Taehyung se lanzó sobre mi y comenzó a besarme de forma casi desesperada. Tenerme entre sus brazos hacía que me sintiese segura. Comenzó a desabrochar su traje negro y yo no podía apartar la mirada de aquel dios que tenía enfrente. Sus abdominales estaban perfectamente tallados.
Antes de darme cuenta sus manos habían pasado de desabrochar su camisa blanca a meterse bajo mi sostén y a tocar mi pecho. Desabrochó mi sujetador y no pude evitar excitarme al sentirme tan cerca de su cuerpo. Comencé a notar como el bulto de sus pantalones crecía y eso solo conseguía excitarme más.
Él acercó la mano a la mesita de su habitación y abrió uno de los cajones para sacar un condón. ¡Dios mío aquello estaba pasando de verdad!
-Me vuelves completamente loco tn -Dijo cerca de mi oído. Él sujetó el condón entre sus dientes y lo abrió. Aquello se sentía como uno de esos sueños en los que te acuestas con tu actor favorito y no quieres despertar... Solo que en aquel caso el actor era mi padrino, el cual era demasiado sexy como para resistirse.
¿Qué si aquello estaba mal? Sí. Pero ya no me importaba porque Taehyung se veía como el más divino pecado. Él se deshizo de mi camiseta mientras continuaba besándome.
Podía sentir nuestros pechos desnudos rozándose y no quería separarme de él. Besó y lamió mi cuello. Noté como una de sus manos se dirigía hacia mis bragas y las bajaba lentamente.
Abrió mi boca casi a la fuerza. Metió dos de sus finos y alargados dedos en ella y luego los introdujo en mí. No pude evitar soltar un gemido de placer. Aquello era casi vergonzoso. Taehyung me dominaba completamente y él se veía tan serio mientras yo lo único que podía hacer era gemir y agarrarme a las sábanas de su cama al sentir como metía y sacaba sus dedos.
Él se quitó el cinturón y se desabrochó el botón del pantalón de traje, dejando ver la magnifica v que formaba su bajo abdomen. Mi corazón cada vez latía más fuerte y sentía que necesitaba tenerle dentro en aquel instante.
Entonces mi mente volvió en sí por unos segundos, y me puse nerviosa al pensar que aquella sería mi primera vez. La verdad que la idea de que el primero en hacerme suya fuese el increíblemente rico y apuesto CEO de una de las empresas más importantes de mi país me volvía loca.
-Tae, yo... -Dije suavemente, con la voz algo entrecortada por todo lo que el chico me estaba haciendo sentir.
-Tn no podré ser delicado contigo si pones esa voz -Me advirtió él mientras continuaba, esta vez de forma más salvaje, el movimiento de sus dedos haciendo que soltase un gemido más alto que el anterior.
-Ah... Tae... -Comencé intentando hablar de manera clara. - Soy virgen.
Noté como el paraba el movimiento de sus dedos en seco y comenzaba a separarse de mi. Se quedó mirándome fijamente y se tiró boca arriba a mi lado en la cama.
-Vete a tu habitación. -Dijo sin mirarme.
-Taehyung por favor. -Supliqué -No puedes dejarme así.
-Que te vayas mocosa.
-Eres injusto. -Dije. En aquellos instantes necesitaba sentirle dentro de mi y que me hiciese suya. ¿Qué carajo le pasaba? Primero era él quien comenzaba a besarme desesperadamente y luego frenaba de golpe. Me tumbé encima de él, ansiando su piel más que ninguna otra cosa en aquellos momentos -No puedes parar las cosas cuando tú quieras ¿sabes?
-Ya está bien tn. -Dijo en un tono tan duro que sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Me quité de encima y me senté en la cama mirando fijamente al oscuro suelo. La única luz que nos alumbraba era la de la luna, que daba una tenue claridad a la oscura habitación de Taehyung.
-Eres cruel. No puedes ir por ahí dejando a medias a las mujeres.
-Tú no eres una mujer, eres una niña, ahora déjame dormir. -Me respondió con los ojos ya cerrados. Ouch... Aquello me dolía tanto que casi ni sentía las lágrimas que resbalaban por mis mejillas. Traté de que él no se diese cuenta de que estaba llorando y salí de la habitación dando un sonoro portazo.
Maldito Kim Taehyung y maldita su empresa, su casa, su sonrisa y sus trajes caros. Esperaba que al día siguiente se le cayesen los dientes y que le saliese una espinilla en la nariz. Me metí en mi habitación, aún caliente después de lo que el idiota de Kim había hecho conmigo. ¡Quería matarlo!
Si se detuvo porque era virgen realmente era imbécil. ¿Qué más daba aquello si yo quería? Era incapaz de dormirme con todos esos pensamientos pululando mi cabeza. Juraba, desde aquella noche, que los próximos días de Kim serían un infierno, y yo misma me aseguraría de ello.
Miré el reloj y ya eran pasadas las 2, así que decidí aprovechar que todos estuviesen ya durmiendo para bajar a la cocina y comenzar a preparar mi perfecto plan: "Como arruinar a TaeTae en 10 días". Agarré los cascos, puse mi playlist de Sex Pistols y comencé con el primer punto de la lista. En la cocina busqué la botella de Chilly's que cada día llevaba al trabajo con café. Cogí algo de sal y tomillo del cajón de las especias y lo eché en el fondo. Una mezcla que sin duda el señor Kim adoraría.
Me dirigí después a su oficina. Había varios papeles los cuales parecían importantes, un par de cartas con direcciones en el extranjero y cuentas de la empresa. Agarré las cartas y subí con ellas a mi habitación. Quité los papeles originales y los intercambié por la última carta de "El diario de Noa" que yo misma me encargué de escribir en un papel rosa perfumado. Me pinté los labios y los estampé contra la hoja. Después volví a meter las cartas en el sobre original y con cuidado traté de dejarlas en la misma posición que estaban cuando las cogí.
Fui canturreando y bailando por los pasillos hasta dar con el vestidor de Kim. Era la primera vez que entraba en aquella habitación, y eso que ya llevaba bastante viviendo allí. Aún así, consiguió impresionarme aquel mega armario repleto de trajes, relojes caros y corbatas. La zona de las camisas llamó mi atención, ya que eran todas exactamente igual de aburridas. Busqué rápidamente unas tijeras y recorté pequeños circulos a la altura de los pezones a todas y cada una de las camisas blancas.
Iba a irme de vuelta a la cama cuando lo vi. El precioso maletín de cuero que siempre llevaba Taehyung al trabajo. Nunca lo había visto salir de casa sin él. ¿Qué secretos guardaría aquella cartera? Decidí abrirla y para mi sorpresa no había más que folios repletos de números, tan aburridos como los que había en su despacho. Le hice un favor cuando le guardé los papeles en un cajón de su escritorio y los cambié por varias cosas que encontré en mi habitación. En el maletín de Taehyung había: un rímel, un rizador de pestañas, un par de revistas ñoñas de moda que ya nadie leía, un cd de los pistols y un par de bragas que había comprado hacía unos días y aún no había estrenado. De nuevo dejé el maletín donde lo encontré con cuidado y me fui a la cama, satisfecha con solo imaginar la cara de Taehyung al día siguiente.
En aquel segundo intento por conciliar el sueño no me hicieron falta más de 5 minutos para quedarme profundamente dormida. Felices sueños Tae Tae.
Fin del cap <3