Mariposas

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Pansy

Llevé a Hermione fuera de Hogwarts, necesita respirar aire fresco. Juntas nos fuimos al lago negro, siempre que necesitaba pensar me iba ahí.
- No dejes que te afecten sus comentarios, no dejes que te vean débil.-dije mientras me sentaba cerca de la orilla del lago.
- Lo intento pero es difícil, sé que ella ha hecho cosas crueles pero también ha sufrido mucho.- me dijo mientras se sentaba a mi lado.
- Hacemos lo que debemos por proteger a los nuestros.- le dije con nostalgia en mi voz.
- ¿Tú luchas por alguien?.- dijo Hermione mirándome.
- Sí, por mi madre. He tenido que hacer cosas crueles para mantenerla a salvo al igual que ella conmigo.- dije aún sin mirarla.- El Señor tenebroso, es un ser sin corazón, prometió que mantendría a los jóvenes al margen pero como siempre incumple sus promesas.
- Acabaremos con él, ya verás.- dijo Hermione poniendo su mano en mi brazo provocando que una descarga se dispares por todo mi cuerpo.
- Eso espero.- dije con un suspiro.
- No eres tan cruel como creí que eres y...te debo una disculpa, te juzgué sin conocerte.- dijo bajando su mirada.
- Tampoco te lo he dejado fácil.- le dije sonriendo de lado.
Ella se puso nerviosa y no se atrevió a mirarme, me encantó su timidez.
- Gracias por ayudarme, siempre estás ahí cuando siento que voy a perder el control.- dijo esta vez mirándome.
- Todos necesitamos a alguien que nos agarre del brazo cuando vamos a caer por el precipicio.- dije sin poder apartar mis ojos de los de ella.
- ¿Qué vas hacer esta tarde?.- me preguntó Hermione con una sonrisa.
- No tengo planes, ¿Por qué?.- le dije levantando una ceja.
- Esto... ¿Te gustaría venir a Hogsmeade conmigo?.- dijo algo nerviosa.
Me quedé mirándola por un segundo.
- Entiendo si no quieres venir yo...-dijo intentando excusarse.
- Iré, me gustaría ir contigo.- dije sonriendole.
- Genial.- dijo ella con esa bonita sonrisa que tenía cuando se veía feliz.
- ¿Vamos a Hogwarts y luego nos vemos en la entrada?.- le dije levantandome y ofreciéndole mi mano.
- Sí.- dijo ella tomándola y levantándose.
Juntas nos fuimos a Hogwarts, la acompañé hasta la puerta de Gryffindor y luego yo me fui a la Sala Común de Slytherin, donde Daphne Greengrass me estaba esperando en el sillón.
- Pansy, las chicas y yo vamos a Hogsmeade, ¿Vienes con nosotras?.- dijo poniéndose a mi lado.
- No, he quedado con Hermione.- dije llendome a mi habitación.
- ¿Con Black?.- dijo Daphne apoyada en el marco de la puerta.
- Sí.- dije quitándome la corbata de Slytherin y dejándola en la cama.
- Es una Gryffindor y además la estás tratando bien por ser hija de quién es.- dijo algo enfadada.
- Te recuerdo que a ti también te tratan bien por tus apellidos.- dije cruzandome de brazos.- ahora si no te importa sal de mi habitación que voy a cambiarme.

Hermione.

Me metí rápidamente en mi habitación, no sabía porqué pero de repente estaba muy contenta y nerviosa a la vez. No entendía el porqué. Tenía tiempo antes de ir a Hogsmeade con Pansy así que decidí escribir a mi madre.

Mamá :

Siento mucho no haberte escrito en estos días pero la cosa no ha ido tan bien como pensaba, Harry y Ron me odian sin contar con el resto de Gryffindor pero a pesar de ello, Draco, Pansy y los demás Slytherin se preocupan por mí. Intento ser fuerte como me has enseñado pero a veces me cuesta gestionar estas emociones, Pansy me ayuda mucho, siempre está ahí cuando estoy a punto de caer. Hoy he quedado con ella para ir a Hogsmeade juntas.
¿Cómo te va a tí?, Ten cuidado mamá las cosas están cada vez peor con la Orden y el señor tenebroso. Te echo mucho de menos. Con cariño.
Hermione.

Dejé de escribir y lancé un hechizo potente en la carta para que solo mi madre pudiese leerla, fui a la lechuceria y le di mi carta a una de las tantas lechuzas que había mandarla.
Miré mi reloj, tenía una hora antes de ver a Pansy así que me fui a mi habitación y abrí el baúl. No tenía idea de que ponerme y además tenía que arreglar mi melena rebelde. Mi tía Cissy me compró ropa muy elegante pero no creo que para ir a Hogsmeade sea necesario tanta elegancia aunque claro "Una Black va elegante a todas partes".
Pude mantener mi ropa muggle gracias a mi madre.
Me puse unos pantalones negros, un jersey abrigados y una chaqueta abrigada, intenté arreglar mi pelo pero al ver que me quedaban diez minutos decidí hacerme una trenza francesa. Me miré al espejo y al verme aceptable bajé hacia las puertas de Hogwarts donde Pansy ya me estaba esperando, llevaba una gabardina de color negro y unas botas bastantes elegantes, aunque la verdad no esperaba menos de ella. Sus ojos verdes hacían un contraste con su piel blanca increíble. Sacudí mi cabeza alejando esos pensamientos y me acerqué a ella.
- Hermione, estás muy guapa.- dijo Pansy sonriendo al verme.
Me sonrojé sin poder evitarlo, los chicos nunca se fijaban cuando me ponía más guapa cuando salía con ellos, ni siquiera Ron cuando me sentí atraída por él hace un año.
- Oh, gracias.. tú también estás estupenda.- dije nerviosa.
- Gracias.- dijo ella sonriendo.- ¿Vamos?.-dijo ella ofreciéndome su brazo.
- Claro.- dije agarrándome a ella.
Salimos de Hogwarts y por fin estábamos en Hogsmeade, todo estaba cubierto de nieve y las calles estaban tranquilas, solo algunos alumnos se atrevieron a salir a pesar del frío, ahora que lo pienso debí haberme puesto una bufanda.
- Eres un desastre Leona, debiste haber traído bufanda, te vas a resfriar.- dijo Pansy mientras se quitaba la suya.
- Pansy, no puedo aceptarlo, tú también puedes enfermar.- dije algo avergonzada.
- No lo haré, además no acepto un no por respuesta.- dijo mientras enrollaba su bufanda en mi cuello. Pude oler su perfume.
- Gracias.- le dije sonriendo.
Ella me sonrió y seguimos caminando, fuimos por las calles de Hogsmeade disfrutando de nuestro momento de paz y decidimos entrar en las tres escobas.
Ambas nos sentamos cerca de la chimenea y pedimos una cerveza de mantequilla.
- Pansy, ¿Puedo preguntarte algo?.- dije con algo de temor.
- Ya lo estás haciendo.- dijo ella riendo.
- Muy graciosa.- dije frunciendo el ceño.
- Adelante Black.- dijo poniendo sus brazos en la mesa.
Rodé mis ojos.
- Tú...¿Por qué me tratas tan bien? Siento que todos los Slytherin me estáis cuidando más que los de mi propia casa.- dije algo nerviosa.
- La mayoría por tus apellido y los otros  tienen miedo de que tu madre les torture, me incluyo en ese grupo.- dijo riendo.
- Idiota.- dije dándole un golpe en el brazo.
- Nunca me has caído mal, un poco sabelotodo ratón de biblioteca.- dijo mientras bebía.
Al ver mi mirada ella me sonrió.
- Pero siempre me has parecido una chica, inteligente, valiente y atractiva.- dijo fijando su mirada en mi.
- ¿De verdad?.- dije con el corazón a mil por hora.
- Sí, pero por la apariencias no pude permitirme acercarme a tí, me alegra poder conocerte mejor.- dijo Pansy algo nerviosa.
Espera. La princesa de Slytherin ¿Nerviosa por algo?.
- Yo también me alegro.- dije sonriendo.
Ambas cogimos nuestras cervezas de mantequilla y brindamos por este nuevo comienzo para ambas.

Se nos empezó a hacer tarde y nos fuimos de camino a Hogwarts, esta vez me ofrecí a acompañar a Pansy hasta las mazmorras ya que ella siempre era la que me acompañaba a la Torre de Gryffindor.
- Me lo he pasado muy bien.- dijo Pansy en la puerta de las mazmorras.
- Yo también.- le dije sonriendo.- Toma antes de que se me olvide.- dije quitándome la bufanda.
- Quédatela, así no pasarás frío cuando decidas salir.- dijo ella.
- Gracias.- dije sonriendole.
- Espero que podamos repetirlo.- dijo Pansy.
- Yo también lo espero, adiós Pansy.- dije poniendome un poco de puntillas y le dí un beso en la mejilla.
No esperé su contestación y me fui rápidamente de las mazmorras con una sonrisa tonta en mi cara.

La idiotez de Gryffindor ya hacía estragos en mí.

Mi Pequeña Niña (Bellatrix Lestrange)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora