❥ᴀ̶̶ʙ̶̶ɪ̶̶s̶̶ᴍ̶̶ᴏ̶⛥

Capítulo 2 El niño.

Carsien tuvo que esperar hasta que la reina se tranquilizara, fue llevada a su habitación en donde una de las sirvientas le dio algo que la hizo dormir. En verdad que sentía lastima por ella, ¿pero que podía hacer alguien como él?, ahora que estaba ahí trato de sacar información de las sirvientas, pero estas casi no le dieron nada de información, a decir verdad es como si ni ellas supieran del niño que estaba ahí.

Carsien—¿De verdad no puedes decirme nada sobre el niño? —volvió a preguntar, esperando una respuesta diferente

—Bueno, es que... Desde hace dos años fue que lo empezamos a ver, no salía mucho de la habitación de la reina, y es que ella no lo dejaba salir para nada, lo cuida mucho—explicó

Carsien—¿Eso es todo?—dijo ya algo cansado de eso

—Desde que la reina fue enviada aquí, ni nosotros teníamos mucho contacto con ella, se encerraba por meses, solo le dejábamos la comida a fuera de la habitación, y muchas de nosotras creemos que lo tuvo en secreto, y que por ello no salía, pero eso es todo lo que le puedo decir—dijo algo nerviosa

Carsien—¿Cómo se llama el niño?—ya había oído a la reina decirle Hans, pero para confirmar pregunto

—Se llama Hans Christian, así he oído que la reina le dice, aunque suele llamarlo solamente Hans

Carsien—Ya veo, gracias—se iba a ir hasta que pensó en algo más— ¿en donde puedo encontrar a Hans?

—Hay una pequeña biblioteca al final de este pasillo, ahí es donde debe de estar ahora mismo—señaló la habitación

El caballero de cabello rojizo, camino hasta aquella pequeña biblioteca, al abrir la puerta fue que lo vio, el sonido del rechinar de la puerta provocó que el menor lo viera, este no le dijo nada y volvió a mirar el libro, ignorando la presencia del caballero.

Carsien—¿Te llamas Hans, verdad? —quiso ser amistoso, ya que pensó que por estar aislado tanto tiempo posiblemente se asustaría o algo así

El pequeño sólo asintió con la cabeza, tomó algunos libros y se levantó, ya que estaba sentado encima de un montón de libros, pasó aun lado de Carsien como si no existiera o como si le importara poco quien estaba delante de él.

Carsien—(Me ignoro, ¿será por lo de hace rato?, ha de creer que lo quiero alejar de su madre) — cuando se dio la vuelta para mirar al menor este ya no estaba

Salió de la biblioteca, mirando aquel vacío pasillo, notando que no estaba aquel niño, era como si se hubiera desvanecido como un fantasma. Camino hasta la habitación de la reina, al entrar lo vio ahí estaba sentado aún lado de aquella mujer que yacía dormida, leía en completo silencio, comúnmente se agradecería que hubiera silencio, pero este era uno pesado y sombrío, podría decirse que hasta aterrador, la habitación estaba casi a oscuras de no por la leve luz que entraba por la ventana, y por la poca que daba una pequeña lámpara que tenía el menor aún lado, la cual usaba para leer.

Carsien—(Debe de ser muy interesante ese libro, como para que no quiera ni hablar conmigo) —miro fijamente al menor

—¿Piensas quedarte ahí?—dijo en un tono serio

Carsien—¿Eh? (Fue mi imaginación o oí la voz de un adulto)

—¿Estas retrasado o que? —miro al caballero de mala gana

Carsien—¿Príncipe? —estaba sorprendido por la voz que salía del menor —(Su voz... es como la de un adulto, pero sin duda es un niño)

Hans—Deberías irte antes de que se levante, si te ve, lo más seguro es que te aventara lo primero que se encuentre—miro al caballero

Carsien—Bueno, como venía a verla, esperaba a que despertara y ver si estaba mejor—sonrió levemente intentado ser amigable—(¿Cómo debería de tratar con él?, el príncipe Rulius es tranquilo y amable, al menos conmigo, pero este niño no deja de ser alguien serio)

Hans—Vete y no regreses, mi madre y yo estamos bien, viviendo así—apago la lámpara dejando la habitación sin aquella luz

Él caballero sintió un escalofrío, no entendía como aquel niño podía decir que estaba bien la forma en la que vivía, pudo notar como dejaba el libro aún lado, y se quitaba el calzado y se metía a la cama, abrazando a aquella mujer.

Hans—Como dije deberías irte, quiero dormir—dijo en un tono frío

Carsien—Entonces los dejaré descansar—salio de la habitación, sintiendo un alivio al salir de ahí, por poco sentía que no podía respirar si se quedaba ahí —No lo entiendo...

—Sir Carsien, ¿sigue aquí? —pregunto una de las sirvientas con curiosidad

Carsien—En realidad ya me iba—sonrió ligeramente—Oye, ¿tu sabes algo sobre el príncipe Hans?

—Miró a su al rededor, al no ver a nadie suspiro y hablo—No mucho, casi no podemos acercarnos a él, la reina se enoja si lo hacemos y empieza a aventar cosas, hace un año una sirvienta se tuvo que ir por eso, ya que la reina... —su expresión demostraba miedo —la reina, la dejo ciega de un ojo, ella estaba bañando al príncipe, y Marisol tuvo curiosidad y fue a ver, cuando nos dimos cuenta las demás sirvientas  y yo, era demasiado tarde, tenía la ropa manchada de sangre y después de eso, se fue del palacio... —explicó —Ella... Dijo un día antes de irse, que no podía decir nada de lo que había visto... No se porque dijo eso aquella ocasión

Carsien—¿Sabes en donde vive? —pregunto con cierta curiosidad

—Si no mal recuerdo, vive aún cerca de las fronteras del imperio, su nombre es Marisol Guier, si pregunta quién le dio información sobre ella, por favor no diga que fui yo, no quiero meterme en problemas—dijo algo nerviosa

Carsien—No te preocupes, yo no diré nada y muchas gracias señorita —sonrió amablemente para calmar a la mujer

—No es nada, este... Me voy—se alejo del caballero a paso rápido

Carsien—(No pensé que la reina podía llegar a esos extremos, aún sigo sin entender del todo su comportamiento, ¿tanto es su miedo a que le quiten a ese niño?, han vivido aquí por once años, de cierta manera en abandono, tienen lo básico pero aun así, es una situación lamentable y aún más con el príncipe que ve normal el comportamiento de la reina)—Nadie me garantiza que ese niño, no haya sido maltratado... (Esto es negligencia sin duda...) —salió algo molesto del palacio