Trece.

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El olor de la sangre me tenía asqueada, sentía que mi cabeza daba vueltas mientras escuchaba gritos y disparos por todos lados, mi mirada estaba perdida mientras me preguntaba en qué momento había pasado todo esto

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El olor de la sangre me tenía asqueada, sentía que mi cabeza daba vueltas mientras escuchaba gritos y disparos por todos lados, mi mirada estaba perdida mientras me preguntaba en qué momento había pasado todo esto.

Ni siquiera sabía dónde estaba Kenia, escupí la sangre que tenía en la boca buscando aire, sentía mi alrededor muy lejano a mi, aún cuando tenía varios hombres sobre mi cuerpo, golpes, gritos, cortes, todo. Pero ni siquiera era capaz de diferenciar mi dolor con mi locura.

¿Era un sueño? No... No, más bien; ¿Era una pesadilla? No.

Al escupir pude ver el rostro de aquel hombre bañado en mi propia sangre y me quise reír ante su mueca de asco y enojo, estaba dopada, ni siquiera sentía mi cuerpo por lo cual cuando me dio otra bofetada no movió nada en mi interior. En mi mente solo rondaba el rostro de Kenia, cuando la arrebataron de mi lado estaba consciente, Marta y Michelle no tardaron en llegar con sus hombres pero fue muy tarde para mí o mi novia, nos habían subido a unos autos y no tardaron en ponerme un paño con alguna sustancia para adormecerme. Quería llorar pero no encontraba el motivo adecuado para hacerlo, como dije, no sentía nada. Pero la preocupación empezó a ganarme.

¿Dónde está Kenia?

Esa era la única pregunta que pasaba por mi mente como también el "¿Eloísa está bien?" No lo sabía, esperaba que sí, Kenia moriría de tristeza si algo le pasaba a su hermana menor, no soportaría tanto dolor y yo tampoco, verla sufrir me destruye. Odio verla sufrir.

Pude ver cómo me tomaban de los hombros y me movían con fuerza, mi cabeza rebotó contra el suelo haciendo que por mí una pizca de dolor invadiera todo mi ser, jadee. ¿Iba a morir? Quizá, no lo sabía pero algo tenía muy claro, me arrepentía con toda mi alma el no haberlo matado, en no haberle cortado las pelotas cuanto tuve la oportunidad, ahora todo giraba en mi odio hacia ese ser tan repugnante.

¿Había alguna persona en el mundo que realmente lo quisiera? Lo dudaba, él ni siquiera merecía ser amado.

Y no podía parar de culparme, no dejaban de cruzar las imágenes de Kenia mirándome con enojo al no permitirle matarlo, me lo dijo, me dijo que si no lo matábamos el volvería a joder y yo no le preste atención, le di el beneficio de la duda y ahora mismo Kenia no estaba mi lado y yo estaba en el suelo siendo golpeada por un par de hombres mientras el que en algún momento de mi vida fue mi novio me miraba con una sonrisa burlona sobre sus asquerosos labios.

Una vez más mi cráneo goleó el suelo esta vez volví del todo a la realidad sintiendo cada parte de mi cuerpo adolorida, una patada en el estómago me hizo querer gritar pero el golpe en la cabeza me tenía inmóvil, busqué con la mirada a ese ser que lograba alegrar mis días con tan solo su existencia pero no había rastros de ella y eso me estaba doliendo mucho más que mis huesos rotos y las heridas abiertas.

La risa de Juan hizo que lo mirará, caminó hacia mi y tomó mi mentón mientras sonreía; -¿Buscas a alguien, Kimberly?- dijo con esa típica suficiencia que juraba que tenía- Lamento ser yo quien tenga que darte esta dura noticia pero tu novia murió.

Negué, porque podía sentirlo... Ella no estaba muerta, me negaba a aceptarlo jamás podría aceptar aquella opción. Él agarró con más fuerza mi mentón y sonrió una vez más.

-Mis hombres se divirtieron un poco con ella y luego dos tiros en la cabeza y otro más en su cuerpo acabaron con su vida, su innecesaria vida- dijo con tanta tranquilidad que lo único que pude hacer fue vomitar encima de él recibiendo mil insultos y maldiciones, más golpes, más gritos, pero nada me dolía.

¿Kenia estaba muerta?

¿Mi Kenia estaba muerta? No, no no no no.

Las lágrimas salían de mis ojos sin piedad, mis gritos ni siquiera eran por los golpes sino por el dolor de saber que no volvería a ver a la persona que amaba, no podía dejar de repetir cada momento junto a ella, el dolor de verla en coma por un tiempo y el como al despertar lo único que pudo decirme es que vivió un paraíso en sus sueños con esa sonrisa coqueta, la había perdido y ni siquiera pude abrazarla.

Perdí a mi Kenia y ni siquiera pude decirle mi último adiós en un beso el cual pudiera mostrarle lo mucho que la amaba.

Y entonces mientras gritaba por mi pena y dolor, solo pude pensar en una cosa, mataría a ese maldito perro indeseable.

Y entonces mientras gritaba por mi pena y dolor, solo pude pensar en una cosa, mataría a ese maldito perro indeseable

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Feliz de poder decir que falta un capítulo para que termine esta historia<3

Creo que hacer esta novela para puro meme se me salió de las manos, no pensé que a algunas personas les llegaría a gustar. Ni mucho menos que otras me pidieran que hiciera una de Kenia x Juan (que pedo, que pedoooo)

E🥀

𝐄𝐬𝐜𝐫𝐢́𝐛𝐞𝐦𝐞. [𝐊𝐞𝐧𝐢𝐚 𝐗 𝐊𝐢𝐦𝐛𝐞𝐫𝐥𝐲] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora