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[Taller sorpresa]

No había podido dormir nada en toda la noche por la emoción.

¡Pasaría el día entero con Nyx!

Como no podía dormir, estuve haciendo un par de cosas para matar el tiempo. Como por ejemplo, escribí en el libro que Nyx me regaló para mi cumpleaños. Hasta ese momento casi no lo había tocado. En él escribí un par de momentos divertidos que tuve estos días, mi cumpleaños, la visita del abuelo Hugo, la competencia en skate con Nyx etc.

También hice unos dibujitos intentando representar los momentos, como no tenía fotos esa es la única forma que encontré. 

Por cierto, me quedaron muy bonitos.

Después estuve eligiendo la ropa que me pondría, al final elegí unos vaqueros holgados negros con un saco gris muy abrigado. Unas simple zapatillas en forma de botas y ya. Simple pero efectivo.

Había dejado todo preparado, en sólo unas dos horas llegaría Nyx a recogerme, eso habíamos planeado ayer antes de dejarla en su casa. Mientras caminábamos en silencio, el cielo se estaba por anochecer, y un frío viento nos abrazaba. 

En ese momento, sentía que no hacían falta las palabras, me sentí cómodo junto a ella.

Ahora mismo estaba preparando café, no quería estar todo el día con sueño y no poder disfrutar nada. Apoyado en la mesada esperando el café, estoy revisando las notificaciones de mi celular.

Mejor dicho, estoy revisando las no notificaciones de mi celular, porque no tenía una sola mísera notificación.

Que triste.

Tristemente patético, Pancracio. 

El sonido de la cafetera avisando me que el café ya estaba hecho hizo que dejase mi teléfono en la mesada. Me serví el café en mi taza favorita de Spiderman sin echarle nada.

Me gusta el café amargo, siempre lo tuve que tomar así. Mientras daba pequeños sorbos a la taza, miré el reloj que permanecía en mi muñeca.

¡Faltaba media hora!

¿En qué momento pasó tan rápido el tiempo que ni cuenta me di?

Rápidamente tomé el café lo más que pude y salí corriendo hacia mi habitación para vestirme. Me puse los vaqueros a toda velocidad, casi me caigo al suelo por eso. Tomé las zapatillas y las coloqué en mis pies. Una camiseta cualquiera y finalmente el abrigo.

En el espejo de mi habitación me acomode un poco el cabello intentando encontrar una forma en el que se vea lindo. Las largas ojeras seguían ahí, sin querer irse. Ya estaba acostumbrado a ellas.

Una vez ya listo miré nuevamente el reloj de mi muñeca y solamente faltaban cinco minutos. Oh por dios, creo que me desmayaré.

Me paré frente a la puerta practicando como la saludaría, no quiero pasar la misma vergüenza que paso siempre por tartamudear.

Toc toc

Oh por dios. Ya llegó.

Carraspeé mi garganta antes de tomar el manubrio de la puerta y así abrirla de una vez por todas. La chica pelinegra de ojos grises estaba parada frente a mí con una gran sonrisa.

 Sin darme cuenta imité su tan hermosa sonrisa, era inevitable no hacerlo.

—Hola Nyx, ¿C-cómo has estado?

—¡Buenos días, rubio! Hoy estoy excelente, ¿Y tú?—respondió con entusiasmo.

—Ahora que te veo, estoy muy bien.—contesté, su sonrisa se agrandó ante mi respuesta—¿A dónde iremos?

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⏰ Última actualización: Jul 08, 2022 ⏰

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La soledad del inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora