Cuando la vida de Taehyung se pone de cabeza, él sabe perfectamente qué hacer. Bien, en realidad no tiene idea; pero si de algo está seguro, es que no debería haber terminado en el departamento de Jung Hoseok. Tampoco debería haber permitido que su...
℘detalle: por si es necesario, Hoseok y Taehyung tienen 28 y 26 años, respectivamente. No lo he mencionado en el fic porque no me pareció necesario y ambos ya conocen eso de ellos. Es probable que termine mencionándolo en algún capítulo, pero lo esclarezco aquí.
℘ advertencia: no está de más dejar en claro que este capítulo muestra contenido +18. Se lee bajo propia responsabilidad.
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Hoseok no está seguro de quién tuvo la iniciativa para salir de la oficina, recuerda vagamente haber salido después de Taehyung, buscando no levantar sospechas. Se dejó llevar, sintiéndose como un chiquillo que no conoce límites porque se siente superior al descubrir nuevas cosas de la vida y tiene la idea de que puede manejarlo. El chiste se cuenta solo, no hay palabras que agregar cuando se tiene una sola cosa en mente. El trayecto en el auto había sido como una mancha de acuarela, difuminado en deseos surgentes en el inicio de una noche de tonos lilas y azules.
Para cuando llegan al departamento de Taehyung, las cosas ya se sienten un poco divertidas. De hecho, empezaron a serlo desde la pausa rápida que hicieron para comprar los preservativos. Pero a medida que la sensación de vivacidad aumentaba, también lo hizo la necesidad, aquella que buscaba dejarles sin nada, sobre la mullida cama, únicamente con el deseo de apaciguar lo que sea que hayan creado entre ellos. Es fuerte, el sentimiento es una mezcla de todo que desemboca en un sin nombre, les hace avanzar rápido, sin siquiera percatarse del camino que están recorriendo del corto pasadizo que conecta la entrada a la habitación. Son ellos, caminando enredados en medio de la naciente noche.
—¿Estás bien con esto? —Hoseok pregunta, se encuentra sentado en el borde de la cama y Taehyung está sobre él, devorándolo. Él sabe que es importante que ambos se tomen al menos un minuto para tomar consciencia de lo que harán, incluso si es algo casual.
—¿Crees que te traería a mi departamento si no lo estuviera? —Es la respuesta, bastante sincera y sencilla. No hay nada enrevesado aquí.
—Sé que no, pero... no está de más preguntar. —Una risa suave, vuelve a ensañarse con la piel nívea del cuello ajeno—. Ven —añade, echándose hacia atrás y, Taehyung, por pura reacción, se aferra a él mientras quedan tendidos en la cama.
—Tú sí que eres un idiota... —Se queja, incorporándose un poco para mirar bien a Hoseok—. Al menos debes avisarme.
Hoseok suelta una carcajada antes de decir —: Te quieres coger a este idiota.
Es una reacción natural que Taehyung sienta su rostro demasiado caliente de pronto, el cosquilleo mareante en la boca del estómago.
—Veamos cómo lo haces. —Entonces no sabe si está pidiendo algo de manera tácita o si solo es un reto tonto que surge por la travesía del momento.
No quiere hablar más porque eso denotaría su actual nerviosismo, así que termina sentándose sobre Hoseok y quitándose la caffarena gris que lleva y, mientras tanto, se pregunta a dónde fue a parar su pobre gabardina. ¿Importa? No, pero quiere tener algo con qué distraerse durante el tiempo que le toma desnudarse. Hoseok se dedica a observar, siendo que encaja mejor la palabra "admirar". Taehyung tiene un cuerpo atractivo, es magro sin exagerar, y el chico tiene una manera agraciada de despojarse de sus prendas. Él se incorpora un poco para dejar un beso sobre el vientre contrario, es un toque suave que hace que Taehyung suspire debilitado. Hoseok lo toma como una invitación, se encarga de subir con sus labios poco a poco, hasta llegar al pecho de la persona encima de él.