Caerás ante mi [Shinazugawa Sanemi x oc]

Capítulo 8

Sanemi deseaba continuar besando a la chica, la sostuvo por la cintura y su otra mano en su rostro para evitar que ella se escapará, pero no mostraba ninguna intención de aquello.

Sus rostros una vez más estaban a pocos centímetros, pero el sonido de la puerta le hizo apartarse de ella lo más rápido posible.

—¡Pensé que no había ningún alumno a esta hora!

Rengoku Kyojuro se encontraba en la puerta mirándolos con su característica sonrisa, sin sospechar lo que estaba sucediendo.

—Solo le estaba diciendo que podrán usar ahora el salón.... que hay que ver que días para que no nos estorben.

Amane no pudo evitar mirarlo de manera incrédula, era algo que no estaban haciendo, pero aquella pequeña mentira le convenía a la peliazul para que Rengoku no tuviese alguna idea equivocada.

—¡Lo mejor es que lo conversemos los tres juntos para evitar alguna discusión innecesaria!

—Creo que sería lo mejor... Porque nunca se sabe lo que puede pasar con él.

Amane un poco más relajada señaló al peliblanco y el chico no podía decir nada para defenderse, porque Rengoku Kyojuro podría decir algo de más, aunque no lo creía.

—Que molesto, entonces mañana hablamos de esta porquería.

Hizo un gesto con la mano en modo de despedida para salir lo antes posible de aquel salón y no tener que verlos por más tiempo.

Rengoku y Hisakawa se quedaron solos en silencio en el salón. La chica se sintió algo nerviosa e intentó recoger sus cosas para también irse a casa lo antes posible.

—Hoy todas ustedes se lucieron,  ¡Es un honor tenerlas en nuestra escuela!

—Es una lástima que no le hayan dado una oportunidad de verdad a las chicas antes.

—¡Lo intenté! Pero incluso algunos profesores no estaban del todo seguros del rendimiento del club.

Amane suspiro una última vez antes de acercarse a Rengoku y darle un pequeño beso en la mejilla a modo de despedida. Claro que aquello no tenía segundas intenciones, no pensaba en aquello en ese momento y lo único que deseaba era llegar a casa para dormir lo antes posible.

—¡Hay una cafetería nueva cerca de aquí! Me preguntaba si te gustaría ir conmigo a ver que tal.

Para los ojos de Amane, la sonrisa que ahora mostraba Rengoku era una totalmente distinta a la que siempre muestra a los demas, aunque para muchos se viese de la misma forma.

—Me gustaría, ¿Vamos mañana?

Intentaba que sus nervios no fuesen notorios... No deseaba verse como el resto de chicas que se encuentran enamoradas del presidente del consejo estudiantil.... Una mas que le llenan el casillero con un montón de cartas de amor y que Rengoku se da el tiempo de leer cada una de ellas durante sus recesos o en su tiempo libre.

—Eso mismo estaba pensando, ¡Entonces ya está acordado! Si gustas puedo acompañarte a casa.

Amane no pudo evitar que el color rojo se apoderara de sus mejillas, era algo que jamás se le había pasado por la cabeza y no sabía que responder en ese momento.

Rengoku ladeo ligeramente su cabeza en espera de alguna respuesta de parte de ella, ¿Acaso había dicho algo extraño o no debió decir aquello?

—No quiero causarte problemas...

—¡No es ningún problema!

Asintió con algo de nervios para luego salir del salón lo antes posible. Comenzó a respirar un poco más lento, en busca de eliminar de una vez por todas de su nerviosismo y poder entablar una conversación normal, lo mejor que podía hacer era aprovechar aquella situación para así poder conocerlo un poco más.

O eso creía....

Durante todo el camino no dijeron ni una sola palabra, lo cual dejaba un gran sentimiento de nervios en Amane y con ganas de golpear su cabeza en lo más cercano posible.

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Gran parte del día Amane se mantuvo ansiosa, con ganas de que las clases terminaran lo antes posible y Koemi la miraba con algo de gracia después de haberse enterado del motivo de exaltación de la peliazul

Rengoku fue de forma directa ante la vista de todos al salón para buscarla y que no se olvidará de la salida que iban a tener.

Recogió sus cosas lo antes posible para comenzar a caminar a su lado y en uno de los tantos pasillos pudo verla, a aquella mujer que siempre le deja nerviosa...

—Espero que tengas una buena tarde presidente.

La de cabellos turquesas, ahora sujetados en una larga trenza le sonreía con calma mientras se acomodaba sus lentes.

—Esperó lo mismo para ti Ness.

Amane los miraba confundida, se suponía que solo ella podía verla.... solo a ella la atormentaría.

—Oh, ella de vez en cuando viene a ayudar al consejo, es una buena persona.

Intentó olvidar aquello mientras caminaban a la cafetería, no quería que nada arruinara aquella salida con él.

Buscaron una mesa cómoda junto a la ventana para así estar más relajados, así quizás la conversación podría fluir un poco mejor y más cómoda.

Al principio la charla iba bastante lenta, ambos se sentían algo nerviosos al estar más cerca de lo normal.... Algo que pasaba primera vez fuera de la escuela.

—¿Por qué me invitaste a venir aquí?

Los dedos de ella se movían sobre la mesa con algo de nerviosismo, pero emitían un sonido rítmico que para algunos podría llegar a ser molesto, pero por suerte a Rengoku le agradaba aquello.

—Quizás te imaginaras.... No poseo demasiado tiempo al ser presidente para estudiar del todo y algunas materias se me complican un poco.

Comenzó a rascarse un poco la cabeza al mismo tiempo que desviaba su mirada hacia otro punto de la cafetería para evitar el contacto visual con la joven.

—Espero poder ser de ayuda.

Una ligera sonrisa se dibujo en el rostro de ambos y volvieron a buscar la mirada del otro olvidando todo lo que estaba a su alrededor.

La peliazul se encontraba feliz, esto era algo que deseaba poder vivir hace tiempo.... Poder conocerlo mucho mejor y quizás ser amigos....

—¡Te agradezco mucho que aceptes!

—Después de clases podemos quedarnos en la biblioteca de la escuela o ir a otro lugar.

—Si no tienes problema podemos ir a mi casa, así estaríamos más cómodos y tendríamos algunos bocadillos.

Asintió en silencio procesando todo aquello... Algo que no imaginaba que iba a suceder.

Quizás ahora las cosas iban a mejorar un poco.

Pero estaba bastante equivocada...

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