Encontré aquella nota extraña, citar ese poema que tanto me encanta es más que suficiente para acelerar mi corazón.
Me di cuenta que tras toda esa máscara de frialdad, tienes un ardiente corazón romántico.
Reí por lo bajo al verla, esa nota con tu letra, aún no entiendo como no me di cuenta antes que me amabas, en el desperdicio del tiempo que gaste tratando de emparejarte con Mian Mian, hice lento el descubrir y aceptar cuanto te amo.
Aquella tarde tu tío nuevamente te golpeo, culpa de esa fotografía provocativa que te envié.
Extraño verte, ese encierro que te hacen pasar no es humano.
-"¡El honor de nuestra familia, Wanji! ¡Estas destruyendo todo por un don nadie!"
Escuche esa frase mucho en boca de tu tío.
¿Que honor esperan si no dejan que sea leal ni siquera a su propio corazón?
Su actitud cuestionable me aturde y me hace desear querer destruirles, escuche que tu compromiso con la joven de la familia Wen sigue en pie, todos celebran la afortunada futura unión, y yo, yo solo... lloro en silencio recordando tus besos.
Me llene de un montón de dolor, se acumulo en mi pecho haciéndolo arder, me pica la nariz, mis ojos se aguan, solo, yo solo... quiero verte.
Tuve la esperanza aquel día de octubre, que te escaparas y corrieras tras mi, cuando me viste montar el taxi al aeropuerto, no entiendo que de mis cálculos fallo como para que no corrieras tras mio.
Estoy llorando amargamente, me siento muerto, devorado por completo en la tristeza.
Otra vez veo esa nota, y río.
Río y lloro, lloro y río.
Me estoy volviendo loco.
Mi tía dijo que me harían bien una vacaciones, que así se me pasarían los malos tragos...
Los malos tragos...
La verdad solo quiero beber hasta morir ahogado en alcohol.
Quiero estar contigo... tenerte aquí conmigo.
Ayer hable con mi tía, mi primo Cheng estaba llorando al fondo.
-No vas a regresar... nuestro pequeño negocio se ve amenazado, los Lan dijeron que pagaran todos tus gastos en el extranjero, que te quedes allí, que no arruines la boda de Wanji.
¿Qué hago yo sin ti?
Moriré hundido en llanto... y ahora ni siquiera puedo beber. Por tu culpa Wanji.
Más tarde apenas pude hablar con mi prima lo supe todo.
-Amenazaron a nuestros proveedores -dijo ella- adquirieron nuestra deuda con el banco no sé como y dicen que nos quitaran todo si no te mantenemos lejos, escúchame... a él... a él... le dijeron que tú habías vendido su relación, que habías aceptado dinero a cambio de abandonarlo.
Ahora entiendo por qué aquella vez nunca corriste tras mio.
Yo jamas te habría vendido, tú lo sabías, pero te crearon muy bien la mentira.
Estoy dolido aún, Wanji...
Que podía hacer yo sin ti, solo en un país que no conozco... que hacía yo con nuestro bebé que aún no nacía...
Tu tío se entero un par de meses después.
Llego prepotente al pequeño apartamento donde yo me quedaba.
Los guardias hubieron la puerta, me vio, desaliñado, sucio, demacrado y casi loco.
Tomo un maletín de manos de uno de sus acompañantes, lo abrió y me vio.
-Hay suficiente dinero como para que lo pierdas o me lo vendas.
-Mi hijo no es moneda de cambio.
-Por las buenas o por las malas lo tendré. Tú decides.
Escupi sus pies.
Nadie me va a quitar a mi hijo, arrojo el dinero frente mío.
-He pagado -dijo y se fue-.
Cuando tuve a mi bebé recuerdo haberlo escuchado llorar, lo recuerdo muy claramente antes que la anestesia me terminará de dormir.
La doctora dijo que había muerto...
Y parte de mi murió con él.
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La Historia de Un Suicidio.
RandomWei Ying narra día a día cada suceso que pasa antes, durante y después del suicidio que cambio su vida, incluyendo sus remordimientos.