𝙑𝙄𝙄𝙄. 𝙏𝙝𝙚 𝘾𝙤𝙡𝙞𝙩𝙞𝙤𝙣

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     Todavía no estaba acostumbrado a justificarse consigo mismo todo el tiempo para cada acción repentina y absurda suya antes de haber pensado lo suficiente, pero era precisamente debido a eso que luego debía darse explicaciones para no juzgarse...

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     Todavía no estaba acostumbrado a justificarse consigo mismo todo el tiempo para cada acción repentina y absurda suya antes de haber pensado lo suficiente, pero era precisamente debido a eso que luego debía darse explicaciones para no juzgarse de manera tan estricta, ¿no?

Aunque no pudiese evitar hacerlo. Finalmente, con el transcurrir de los días el estado de su mente nada más parecía empeorar, como si su imprudencia se desbordara y su estupidez no conociera fin.

Lo más extraño y desalentador de ello era que lo sabía, y seguía actuando de la misma forma a voluntad, ¿quién lo hubiese imaginado?

No era un dios sensato, jamás lo había sido y definitivamente no debería sentirse culpable ante la tentativa mirada de los demás, porque no había mayores expectativas sobre su persona como para tratarle mal o con desdén por su proceder, y claramente estaba andando solo justo ahora, pero de todos modos...

Era como si necesitara justamente eso, de alguien que le retuviera con palabras de regaño, alguien condescendiente e irritado, sin temor a decirle que estaba buscando su propio fin al pasar como si nada al mundo mortal con su propio cuerpo.

Siguiendo al mayor de sus problemas, causa de conflictos internos y provocador de cuestionamientos ridículos e inapropiados para una deidad como él.

Siguiéndole de nuevo sin motivo alguno, apenas poco tiempo después de su último encuentro, como si no pudiese soportar estar lejos de él lo suficiente.

¡Tan incorrecto! Ni siquiera podía hallar una razón —¡una sola!— por la que estaría bien haber comenzado a andar sobre el frío altiplano cubierto de corto césped amarillento quemado por la helada como si no pudiese estar un millón de veces más cómodo en sus propios aposentos en la tierra santa.

Pero de igual manera allí estaba, andando sin la intención de esconderse siquiera entre las precarias construcciones de barro y paja de la aldea humana que presumía, debía estar abandonada porque llevaba un buen rato allí y no había sentido ni un alma cerca.

Ninguna además de la del guerrero que se movía más, mucho más adelante, hasta casi ser una figura borrosa en el horizonte.

De modo que Seokjin no podía usar la excusa de estar allí para proteger a los humanos, porque siendo honesto no tenía las habilidades para hacerlo, e incluso más evidente; porque no habían humanos allí.

Por lo que el hecho de haberse escabullido hasta aquel lugar luego de ver a Jungkook desvanecerse del Taebak peligrosamente cerca al amanecer, no tenía ningún sentido.

Al comienzo, se dijo que por el momento del día apenas iniciando, el ex humano debía estar dirigiéndose al mundo mortal para atender el llamado del Sol, y aún si era ridículo en la ambigüedad de su pobre especulación, Seokjin se dijo que le daría fin a sus problemas si tan solo pudiese conocer a la causa de su amor de una vez por todas.

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⏰ Última actualización: Jul 26 ⏰

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𝙏𝙃𝙀 𝙎𝙐𝙉'𝙎 𝙒𝘼𝙍𝙍𝙄𝙊𝙍 ; 𝘒𝘰𝘰𝘬𝘫𝘪𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora