
- Pero sabes que eso es por naturaleza ¿no? - Me comentó a lo que yo asentí.
- Lo sé, pero igualmente ahora no le diré, aparte creo que ya estará sospechando de algo al notar que cuando me ofrece algo de beber me niego y bebo agua, cosa que no es normal en mi. - Expliqué para después reír. - Además de que cuando le dije que retrasáramos nuestra luna de miel para invierno me puso una cara para morirse de risa. - Ambos nos reímos al recordarlo y mi acompañante imaginarlo.
- ¿Por eso hace unos días estaba de mal humor? - Asentí hasta que escuché la puerta.
- ¿Quién? - Pregunté para oír la voz de Rindou pidiendo permiso, le comuniqué que sí provocando que entrará - Joder... Te ves hermosa... Ran se va a morir cuando te vea. - Habló riendo para acercarse y besar mi frente.
- ¿Te puedo hacer una pregunta Rindou? - Comenzó Mikey recibiendo la completa atención del chico. - Si les robo los condones para la luna de miel a los casados, lo hacen, y a la semana te dicen que vas a ser tío, ¿cómo reaccionarias? - Miré mal a Mikey pues técnicamente le estaba dando la noticia sin que yo quisiera.
- Primero que nada me alegraría, pero igualmente de llevaría un par de collejas mi hermano por no saber aguantarse sin preservativo. - Contó seriamente para dirigirse a la puerta de nuevo. - Igualmente, nosotros nos dirigimos ya para la iglesia. No tarden, Ran esta muy nervioso. - Advirtió para salir.
-Te corto el cuello Manjiro. - Amenacé seria cuando el hermano de mi futuro marido salió de la sala.
- Ey, entonces ¿Quién te acompañaría al lugar? Además creo que se lo tomará bien. - Sonreí y le abracé.
- Gracias por ayudarme jefe. - Agradecí sonriendo mientras él me acariciaba la cabeza.
- De nada pero, por guardarte el secreto, me dejarás escoger el nombre del bebé. - Dijo a lo que suspiré.
- Si Ran me deja, sí - Entonces vi la hora. - Es hora de irse.
- Sí, vamos antes de que Ran se muera de los nervios.
Entonces salimos, cerrando la casa con llave para después montarnos en el coche y dirigirnos a la ceremonia.
Cuando llegamos tomé del brazo a Mikey y empezando a entrar, la boda empezó provocando que la música empezará a sonar y la gente se girará a mirarnos. Yo vi a Ran el cual fue el último en girarse, dando lugar a un lindo sonrojo.
