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Casi tuvo que amarrar a JiSung en el sofá para que no se levantara

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Casi tuvo que amarrar a JiSung en el sofá para que no se levantara. Pero por suerte al decirle: "Si no te gusta lo que voy a hacer, volveré a ser el JeongIn adorable e inocente".

JiSung había aceptado, pero la verdad es que no estaba muy confiado en que no le gustaría. Es decir, ¡Él no es tonto! Sabe que su JeongIn tiene un cuerpo expectacular y de solo observarle caminar con aquel trasero, ya le provocaba mil y una sensación en su parte baja.

Tragó saliva algo nervioso, su novio se había ido unos minutos antes a la habitación, y aún no regresaba. Podía sentir un poco de ruido, como si estuviera buscando algo, pero todavía no descifraba que ocurriria después.

Hasta que la puerta se abrió lentamente. Miró hacía ahí rapidamente, tragando toda la saliva que había en su boca al ver como su novio comenzaba a salir del cuarto.

Primero observó sus piernas palidas y hermosas, completamente al descubierto y sus pies descalzos, luego se fijó en su cuerpo, llevaba una bata corta, de color roja casi transaprente. Su entrepierna era cubierta por unas bragas del mismo color de la bata, algo transparentes igual, que de seguro era un hilo dental. En su pecho, llevaba un sujetador -si se podía llamar así- que solo rodeaba el borde de cada pecho, mostrando así sus pezones. Su cabello estaba bastante alborotado, y se había puesto un lapiz labial que le estaba provocando muchísimo.

A JiSung se le puso dura de solo verle.

──Hagamos algo... ──propuso JeongIn, parándose frente a JiSung, a un metro y medio de distancia aproximadamente. ──Yo te daré mi regalo... pero no te puedes tocar, si te tocas, es significa que nos quedaremos de esta forma... y mi personalidad de niño infantil quedará en el olvido.

El mártir tragó saliva, pero terminó asintiendo. ¿Qué tan difícil sería aguantar unos minutos?

──Entonces comenzaré...daddy~

Un fuerte espasmo se hizo presente en la entrepierna de JiSung. No podía creer, que solo con una palabra, ya se sintiera excitado.

JeongIn cambió su rostro completamente, a uno bastante caliente, mientras mordía sus labios con desespero. Se quitó la bata lentamente, dando mayor vista a su cuerpo.

JiSung siempre supo que su novio tenía un cuerpo espectacular, pero hasta ese momento no se dió cuenta de lo caliente que era. Aquella cintura al descubierto, aquel cuerpo pálido y tan delicioso a su merced... definitivamente se volvería loco.

JeongIn comenzó a mover su cuerpo lentamente, pasando sus manos por este, provocando a su novio. Se dió la vuelta, y apoyó su cuerpo contra la mesita que había ahí, dando a JiSung y una vista espectacular de su redondo y pálido trasero. Y como este había imaginado, era un hilo dental.

El pelinegro tragó la saliva nuevamente al notar como este jugaba con el delgado cordel que ocultaba su agujero. Al final, JeongIn agarró delicadamente aquella prenda, por ambos extremos de su cadera, deslizandola por sus lindas piernas.

El miembro de JiSung se apretó en sus pantalones. Hacía mucho tiempo en que no tenía intimidad con su pareja, no podía evitar sus instintos, aún así evitó tocarse, no perdería aquel juego y tendría a su lindo bebé de vuelta. Porque eso era lo que quería... ¿no?

──H-Hyung... ──se posicionó de una forma, en que pellizcaba uno de sus pezones, mientras acercaba sus dedos a su entrada.

──No... no hagas eso... ──murmuró, si JeongIn comenzaba a auto darse placer... podría venirse sin nisiquiera tocarse, debía aceptar que era tremendamente caliente y le estaba gustando.

──H-Hyung, te necesito... ──JeongIn se autopenetraba con dos dedos, pasando su otra mano por su cuerpo, algo desesperado.

──J-Joder... ──gruñó JiSung algo bajo, su polla dolía, pidiendo atención y él no podía aguantar mucho más. Colocó su mano sobre su entrepierna, suspirando de placer al sentir algo de contacto al fin.

──Perdiste, Hyung... ──habló con maldad, saliendo de la posición en la que estaba, para así acercarse al contrario. ──Ahora ya puedo completar mi regalo...

JeongIn se había arrodillado frente a donde estaba JiSung sentado, haciendo que este quitara la mano de su entrepierna aún cubierta. El menor aprovechó, bajando el cierre de su pantalón y sacando un poco el bóxer de su novio, sacando así su miembro completamente erecto.

Se relamió los labios justo antes de comenzar a jugar con él, lamió el glande varias veces, hasta que dió una gran lamida a todo este. Sintiendo en su lengua las marcadas venas que bombeaban la sangre al miembro.

JiSung gruñía bastante excitado, y no pudo evitar colocar su mano sobre la cabeza de JeongIn, dirigiéndo un poco. Finalmente el último nombrado la metió en su boca, casi completa, haciendo gemir al mayor.

JeongIn también necesitaba darse un poco de atención, así qué usó su mano libre para masturbarse lentamente.

──¿Y si subes y me montas, bebé?

Obviamente quiso hacerlo, así que sacó de su boca el miembro de JiSung, y se subió en sus piernas, alineando el miembro en su entrada. Jadeó mordiendo su labio inferior, al sentir aquel caliente y duro falo presionando su entrada.

──Ah~...Hyung... ──cuando tuvo la mitad dentro, abrazó el cuello de su pareja, para hundirse con más facilidad. JiSung no lo resistió, agarró sus nalgas y lo ayudó a hundirse por completo. Juntó sus labios en un beso desesperado. Sentían que sus bocas quemaban, al haber estado tanto tiempo sin besarse, sin verse. Era desesperante, haber estado tantos tiempos separados, y ahora solo estaban cegados por la lujuria y la excitación. JiSung solo podía pensar con la cabeza de abajo. ──J-JiSung...

──Bebé... ──beso su cuello, dejando leves mordiscos, mientras el menor no paraba de dar saltitos sobre su miembro. ──¿No quieres cambiar de posición?

JeongIn asintió apretando sus labios, y enseguida estuvo boca arriba sobre el sofá, con un JiSung encima suyo, penetrandole con más rapidez y dureza. Se sentía tan bien como había leído en aquellas páginas donde investigó los fetiches de los hombres. Al parecer su ardua búsqueda y entrenamiento dió resultado.

Luego de un rato, el menor gimió fuertemente al tener su orgasmo, seguido por JiSung, que no se lo pensó dos veces antes de venirse en el interior de JeongIn.

──T-Te dije que te iba a gustar... ──dijo el rubio, algo cansado.

──Puede que me haya gustado...solo un poco

En realidad, le encantaba, tanto, como para tener una segunda y tercera ronda por varios lugares del departamento. Y eso fue lo que hicieron, dejando ronco al pobre JeongIn, que sólo quería un poquito de buen sexo.

 Y eso fue lo que hicieron, dejando ronco al pobre JeongIn, que sólo quería un poquito de buen sexo

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👼🏻 : 𝗕𝗨𝗕𝗨? 「 h.js + y.ji 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora