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Narra Ran Haitani
Hacia ya 2 días que había entrado por esa puerta del hospital con mi pequeña en brazos junto a mi hermano... No lo soportaba, ella aún no había despertado desde entonces, el doctor dice que es normal pero eso no me tranquiliza.
Estaba sentado en la silla del acompañante, Rindou se había ido a casa para descansar, insistió en que me fuera con él pero me negué. Estaba medio dormido apoyado en la cama donde ella reposaba, lo único que me mantenía despierto era la fe de que ella despertará y querer ser la primera persona en verle, y el café, aunque ya no aguante más y acabé dormido con una mano reposando en su rodilla.
De repente, sentí una suave mano acariciar mi cabeza con delicadeza y amor... Se sentía como en las nubes, solté un lindo gruñido y me pareció oír la risa de T/N entonces empecé a despertarme.
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- Mmmmh... Mierda, me quedé dormido...- Dije para mi mismo para abrir los ojos y darme cuenta de que mi pequeña había despertado. - ¡T/N! - Con delicadeza fui y la abracé.
Ella solo se limitó a acariciar mi espalda y soltar un leve quejido por las heridas.
- Buenos días Ran. ¿Dónde está Rin Rin? - Preguntó ella con cierta curiosidad buscándolo con la mirada.
- Esta en casa, descansando... - Me separé y la tome del mentón. - Es suerte que estés viva... ¿Por qué te cortas pequeña? - Le pregunte lo más amablemente posible, ella fue a bajar la mirada cosa que impedí dándole una mirada con preocupación y leve enfadado. - ¿Porque? - Entonces a la primera de cambio hizo el intento de darme una cachetada pero la tomé de la muñeca evitándolo. - Podrás hacer mil cosas en mi pero no pegarme... ¡Pequeña explícamelo! - Estaba al borde del colapso. - ¡Estoy preocupado! Te oí... Te oí rabiosa en la habitación.... Y no entre por qué Rin me lo impidió... Cuando pude pasar y te encontré así casi me vuelvo Drácula. - Dije para soltar su mano la cual cayó a la cama. - Te oí en el coche diciéndome "¿por qué Ran?". - Empecé a derramar lágrimas.
Ella al ver eso no pudo más y empezó a llorar también para gritarme enfurecida
- ¡No llegabais y creí que me abandonaron! - Me miró a los ojos. - ¡Al fin y al cabo soy un intercambio! ¿¡no!? ¡Solo me tenéis por dinero y de paso les cocino etcétera! ¿¡No es así!? ¡Solo sirvo de moneda de intercam! -
