La mañana y su calor, naranja intenso sobre los parpados de miel y las plumas estáticas sobre el cuarto.
La mirada sobre el vidrio empapado y el agua flameante en la cocina.
Soledad que añoras y repudias en busca de aquellas llaves que mantienen los barrotes. Agitas las alas, tintas el brebaje y comienzas desde cero.
Una vuelta y un canto entre los oídos, un método de liberación y un amor que crees mantener a flote.
La manecilla del reloj danzando en su viaje y la piel ardiendo por una nueva imagen.
Suavidad blanca bajo prejuicios internos.
La punta de los dedos rozando en donde se ahoga el canario.
Tu matiz buscando nuevos en las alturas, por sobre el espejo del té que te sumerge bajo su color.
Falta de aire, sofoca tu vida, confusión y conocimiento sobre la mesa.
Giras la cuchara sobre las grietas que definen el sabor de esos labios que nadie ha probado.
La plata de noche y el cobre que sobresale tras los viajes de dos horas.
Cortas el hilo que te mantiene a flote, dejas la etiqueta en el costado y las plumas comienzan a marchitarse.
Los árboles te rinden culto, las flores borran su sonrisa,
el color se destiñe en la dirección que caminas, y lo sabes indiscutiblemente.
El sonido en tu espalda color violeta, rasguños felinos en tus manos de brisa marina
y la alarma de vapor avisando la hora esperada.
Hojas flotan sobre el líquido y escribes sobre la madera.
La uña del índice aún guarda aquel recuerdo.
Lágrimas que solo tú puedes ver, que solo tú logras escuchar.
Sal que recorre de tu mejilla y azúcar atada al cuello. Esencia de primavera teñida en granos de café. Un sorbo tibio, ojos sobre la hierba que bebes y el susurro de las sombras que esperan verte bien.
Tu canto roza a quienes te conocen y al fin, oídos que aprecian tu vuelo constante. Tu talón despide la jaula y dibujas sobre los lamentos que ríen tras tu llegada.
De un canario negro con ojos ocultos en el silencio.
De águilas bicolores con cintas en su boca.
Una paloma que toca las nubes y comienza a llover.
Vuela ave atada sobre las aguas, quema las hojas, danza sobre la angustia. Corta las lenguas que te impiden escucharte.
Vive y descansa en la tinta que te pinta canela.
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Cantos de un corazón fragmentado
RandomLas voces de las sirenas recurren a mis dedos. Cuentos, relatos y poemas. Todos independientes el uno del otro y, a la vez, tocando temas similares entre sí. Cantos de un corazón fragmentado es la segunda recopilación de cuentos y prosas que comien...