𝙑. 𝙏𝙝𝙚 𝙀𝙢𝙚𝙧𝙜𝙞𝙣𝙜 𝘿𝙚𝙨𝙞𝙧𝙚

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     Nunca se arrepentía de sus acciones, si bien era cierto no tenía fama de ser prudente ni sensato, aunque sus aventuras se limitaran a las fronteras del Taebak, pero aun viéndose atrapado y siendo juzgado, Seokjin jamás se amilanaba

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     Nunca se arrepentía de sus acciones, si bien era cierto no tenía fama de ser prudente ni sensato, aunque sus aventuras se limitaran a las fronteras del Taebak, pero aun viéndose atrapado y siendo juzgado, Seokjin jamás se amilanaba.

Las razones para verse perdido en su situación actual eran numerosas y todas válidas, mas de igual manera no se sentía justificado en absoluto justamente por cómo había sido siempre en el pasado, aunque tal etapa no se remontara hasta hacía más de algunos días.

Tanto era el desconcierto por sí mismo, por cada reacción suya y por su propio actuar, que el no poder dedicar un tiempo a meditar sobre ello ya que obviamente aún se sentía amenazado, le provocaba una frustración que le vencía a cualquier otra emoción de enojo y cólera.

Al menos por el momento.

Se encontró deseando escapar cada vez con más fervor, y al mismo tiempo, lamentándose porque fuese así.

¿Desde cuándo se permitía ser tan débil?

O mejor dicho, ¿desde cuándo se permitía mostrarlo?

La necesidad de descifrar porqué aquella vieja faceta suya que tanto había odiado, parecía ser llamada a salir ante la sencilla amenaza y porte intimidante del guerrero, sumada a cada emoción negativa surgiendo dentro suyo a raíz de toda la situación en sí, pronto le estaba llegando a vencer.

Su vida siempre había sido buena, y es que era ridículo siquiera imaginar que no lo sería siendo que él era por supuesto, un ser de por sí perfecto.

Sonrió de lado, en una mueca amarga.

Quizá sí era todo lo que el guerrero le había dicho. Era ingenuo y estúpido, lo era si había olvidado que, de todas las deidades, él particularmente como dios de la luna, tenía que ser distinto.

No era perfecto, y aquella característica estaba en su naturaleza celestial, aunque prefiriera ignorarla antes que odiarla.

Sin embargo era consciente de ella, y le parecía increíble que a pesar de siempre haber estado más que bien en la tierra santa, por un solo incidente ya no quisiera volver a pisarla.

Nunca había querido huir tanto.

Nunca había querido huir, para empezar.

No quería cuestionarse cosas que ya había superado, no por alguien que evidentemente no sabía cuánto le estaba afectando en todos los sentidos.

Era decir, era obvio que el guerrero no tenía idea, ¿verdad?

Se lo decía esa sonrisa abierta, gigantesca y quizá en cualquier otro contexto y realidad, hermosa, opacando el resto de rasgos duros del guerrero del Sol.

Podría concentrarse en él y dejar pasar los muchos otros conflictos que había abierto a debate por su culpa.

Podría ignorar todo y dedicarse a permitir que el tiempo pasara, esperando que la mala señal que la expresión del otro denotaba, incluso si esta por un momento se las había arreglado para relajar sus músculos y disipar un poco su propio enfado, dejara de implicar que estaba ante un peligro inminente.

𝙏𝙃𝙀 𝙎𝙐𝙉'𝙎 𝙒𝘼𝙍𝙍𝙄𝙊𝙍 ; 𝘒𝘰𝘰𝘬𝘫𝘪𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora