Capítulo 5

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—¿Pero qué mierda pasa aquí?!

Una voz extra llamó la atención de ambos, haciendo que girasen sus rostros.

Sanemi se encontraba de pie a unos pocos metros con su rostro reflejando una furia enorme, se acercaba a ellos con pasos rápidos y fuertes.

Amane sintió por primera vez alegría de verlo, no podia soltarse del agarre de aquel hombre e incluso la estaba llegando a lastimar, algo que no pasó desapercibido por parte del peliplateado.

Los puños del chico no tardaron en apretarse con fuerza, marcandose por toda su mano y brazo sus venas.

Antes de que él pudiese hacer algo, Sanemi lo golpeó con fuerza en el rostro al mismo tiempo que tomaba a Amane para alejarlo de él.

—Eres hombre muerto por tocarla.

Volvió a lanzarse encima de él para llenarlo de golpes, Amane quedó paralizada por varios minutos en su sitio sin creer lo que estaba sucediendo en aquel momento.

—¡Sanemi!

Aquel hombre se lo quito de encima con facilidad, le iba a dar un golpe pero la de cabellos azulados se interpuso para ser ella quien recibiese el golpe.

Una vena aún más grande  se le marcó en la frente al ver como ese sujeto la golpeó. Preparó su mano una vez más para lanzarle un golpe.....

Pero esta vez no fue solamente él quien lo golpeó, Amane también le dio un puñetazo en la parte libre del rostro.

—¡¿Me puedes decir que mierda estabas pensando?!

—¡A mi no me vengas a gritar!

Los dos se miraron molestos, ninguno de ellos iba a retroceder ante el otro, ¡su orgullo estaba en juego! Amane no dejaba de pensar como Sanemi supo donde estaban, ¿Acaso las siguió? ¿Alguna de las chicas le había dicho?

¡Lo segundo era algo totalmente imposible! Sus chicas son totalmente fieles a las decisiones que ella tomaba en cualquier circunstancia e incluso si aquello hubiese sido el caso, le hubieran comentado inmediatamente.

—¿Cómo permites que ese sujeto asqueroso intente algo contigo? ¡Te estaba intentando tocar!

—¡Muchas opciones no tengo! ¡Es el único que nos estaba arrendando un lugar para que nosotras pudiéramos practicar en los pocos y ridículos días que nos diste!

Sanemi miró con furia al adulto que ahora se encontraba inconsciente en el suelo por los golpes que ambos le terminaron dando segundos después.  La sangre le hervia con fuerza, no le estaba permitiendo pensar con claridad y su respiración era agitada por lo mismo, ¡No podía creer que ella estuviese en semejante peligro!

El de cabellos plateados le tomó de la ropa para acortar la poca distancia que les quedaba y la beso para intentar calmarse... para que ambos se calmaran.

Amane al principio se negaba, intentaba empujarlo para que se apartara de ella, pero no podía lograrlo e incluso terminó siguiéndole el beso, ¡No podía pensar con claridad!

Deslizó sus manos por el pecho de Sanemi hasta llegar a su nuca para enredar sus dedos en el cabello de él.  Mientras que él la abrazaba por la cintura ahora para apegarla aún más a su cuerpo si fuese posible..... De verdad que todo lo relacionado con ella no le dejaba pensar con claridad.

Estuvieron así durante varios segundos hasta que Amane recupero un poco los sentidos y se apartó de golpe del chico, con su rostro ligeramente sonrojado y el ceño fruncido.

—No entiendo porque me besas..... Se muy bien que no te gusto y a mi no me gustas tú.

—¿Entonces por qué me sigues el beso?

Le tomó del mentón con un poco más de delicadeza y la beso de forma lenta, algo totalmente distinto a los besos que acostumbraba robarle Sanemi. El cuerpo de la peliazul se estremeció levemente por ello, Sanemi no suele ser de aquellos que besaban con delicadeza y la estaba confundiendo.

—Mañana se van a enfrentar a mi equipo.... solo tres de ustedes contra tres de nosotros, no te voy a decir quienes participarán.

La dejó ir de golpe, le hizo un gesto con la mano mientras se iba e incluso se relamió un poco los labios, le gustaba molestar a Amane de esa manera, que le viese confundida y sobre todo lograr que ella se sonrojara.... Cosa que es un poco difícil.

La mente de Amane se quedó en blanco, intentando procesar que era lo que realmente había sucedido en esos minutos. Koemi alarmada salio del local para buscar a su amiga, tenía un mal presentimiento y se aseguró que el resto de chicas estuviese haciendo algún ejercicio para que no sospecharan nada.

—¡Amane!— Gritó preocupada corriendo hacia ella y la abrazó con fuerza.— ¿Qué sucedió? ¿Por qué estas así?

La bombardeo con un sin fin de preguntas, le tomó el rostro con delicadeza buscando alguna herida, lo único que encontró fue que su mejilla derecha estaba ligeramente hinchada y rojiza. Luego miró al supuesto entrenador en el suelo, inconsciente y frunció el ceño molesta,  deseaba patearlo hasta que se sintiese cansada.

—Mañana... mañana debemos enfrentarnos al equipo masculino de Kendo....


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Todas se encontraban nerviosas colocándose el uniforme, habían realizado un pequeño sorteo de quienes iban a participar,  les ponía nerviosas que solo tres de ellas iban a poder luchar.... ¡Y sobre todo no sabian contra quien iban a pelear!

Koemi le tomó la mano a su mejor amiga para intentar brindarle algo de apoyo y que no estuviesen las dos tan nerviosas. Amane giró su rostro para verla y le dedico una pequeña sonrisa a ella, sabía a la perfección lo que ella intentaba hacer en ese momento y realmente se lo agradecía demasiado.... Quizás ya hubiese perdido ante los nervios si Koemi no estuviese con ella en ese momento.

Suspiro con fuerza unas cuentas veces más,  para luego colocarse la protección en su cabeza al mismo tiempo que las demás hacían lo mismo e iban al gimnasio que habían solicitado para que ambos equipos estuviesen presente en aquel momento tan decisivo.

Al llegar al gimnasio vieron que no solo el equipo masculino se encontraba allí, algunos profesores y parte del consejo estudiantil estaban presentes para ver el encuentro.


Los nervios iban en aumento.....

Caerás ante mi [Shinazugawa Sanemi x oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora