Fuego y Metal

1.-Sorpresa de cumpleaños 1

Descargo de responsabilidad: Avatar: The Last Airbender, pertenece a sus respectivos dueños.

XXX

Dicen que un igual te entenderá... pero ella estaba perdiendo la esperanza. ¿Ella, Azula, prodigio y princesa de la Nación del Fuego estaba perdiendo la esperanza? Supongo que sí.

Tenía más posibilidades de que le crecieran alas que de encontrar a alguien que pudiera ser SU igual, un igual en el combate, en la política. Padre, tal vez... pero no, él está por encima de ella. Nono... ella quería a alguien cercano a su edad y alguien que no corriera con el rabo entre las piernas, llorando a su mami. Tenía a Mai y Ty Lee, pero ambos se habían ido: Mai a las colonias de la Nación del Fuego con su padre y Ty Lee a un circo. Sin embargo, no eran su igual. ¿Zuko? Nah... era una vergüenza y apenas estaba por encima de un cangrejo tortuga. Era casi imposible hablar con nadie, casi todos sabían quién era ella. O corrieron o se inclinaron por miedo a ella y su familia. Lo cual no estaba nada mal, pero tratar de encontrar un chico de su agrado; se mojan los pantalones o se desmayan... que varoniles y valientes... lo que sea .

"Oh, esto va a ser... tan aburrido", pensó Azula para sí misma, celebrando su cumpleaños número 13.

Fue una gran fiesta, dos mesas largas, decoradas con todo tipo de cocina de la Nación del Fuego y demás. Lleno de invitados y asistentes a la fiesta. Gracias a Agni, había convencido a su padre de que se saltara los adornos exóticos y esponjosos y el entretenimiento que tuvo que soportar todos esos años. Ya no, este partido era práctico y militarista: aquí estaban generales, almirantes y otros altos funcionarios y sus hijos e hijas. Seguía siendo una celebración, pero sin los adornos: comida, entrega de regalos, charlas, algunas actuaciones militares, fuegos artificiales y un duelo al final. Oh, cómo le gustaba hacer la última actividad. Un montón de insinuaciones, insinuaciones y demandas silenciosas, pero fue un gran descanso del aburrimiento de sus otros cumpleaños. Un combate completo de sparring entre dos competidores, uno en el que tuvo una gran alegría de participar. Pero eso también trajo otro problema:ella _ Casi todas las personas con las que había luchado en el entrenamiento estarían asados ​​o gimiendo en el suelo, incluso los Maestros Fuego Imperiales no eran rival para ella. Ella era un prodigio después de todo, por lo que era comprensible, pero aun así.

"Azula. ¿Te sientes bien?" preguntó un hombre, desde atrás. Había reconocido esa voz en un abrir y cerrar de ojos... su padre, Ozai.

"Sí, estoy bien... sólo aburrida", respondió ella. "Es la misma rutina todos los años, desearía tener ya catorce años para poder unirme a ustedes en la política, es muy aburrido para mí".

"¿Tu entrenamiento se está volviendo aburrido?" preguntó Ozai, un poco curioso.

"Nono, sigue siendo lo mismo: duro y exigente", respondió Azula con confianza.

"Entonces, ¿por qué la cara larga?"

"No importa", respondió ella sacudiendo la cabeza.

"Muy bien entonces", respondió, señalando a los invitados, que era hora de comenzar la celebración.

Primero fue dar regalos o lo que tuvo que soportar, esperando con las piernas cruzadas en la parte superior, mientras el resto charlaba abajo, y sin embargo, tenía que esperar aquí.

Los regalos eran en su mayoría los mismos que el año pasado: ropa, joyas, algunas armas exóticas o algo así. Ni siquiera tuvo que molestarse en abrirlos, sabiendo muy bien lo que eran; una pila bastante grande comenzaba a acumularse junto a ella. Oh Agni, ¿esto podría volverse aburrido?