𝙄𝙄. 𝙏𝙝𝙚 𝙃𝙤𝙧𝙧𝙤𝙧

237 34 13
                                    

Dedicado a cuentax21

     No recordaba con precisión el momento justo en que fue consciente de su existencia en el Taebak, ni siquiera supo el nombre del lugar santo hasta bastante tiempo después, y de hecho, tampoco pudo contabilizar qué periodo fue exactamente aquel...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

     No recordaba con precisión el momento justo en que fue consciente de su existencia en el Taebak, ni siquiera supo el nombre del lugar santo hasta bastante tiempo después, y de hecho, tampoco pudo contabilizar qué periodo fue exactamente aquel, porque no había lugar para exageraciones si trataba de dejar en claro que al inicio, de verdad estuvo muchísimo más que perdido. 

Si bien era cierto, los seres de su clase o especie —ni siquiera con su exorbitantemente extensa edad sabía aún cómo catalogarlos—, no venían al mundo como una versión con menos capacidades de las que tendrían en una etapa madura que ya era predeterminada desde su llegada, a diferencia de los humanos, todavía guardaban ciertas similitudes. 

Como aprender todo desde cero. 

Aunque en su caso, quién sabe si por sus poderes y habilidades divinas, era muchísimo más rápido y sencillo. Los seres celestiales concebían por sí mismos cuál era su propósito, y no era tan complicado de todas maneras, si cada quien comprendía qué don tenía luego del desconcertante comienzo.

A excepción claro, de Seokjin.

Pero ese no era un tema para detenerse a analizar en su situación actual, y el hecho de que le irritara recordar su debilidad a partir de la más mínima cosa que le ocurría, no tenía mucho que ver. Al menos no esta vez.

Bien, que viese imposible el poder escapar de sus ataduras justo ahora podía ser una justificación razonable para que regresara al momento en que descubrió que sus divinos poderes nunca le serían de mucha utilidad, pero su propósito principal para volver mentalmente en el tiempo no fue aquel, en absoluto. 

De hecho, allí sintiendo la áspera corteza de un árbol perteneciente a un planeta cuyo nombre no recordaba —pero tenía que señalar que la textura no era para nada agradable—, quiso aprovechar para atar una conexión al pasado, con tal de reír un poco. 

Porque no tenía ningún escenario internalizado, donde hubiese siquiera imaginado que estaría atado durante horas al tronco de una planta pegajosa, en un rincón del inmenso jardín del templo del Sol

Jamás. 

¿Cuán ridícula era la escena, en primer lugar?

Sentía las extremidades entumecidas, y estaba seguro de que su espalda crujiría tan pronto pudiese erguirse naturalmente de nuevo. La cadena que casi se había hecho una con su piel para este punto, permanecía sujetándole con una presión que, si fuese mortal con un cuerpo frágil de mortal —aunque el suyo como dios tampoco fuera especialmente fuerte ni sólidamente rígido—, le habría roto los huesos. 

A Seokjin le habría encantado decir que no entendía la brutalidad y el sadismo con el que procedía el guerrero que había conocido hacía menos de dos semanas para cada acción que realizaba, pero no era el caso.

𝙏𝙃𝙀 𝙎𝙐𝙉'𝙎 𝙒𝘼𝙍𝙍𝙄𝙊𝙍 ; 𝘒𝘰𝘰𝘬𝘫𝘪𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora