Capítulo 4: Sin fuego, no hay humo.

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➢ Jiang Cheng hace cosas que el mundo no entiende, pero sigue cavando su propia tumba.

En Lotus Pier, los días volvieron a la calma

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En Lotus Pier, los días volvieron a la calma. En los tres meses posteriores a la partida de Lan XiChen, las heridas de Jiang Cheng se curaron, Jin Ling aprendió gradualmente a no venir cada pocos días para causar estragos, y ningún mal se estaba gestando en el mundo del cultivo. Incluso el infame Patriarca YiLing no lo visitaba con tanta frecuencia como solía hacerlo.

La paz a menudo genera aburrimiento, ¿y qué mejor manera de combatir el aburrimiento que un rumor?

Los mensajeros cercanos a Jiang Cheng comenzaron a observar un fenómeno extraño. Cada tres o cuatro días, llegaba una carta de GuSu dirigida a "WanYin" con una hermosa letra, lloviera o hiciera sol, Jiang Cheng nunca permitía que nadie entrara a su estudio mientras las leía. Escribiría una respuesta rápida en un sobre sin marcar a GuSu en paloma, nunca más larga que una hoja de papel, pero estaría muy animado durante los próximos dos días. Al tercer día, se irritaba y volvía a estar de buen humor después de que llegaba otra carta. Nunca quemó las cartas, ya que era pleno verano (sin brasas) y nunca se limpiaron las cenizas de debajo de sus velas, pero nadie pudo encontrarlas. ¿De quién eran las cartas?

Los susurros en Lotus Pier se extendieron como llamas crepitantes en un pajar. Los discípulos aprendieron que cualquier mala noticia que le dieran a su maestro después de un "día de cartas" ganarían menos de su ira, pero las entregadas en papel antes de un "día de cartas" ganarían el doble de castigo. Las conjeturas salvajes llegaron poco después. Se hicieron apuestas de dinero y se pusieron en marcha estratagemas tortuosas para averiguarlo. La revelación solo se produjo después de que algunos jóvenes discípulos colaboraron y fingieron prender fuego a la armería inmediatamente después de que Jiang Cheng recibió una carta un día, sacándolo de su habitación. Jiang Cheng había metido la carta en su túnica a toda prisa y dejó la última página en el suelo. Una criada cómplice que sabía leer se coló en su estudio y leyó la firma en la página del suelo.

"Lan Huan".

El mundo del cultivo estalló en chismes. Las chicas que apostaron por Lan XiChen como escritor de cartas recuperaron su dinero por cien. La mayoría de los hombres en YunMeng habían hecho grandes apuestas en una discípula de GuSu Lan después de observar el humor alegre y la naturaleza reservada de Jiang Cheng, por lo que ventilaron sus frustraciones con los cultivadores de otros clanes en las misiones.

Una vez que la noticia de que los Líderes de la Secta GuSu Lan y YunMeng Jiang estaban intercambiando cartas secretas se extendió a LanLing Jin, los ancianos de la Secta Jin comenzaron a entrar en pánico una vez más.

Jin Ling no sabía nada de la existencia de las cartas, sin importar el contenido. Los ancianos vieron esto como evidencia directa de que Lan XiChen había reemplazado a Jin Ling como la persona más cercana a su poderoso aliado, el Líder de la Secta Jiang, y que iba a ocurrir un cambio de poder a favor de la Secta GuSu Lan. Debido a que la Secta GuSu Lan casi no sufrió pérdidas bajo el gobierno de Jin GuangYao (sin mencionar que Lan XiChen mató al propio Jin GuangYao), GuSu Lan se convirtió rápidamente en la secta más poderosa de la noche a la mañana después de la muerte de Jin GuangYao. Si bien Lan XiChen muestra una neutralidad absoluta en las reuniones de la secta, hacer que susurre cosas malas sobre ellos al oído de Jiang Cheng podría tener el potencial de devastar a la frágil Secta Jin. Con las sectas GuSu Lan y YunMeng Jiang a la cabeza, casi no tomaría ningún esfuerzo poner a toda la Secta LanLing Jin bajo una tutela forzosa hasta que Jin Ling fuera considerado apto para ser líder, y luego disolverla por completo. Jin Ling no sufriría ningún daño ya que Jiang Cheng indudablemente lo adoraba como sobrino, incluso puede convertirse en el heredero de Lotus Pier, pero todos los discípulos de la Secta Jin pueden sufrir el mismo destino que los Wen.

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