Estuvo vacío un largo periodo de tiempo, a su vez lleno, creo la sensación de la nada y el todo en un parpadeo.
Me siento el malo...
Malo por amar...
Malo por odiar...
También dicen que tengo algo malo... lo que sea que signifique eso.
Hoy no quise comer... otra vez esa mirada de Lan Zhan, como si quisera cambiar algo de mí, como si estuviera cansado.
No quiero bañarme ni salir de la cama.
Ayer trajo a un tipo extraño cuyo nombre no recuerdo, pero me ha dicho que han sido muy buenos conocidos por muchos años, que se lo recomendó algún otro CEO, y que es muy bueno...
-¿No te gustaría dar un paseo?
Un paseo con un desconocido no me suena al mejor plan...
Volví el rostro hacia el lado contrario... todo es tan gris... a veces amarillo, es como si todo se hubiese vuelto limpiamente viejo... me dieron un ultimátum por que quieren "ayudarme"
Haganse un favor y solo denme espacio para respirar...
¿Cuándo volverá mi hijo a mis brazos? Cada vez que lo pienso solo quiero arrancarme la piel de desespero por que regrese.
Lan Zhan vuelve todos los días puntualmente a las 3:42, y como cada ocasión tarda 3 minutos en hablar con el chico y despedirse... abre la puerta de la habitación y con cuidado se dirige a la cama, se queda en un abrazo junto a mí.
-No necesito un niñero...
-No es un niñero, es .....
-No soy tonto, sé lo que esto significa, lo sé perfectamente, no pueden engañarme... ni tú, ni tu hermano, están vigilando cada movimiento mio, ¿Crees que no sé qué también hay cámaras en el baño, que cada centímetro de este lugar está vigilado?
-Es por tu bien.
-Es tu egoísmo.
-Parte de esto es para que puedas estar con nuestro hijo...
-Tú tío jamás nos lo devolverá.
-Es que ya todo esto ........
-Jamás entiendo lo que dices.
Su voz siempre parece hundirse en agua, en la profundidad de algún océano o lo que sea. Es como si el hablara sumergido en el gran mar.
-No necesito un niñero...
Quizá si ahora me preguntarán... querría ese niñero... un joven bondadoso que siempre quería hablar conmigo.
-¡Ya no puede con esto! -escuche a Lan Xi Chen decir- ¡Esto lo enferma también a él!
Ese día no entendía lo que ellos decían, ni por qué estaban peleando. Solo recuerdo a Lan Zhan escondiendo su rostro entre sus manos parecía angustiado.
-No tengo otra opción, ni en nadie en quien pueda confiar, no hay quien lo pueda cuidar...
-Es un niño... hablamos de su padre...
-No, no es así, él no lo ve así...
-Por favor... hay que ser muy tonto... reacciona, dale paz a ambos, envia a Wei Wu Xian al manicomio.
Lan Zhan lo miro con la expresión más confusa, parecía sorprendido, luego ofendido, después lucía incrédulo y por último vino la rabia.
-Es el amor de mi vida.... -dijo lo más calmado posible- ¿como esperas que solo lo deje tirado?
-Él necesita un médico... y si tú no lo haces es lo mismo que dejarlo morir... entiende que hay algo mal en él. Si lo amarás de verdad no serias tan egoísta...
-¿Egoísta yo? Egoístas ustedes y su basura. Él no es el que está mal, son ustedes, siempre lo fueron, dile al tío que ni sueñe con volverme a ver a mi, o a mi hijo o esposo.
-No puedes hacerle eso... su corazón...
-Su corazón no existe... él no tiene algo como eso. Y yo ya estoy cansado de escucharlos, de ahora en adelante nadie se puede meter en mi vida.
Ese día no pude dormir tranquilo, por un momento imagine que todo volvía a ser como cuando yo tenía 15, algo tan bonito como eso ya no sé repetirá.
Lan Zhan esta sentado en el sofá próximo, más dormido que despierto, recuerdo haber tomado su teléfono celular, y tratar de llamar a mi hermano o a quien fuera que pudiera escucharme....
Allí... allí vi esos mensajes.
Esa chica lo alentaba a dejarme en alguna clínica, decía que sería mejor así... que sería mejor para todos.
*Ya no es él mismo* decía *desde que nos casamos todo ha sido un martirio*
Esas palabras dolieron como nunca... yo soy un martirio para ti...
Una extraña sabe más de los sentimientos de mi esposo que yo...
No supe cuando llegue a la playa, pero si note a ese hombre acercarse a mi lentamente.
-¿Estas tan loco que ya no reconoces a nadie?
-¿Quién es usted?
-Jajaja -rio el hombre con ironía- nisiquiera necesito deshacerme de ti, sólo has acabado contigo, ¿sabes que es lo más gracioso? Todos dicen que eres el bueno, que no mereces todo lo que te está pasando... que la injusticia te ha rodeado y que yo soy el despiadado villano malévolo... pero... deberían reconocer que en esta, la vida real, los buenos nunca ganan...
-¿De qué habla?
-Ni teniendolo todo puedes ser feliz... eso está claro, nunca lo vas a ser... siempre seré quien te destruyó, aun ahora, soy tu pesadilla.
-¿De qué habla? ¿Por qué dice eso?
-No lo sé, solo sé que no debiste meterte con mi sobrino, destruirte la perfecta vida que le había planeado... pero nunca serás feliz.
Él siguió riendo y hablando... él profundo vacío en mi pecho me decía que algo andaba mal.
A lo lejos vi corriendo a Lan Zhan con todas sus fuerzas y lo entendí... la única manera en que puedo ser feliz es dejándolo todo, esta ciudad, esta situación, esta vida, este mundo... todo.
De un momento a otro Lan Zhan golpeaba ferozmente al hombre, sus acompañantes intentaban detenerlo, pero nada dio resultado, el hombre se reía, y Lan Zhan lloraba a gritos.
Este mundo me parece ya tan falso e innecesario, que ya no quieto estar aquí.
Esta noche quiero abrazar fuertemente a mi esposo, besar sus labios, dormir a su lado y por la mañana, voy a volar con esta paz.
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La Historia de Un Suicidio.
RandomWei Ying narra día a día cada suceso que pasa antes, durante y después del suicidio que cambio su vida, incluyendo sus remordimientos.