02|Vientre Maldito

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CAPÍTULO DOS

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CAPÍTULO DOS.
vientre maldito

°

—¿Por qué vinimos a este lugar? —preguntó Mushu como si no supiera.

—Sabes cuál es mi trabajo, Mushu —respondí sin intenciones de ponerme a discutir sobre a lo que me dedicaba.

—Tu trabajo es demasiado peligroso, ¿Por qué no trabajamos juntas? Tienes una hermosa voz, tía Asa —entre miré a Mushu, escapándoseme una pequeña sonrisa. No era más esa niña de nueve años asustada por la hechicería y las maldiciones.

Mushu se dedicaba a subir videos a internet cantando las canciones de sus artistas favoritos, al igual que la música que ella misma compone y canta, compartiendo una mentira de nuestras vidas en las redes sociales.

—Soy una de las pocas hechiceras más prometedoras de nuestra generación, no es por lanzarme flores, pero soy realmente buena en mi trabajo —no tenía que mirarla a los ojos para saber que no le había gustado mi respuesta en lo absoluto—. Además, te opacaría, soy asombrosamente talentosa en todo lo que hago.

—Tengo que bajarte de tu nube de superioridad está vez, tía Asa —la mire con incredulidad—, ambas sabemos que soy mejor cantando que tú.

—Estoy en negación —le solté la mano haciéndome la dramática—. Tienes que darme tiempo, sabes que me molesta no ser la mejor en todo —Mushu era la única persona con la que me permitía sentirme inferior—. Sin embargo, no dijiste ninguna mentira —dije con un tono más serio—. Escucharte cantar después de un día largo de trabajo me trae paz y tranquilidad.

—Tú siempre serás la primera en escuchar mis canciones, tía Asa —Mushu se puso enfrente de mí, dedicándome una grande sonrisa.

Esta clase de momentos con Mushu hacían que todo en mi vida tuviera sentido. Esa adolescente de doce años me hacía sentir cosas que nunca más creí volver a sentir, como volver a experimentar la felicidad.

—Veo que estás de buen humor, tía Asa. Creo que debo aprovechar esta situación y preguntarte si podemos comprar mi micrófono para mi presentación —esta niña heredó mi inteligencia.

—Buena jugada —observé con detenimiento su rostro, era una pequeña versión de mi hermana mayor—, de acuerdo.

—¡Gracias! —exclamó lanzándose a mis brazos.

—Espacio personal —puse mi mano sobre su frente para detenerla.

No me gustaban los niños, pero tampoco me gustaban las personas quienes traían hijos al mundo por el simple hecho de que el proceso de procreación estaba al alcance de todos. No existe una planificación familiar perfecta porque realmente nadie sabe en lo que se está metiendo cuando traen a un ser humano al mundo.

maleficio ↯ jujutsu kaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora