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3/2/2022

Mi nombre es TN, y desde el último mes mi vida ha cambiado tanto que empecé a escribir este diario. Mis padres se tuvieron que ir un tiempo de nuestro país, y me dijeron si quería acompañarlos, pero no podía imaginar estar sin mis amigas, cambiar de colegio y encima mudarme a un país totalmente nuevo. Es por eso que me dejaron quedarme en mi ciudad, el único problema era que no podían dejarme sola ya que tengo 17 años...

Entonces mi padre hizo una llamada a mi padrino. ¿Qué quién era mi padrino? Buena pregunta, él había sido uno de los alumnos más exitosos de mi padre. Mi padre daba clases para futuros importantes empresarios, y aunque Kim Taehyung se hizo mi padrino cuando yo ya tenía varios años de edad solo le conocí un par de veces en persona. Era un tipo serio y atareado que nunca tenía tiempo para nadie, salvo para mi padre al cual parecía tenerle verdadero aprecio.

Es por eso que cuando mi padre le contó el problema él accedió a dejarme una habitación en su enorme casa. El día que mis padres se fueron les acompañé al aeropuerto. Los tres llevábamos maleta, pero mientras que ellos se irían un año a Suiza yo me quedaría en la casa del hombre más malhumorado que conocí en mi vida. Aunque, gracias a que él me dejaba quedarme yo podía seguir yendo a mi colegio, con mis amigas y mi fantástico novio.

Un coche negro con ventanillas tintadas vino a por mi al aeropuerto después de que saliera el vuelo con destino a Suiza, y poco más tarde llegué a una casa muy grande y moderna. Aquello parecía una mansión. Tenía una piscina y todo lucía elegante.

Me quedé anonadada viendo la entrada. El chófer sacó mi maleta del maletero y yo abrí la puerta principal. Todo era muy bonito y lujoso. Entonces una señora de unos 50 años y con sonrisa amable se acercó a mi.

-Usted es la señorita Tn, un placer. -Dijo haciendo una pequeña reverencia. Parecía ser la ama de llaves de aquella enorme casa.

-Por favor no me llames señorita, con tn está bien. -Contesté sonriente mientras cogía la maleta de las manos del chófer y este me miraba sorprendido.

-¿Podrá con la maleta usted sola? -Me preguntó.

-Claro, no hay problema.

-Déjeme acompañarla a su habitación señorita. -Dijo de nuevo la señora. Me guió por los pasillos y llegué a una habitación. Las sábanas eran moradas y todo armonizaba a la perfección. -Mi nombre es Feng señorita, estaré a su disposición para cualquier cosa.

La mujer seguía llamándome señorita y aquello me resultaba casi incómodo. ¡Nadie nunca me había llamado así! Me sentía como una princesa en un palacio... Deshice la gigantesca maleta en la que llevaba bastante ropa y algunas de las cosas de las que no quería deshacerme. Coloqué un cuadro de mis padres encima de una mesita blanca. Puse también un par de fotos con mis amigas y otras con mi novio. Tenía unas ganas increíbles de verlos a todos.

Terminé de deshacer la maleta y organizarlo todo y me di cuenta de que ya era bastante tarde y todavía no había cenado. Mi barriga comenzó a rugir así que intenté buscar la cocina en aquel laberinto de habitaciones. Llegué siguiendo el olor a pastel y me encontré a Feng.

-Hola señorita Tn, ¿Tiene hambre?

-De verdad que no es necesario que me llame señorita y... -Mi barriga rugió en contestación a la pregunta de la señora. Ella me miró de forma amable

-De acuerdo, ¿Qué quiere cenar?

-Unos fideos instantáneos estarían bien.

La mujer rio y me miró divertida.

-Al señor Kim no le gusta mucho ese tipo de comida

-El señor Kim tiene pinta de insoportable

-Tal vez sea un poco diferente, pero es una buena persona. No lo prejuzgue señori... Tn. ¿Le gustaría cenar salmón marinado?

-Feng, ¿Podría pedir una hamburguesa?

-Claro Tn -Dijo entre risas - Creo que darás la vida que necesita esta casa. El señor Kim y tú probablemente os llevéis como perro y gato. -Me reí ante el comentario - Perdón señorita, no quería ser descortés.

-No lo eres Feng.

Aquella mujer canosa me había sacado la primera sonrisa real del día. Cogí mi teléfono y pedí una hamburguesa. Llegó en poco tiempo y me senté a comerla mientras conversaba con la señora.

-Cuéntame más sobre Kim por favor. -Le pedí

-Está bien. A él le conozco desde que es un crío y es de esos niños a los que nunca les enseñaron a jugar. Lleva siendo igual de serio desde los 9 años.

-Tiene pinta de amargado.

-¿Disculpa? -Preguntó una voz detrás de mi haciendo que diera un pequeño salto sobre la silla en la que estaba. Me giré lentamente mientras aún sujetaba una patata en la mano y vi al que se suponía que era mi padrino. Era un hombre alto con una espalda muy ancha. Su rostro estaba bien definido y llevaba un traje gris que parecía ser bastante caro. Vi como posaba su mirada en la patata que tenía en la mano y levantaba una ceja. -Tn, en mi casa se siguen mis normas. ¿No te advirtió Feng sobre lo que opino de esa comida?

-Sí, pero es mi cuerpo, así que yo puedo decidir por mi misma que comer.

-No deberías comer esa porquería.

-Por ahora no eres mi padre, señor Kim. -Dije. ¿Quién se creía aquel hombre? Apenas me sacaba 10 años, no tenía derecho de decirme que comer y que no.

-Tn, a partir de ahora soy responsable de ti. Así que sí, tengo todo el derecho del mundo a decirte que puedes comer.

Tras decir esto se marchó y yo le metí un gran mordisco a la hamburguesa que me quedaba mientras miraba a Feng.

-¿¡Te parece normal!? -Exclamé con el bocado en la boca.

-Disfruta esa hamburguesa, creo que no comerá más comida basura en un tiempo. -Dijo la señora Feng con su habitual sonrisa.

Recogí el plato y abrí el refri. Aquel hombre era un psicópata y no tenía ningún tipo de dudas. Había un estante lleno de limones. ¿Quién carajo comía tantos limones? En fin, cerré el refrigerador, claramente allí no habría nada similar a un helado. Subí a mi habitación y preparé el uniforme. Me puse el pijama y me tumbé en la cama. ¡Qué cómoda! No tardé mas de un par de minutos en caer rendida.

Daddy issues ˚。⋆୨୧˚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora