𝖕𝖗𝖔́𝖑𝖔𝖌𝖔

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PRÓLOGO

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PRÓLOGO.
niña maldita

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TRES AÑOS ATRÁS
13 de noviembre de 2015
Saitama, Tokio, Japón

—No quiero.

—¿Escuchaste algo de lo que dijimos? —por supuesto que no.

Mis padres eran dos grandes hechiceros.

Toda mi vida estuve rodeada de hechiceros y maldiciones, el concejo de ancianos estaban esperando a que cumpliera los dieciséis años para unirme a la escuela de hechicería de Tokio, al parecer nunca pensaron que me fuera a negar, como ahora lo estaba haciendo con mis padres.

—¿Sabes cuántas muertes ocurren todos los días y más de la mitad son por maldiciones? —mi padre y su chantaje emocional.

—No me importa, mientras no sean ustedes —nunca entendí el interés de mis padres por la humanidad, como ellos nunca entendieron mi desinterés por el prójimo.

—Fuiste bendecida por este don excepcional, y planeas echarlo a la basura —no pude evitar reír.

—¿Bendecida? Yo no pedí estos poderes, ni siquiera pedí nacer en un mundo rodeada de hechiceros y tener esta dichosa energía maldita para acabar con aquellas plagas llamadas maldiciones —cuando discutíamos sobre el futuro de mis poderes, no podía evitar pensar en la profecía de la familia Amane.

Mi madre me había repetido la profecía tantas veces, pero nunca pude aprenderla, solo sabía que el tercer hijo de cada primogénito del clan Amane, siempre nacería con un poder excepcional y su historia se escribiría con sangre.

Probablemente mamá no debió repetirme esa profecía desde que tenía cinco años, si quería que en un futuro me volviera una hechicera.

—Quiero tener una vida normal, un trabajo normal, amigos normales e intentar ser lo más feliz posible —esto nunca se los había dicho a ninguna persona, pero no recordaba haber sido feliz en toda mi maldita vida.

Era como esas pinturas felices que ocultaban un oscuro pasado detrás, pero mi infelicidad por la vida o por las cosas nunca disminuyeron mis ganas de vivir, al contrario quería sacarle todo el provecho a esta vida maldita para encontrar esa dichosa felicidad que toda mi familia juraba haber encontrado.

—Nunca tendrás una vida normal.

¿Qué tus padres concuerden de que nunca tendrás una vida normal debe escucharse horrible, no es así? Bueno, también se siente horrible. Mis ojos se llenaron de lágrimas, si querían hacerme sentir algo con todo este estúpido sermón, lo lograron, hicieron pedazos mi deseo de tener una vida normal, pero no les daría el gusto de aceptar utilizar mis poderes para el beneficio de la humanidad.

maleficio ↯ jujutsu kaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora