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Capítulo 8 "Lazos Rotos"

-¿entonces a donde estamos yendo exactamente? –pregunté mientras Elijah echaba combustible, era quizá las 11 de la mañana, había una gasolinera en medio de la nada y preferimos parar antes de quedarnos varados más adelante.

-a los alrededores de Denver -dijo él- ahí fue la última vez que se le vio según unos pobladores

-oh genial –dije recostándome en el carro y cruzándome de brazos

él levantó la mirada y me vio fijo

-no quieres verlo ¿verdad? -levantó una ceja

-para que mentir, claro que no quiero –dije y suspire pesadamente- sé que ni bien lo vea correré a sus brazos -una risa amarga salió de mí- que idiota me siento la verdad, creí que era más fuerte... que patética soy...

-no digas eso –dijo apoyándose a mi costado- estás enamorada de él, _______ y lo has estado por muchos años

-enamorada de un idiota –dije mirándolo y bajé la mirada- pero es algo que no podemos controlar ¿cierto? –dije mirando al suelo

-lo sé –dijo Elijah mientras se apoyaba a mi costado, lentamente caminó al otro lado del carro, abrió la puerta y se sentó en el asiento de piloto, lo vi algo curiosa ¿me había perdido de algo?

***

-¿Están donde? –pregunté una vez más, Stefan estaba con el teléfono en altavoz y por el sonido de su voz las cosas no estaban tan bien para ellos tampoco...

-En la biblioteca, Rebekah nos tiene como rehenes -dijo nuevamente

-¿Rebekah? –dijo Elijah- ¿quién le quitó la daga? -pregunto alarmado

-no tenemos la menor idea –dijo Caroline- pero algo trama, dijo algo que traería refuerzos

-esto no me gusta como suena –dije seria- ¿Estás seguro de que no quieres que vaya? Puedo...

-no, _______ has lo que tengas que hacer, nosotros podemos con una original -dijo Stefan

-¿una? ¿qué te parecen dos? –dijo una nueva voz en la conversación, Elijah paro el carro en seco y ambos miramos el teléfono- ¿con quién estás hablando? –dijo cogiendo el teléfono- oh... darling... -pude sentir su sonrisa

-¿Kol? -pregunté casi sin aliento mientras miraba el rostro serio de Elijah

-vaya veo que no te olvidaste mi nombre aún

-no te atrevas a hacerle algo a mi hermano o Caroline si no te juro... –dije

-nos vemos _____ -cortó la llamada

-diablos –dijo Elijah golpeando el timón- no llegaremos a tiempo -dijo molesto

-tenemos que ir corriendo es más rápido –dije y era cierto, él me vio y asintió, abrió la puerta, lo imité y echamos a correr lo más rápido que pudimos. Cuando cayeron casi las 5 de la tarde estábamos muy agotados, entramos rápidamente a un motel que estaba cercano, cogimos a unos cuantos incautos y cenamos.

-juro que no haría esto en circunstancias normales pero... -dije algo nerviosa, a diferencia de Stefan yo tenía una tolerancia mayor a la sangre humana, pero eso no evita que quizá no tenga control siempre

-lo sé... créeme que yo tampoco lo haría –dijo él sin mirarme

-¿Elijah estás bien? –pregunté mirándolo, algo lo estaba fastidiando desde hace mucho rato