03|Rey de las Maldiciones

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CAPÍTULO TRES

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CAPÍTULO TRES.
rey de las maldiciones

°

Camine dentro de la correccional escuchando dos voces cercanas, una más grave y animada que la otra, por lo que acorte camino entre los árboles y la maleza, para ver de quienes se trataban.

Tenía entendido que la chica del cabello naranja, Nobara, era la única que había sido evacuada del lugar, quedando solos el alumno estrella, Megumi y el chico de cabello rosa, Itadori.

—Una persona menos de la que preocuparme —murmuré separando los arbustos y haciendo a un lado las ramas de los árboles.

Mi rostro se iluminó con una auténtica sonrisa de felicidad al encontrar a Megumi e Itadori cerca de una de las entradas de la prisión, pero con cada paso que daba está se iba desvanecido rápidamente a medida que me acercaba a ellos.

Al acercarme lo suficiente, vi un charco de sangre en el suelo alrededor de Itadori, y me di cuenta de que él también sangraba por la boca y el pecho.

—¡Oigan! ¡¿Se encuentran bien?! — exclamé lo suficientemente fuerte para llamar su atención, llevándome una mirada temerosa de Megumi y una de confusión por parte de Itadori.

—¡¿Qué estás haciendo aquí?! —exclamó molesto Megumi.

Nunca lo había visto de esa manera, estaban empezando a asustarme, solo esperaba no haber llegado tarde.

—El maestro Gojo Satoru me contrato para salvarlos —me acerqué rápidamente a Itadori, analizando la gravedad de sus heridas—. Esto parece bastante grave, ¿Cómo puedes mantenerte aún de pie?

—¿Quién eres tú, humana?

—Nos conocimos hace dos semanas, ¿Recuerdas? —sin duda alguna me sentía bastante humillada, pero no podía permitirme fingir demencia, al menos no con Yuji Itadori.

Era extraño, como si estuviera hablando con otra persona.

—¡Aléjate de él, Amane! —volvió a gritar Megumi bastante alterado, no estaba entendiendo, ni por asomo, la situación.

—¿Alejarme? Todavía no logro entender como puede mantenerse parado, pero estoy segura de que en algún momento tendrá que caer. Necesita nuestra ayuda —entonces sentí una mano en mi cuello.

—¡Él no es Itadori!

Levanté la cabeza, aún teniendo la mano, del que me imaginaba era el Rey de las Maldiciones, en mi cuello. Observe detenidamente su rostro, las que suponía que eran cicatrices abajo de sus ojos, se convirtieron en ojos, cambiando de color a un rojo carmesí.

Cuando estuve a punto de abrir la boca, sentí mi cuello romperse... o al menos el cuello la técnica de ilusión: espejismo.

—En mi defensa, vi como este chico traspaso una pared de concreto de dos golpes, no me sorprendería que aún esté de pie —hablé a espaldas de Megumi.

maleficio ↯ jujutsu kaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora