Sanashigawa [Pausado]

6: Momoka Maeda espera el momento

Los cuerpos fueron encontrados esta mañana. Las autoridades se mostraron perplejas al recibir el reporte...

...Tres de los nueve estudiantes desaparecidos hace dos semanas, todavía portando los uniformes de la institución...

Se dice que fueron hallados por una alumna en un salón del instituto «———»; sus gritos alertaron a sus compañeros y profesores, quienes presenciaron la cruenta escena donde los cadáveres parecían haber sufrido múltiples abusos...

—Es una pesadilla, solamente un demente pudo hacer esto. Pero... todavía no tenemos explicación...

El cómo pudo alguien ingresar al plantel para dejar los cuerpos sin ser visto es un misterio para las autoridades. Hasta el momento el principal sospechoso es el ciudadano «————», mismo que laboraba en el instituto y continúa desaparecido hasta la fecha.

Se les preguntó a los oficiales si creen que esto tiene relación con la desaparición de los alumnos de esta semana en el colegio «————».

Las circunstancias son muy similares...

—Rechazo la idea de una conexión —respondieron sin vacilar—. Ni siquiera se encuentran en el mismo distrito. Decir que la hay sería solo alarmar en vano a sus familias...

...Investigadores privados contratados por familias muestran un detalle bastante curioso que se repite en varias escuelas. El nombre de «Sanashigawa» suele estar escrito en las pizarras o en paredes de las aulas donde se suscitan las desapariciones...

Pese a las evasivas de la policía, hay varios testimonios que aseguran que Sanashigawa...

El juego de Sanashigawa...

Sanashigawa...

***

El sonido incesante de "clic" inundaba la biblioteca.

Página tras página, de un blog a otro. Momoka Maeda buscaba todo lo relacionado con las desapariciones y asesinatos ocurridos a estudiantes en las últimas semanas. Su mirada oscura parecía estática, sin siquiera parpadear ante el torrente de información y rumores que parecía tanto disfrutar.

Otro más, decía en sus adentros, juegan para perder.

—Oye, Momoka...

Juegan para perder, ¿por qué nunca lo entienden?

—¡Momoka!

La corriente de viento entró por la ventana, agitando la tranquilidad. Cortinas opacas hondearon con violencia; algunos libros dispuestos sobre la mesa vieron sus hojas pasar una tras otra, como si manos invisibles buscaran algo a gran velocidad.

Momoka intentó sujetar algunas notas dispuestas a su lado, pero fue lenta para reaccionar y los papeles volaron fuera de su alcance. Su cabello, brillante jade negro, se entrometió con su campo de visión.

—¡Oye! —gritó como si alguien tuviera la culpa.

Rápidamente se levantó de su asiento, llevándose un golpe en la rodilla con el mueble del ordenador. Reprimió el grito de dolor; retrocedió un paso y tropezó con su propia silla. El golpe al caer de sentón hirió su amor propio.

De pronto la mitad de su visión se nubló, como si alguien desenfocara su percepción del mundo. Todas las figuras perdieron nitidez hasta ser solo manchones en un lienzo desgastado.

—¡Tenía que ser! —gritó. Luego soltó una palabrota.

—Huy, que malota.

—Tú cállate y cierra la ventana.