Sólo tu mirada

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Era de noche, Yato miraba por la ventana del ático en donde dormían él y sus dos shinkis. Pensaba demasiado, confundido y aterrado, ¿cómo lograría que ella se enamorara nuevamente de él? si es que alguna vez lo amó realmente. Recordaba a la perfección cada momento que había pasado con Hiyori pero nunca se percató del momento exacto en el que ambos se habían enamorado. Ni siquiera Yato sabía cuándo fue que comenzó a amarla.
Giró lentamente y permaneció mirando a la mujer, parecía tan tranquila, tan hermosa.
-Quisiera que pudieras recordarme sin que te pasara algo malo.- dijo despacio.
Se acercó cauteloso, quitó el cabello de su rostro para verla mejor.
-Megune...- pronunció, el nombre sonaba tan distante- ¿Algún día serás capaz de amarme?
-Yato... Hueles bien-dijo la shinki con una sonrisa y los ojos cerrados aún.
El dios se sonrojó por completo y retrocedió tan rápido que se golpeó con la pared despertando a Hiyori.
-¿Está todo bien?
Yato se rascó la cabeza confundido buscando alguna excusa para responder.
-C-Claro, sólo estaba ammm estaba durmiendo de manera salvaje... Ya sabes.
Megune sonrió y regresó a su posición.
Él la miraba pensante. El goteo de una vieja llave del jardín lo mantenía inquieto.
-Hola, Yaboku...
Se giró deprisa colocándose frente a Megune.
-Nora...
-Así que esto explica el porque no estás devastado.- hablaba calmadamente, sus ojos fríos atravesaban a Yato-Ella sigue aquí, tonto.
-Seki, Meki.
Los shinkis se transformaron de inmediato. El dios empuñaba con fuerza la espada, había adquirido nuevamente esa mirada de asesino.
-¿Una bufanda? Que patética, de todas formas nunca fue muy útil-Sonrió maliciosamente entrecerrando los ojos-Hi-Yo...
-Cállate!- gritó Yato abalanzándose contra la niña- y dile a mi padre que nos deje tranquilos. Si se atreve a tocarla juro por mi vida que lo mataré!
Nora sonrió y salió corriendo por el jardín desapareciendo en la lejanía.
De pronto un agudo dolor atravesó al dios haciéndolo caer.
-Yukine, Megune, regresen- se tiró de rodillas, la joven estaba llorando desconsoladamente. -Megune...
Levantó la mirada despacio con temor a que su amo la viera llorando. Estaba aterrada, aquella niña demoniaca le había causado una impresión desagradable.
Yukine bajó corriendo por un vaso de agua.
-Lo lamento Yato, no sé qué me sucede- ella se limpiaba las lágrimas con el dorso de la mano- Perdóname.
Yato se acercó haciendo caso omiso a su dolor y delicadamente levantó la barbilla de la joven.
Se miraron durante unos momentos. Y él la abrazó, por unos instantes Hiyori permaneció inerte sorprendida de lo ocurrido, pero el calor de Yato era tan reconfortante, y aquel dulce aroma hacia que se sintiera mejor.  Colocó sus manos en la espalda del dios mientras él la tomaba en sus brazos.
-Prometo que nada te pasará, te protegeré con mi vida... Porque yo...

Levantó la mirada, se acercaba despacio a ella, estaban a pocos centímetros pero besó su mejilla con suavidad, conteniendo sus verdaderos deseos.
-Por favor cuida de mi.

La muerte de Hiyori (Noragami Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora