Capítulo 32.

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Kara pov

Hoy me levanté un poco más temprano, mi corazón estaba lleno de felicidad y era inexplicable lo mucho que me emocionaba esto.

Todavía me estaba riendo de la llamanda que tuve con Sam esta mañana, incluso más temprano que ahora.

Le pedí que me ayudara a buscar y traer un cachorro, y tenerlo en algún lugar para mañana.

Quería que todo fuera perfecto y especial.

"Hola a mi rubia favorita", saludó Sam, sentándose en la silla para acompañarme a desayunar.

"Hola, mi castaña favorita", sonreí, tomando un sorbo de mi café.

"Estás muy cariñosa... Ahora soy tu castaña favorita, ¿existe eso?", preguntó divertida.

"Por supuesto, lo eres, te quiero y me acompañarás a buscar un cachorro", respondí riendo.

"¿Entonces solo me quieres porque te voy a ayudar a encontrar un cachorro?", preguntó levantando la ceja.

"Te quiero porque gracias a ti estoy curando cada día más mis heridas y también porque me ayudarás a traer al cachorro"

"Bien... Está bien rubia y ¿dónde se quedará el cachorro mientras tanto?", preguntó mientras comía una galleta.

"Ese es el problema que no sé dónde puedo dejar el cachorro", respondí haciendo un puchero.

"Dios mío rubia, que voy a hacer contigo, ¿no has preguntado si puedes tenerlo ahí en el hotel?"

"La verdad es que no, pero como es un hotel lujoso no creo que no nos permitan entrar con cachorros o ¿sí?".

"Pues si no preguntas nunca vamos a saber tonta", dijo la castaña, poniendo los ojos en blanco.

"Tienes razón... ¿y si no puedo tenerlo allí?", pregunté ahora.

"Ya pensaremos en algo, primero hay que averiguar antes"

La castaña se levantó, llamó al mesero y pagó la cuenta rápidamente.

"¿Qué, lo pagaría yo, a dónde vas?", pregunté mientras metía un jugoso trozo de tocino en mi boca.

"¿Cómo qué a dónde tonta?, vamos", me jalo con fuerza.

"Pero... no he terminado de desayunar", señalé, levantándome con un puchero mientras dejaba mi desayuno votado en esa mesa.

"¡Me levanté temprano por ti, así que has me caso ahora!", contesto llevándome de la mano con rapidez.

"Bueno. Adiós tocino delicioso", hice una mueca.

"Ay, no seas payasa", susurró burlándose.

Salimos del lugar para ir en busca de cachorro

...

Llegamos a un refugio veterinario, dónde habían muchos cachorros para adoptar. Mi corazón se derrite con cada paso que doy.

Ahora el problema es que me los quería llevar a todos.

"¿Cuál escogeras? ¡Todos son muy lindos!", dijo la castaña con una sonrisa mientras alzaba y tocaba a los cachorros, con cuidado.

Observe a todos los cachorros, era muy difícil cuando esos ojitos te miran con deseo de una nueva dueña. Antes de que me decidiera por unos de los cachorros hermosos, llegó una chica para atenderlos y ayudarlos.

"Buenos días, Srtas ¿Les podemos ayudar?", saludó con una sonrisa amable.

"Buenos días, Srta. Buscamos un cachorro para adoptar", respondió Sam.

↬ 𝐄𝐋𝐋𝐀 𝐄𝐒 𝐓𝐔 𝐇𝐈𝐉𝐀 ↫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora