7 Citas de San Valentín

Parque de atracciones

Disclaimer: MARVEL & Disney no nos pertenecen. Sólo los utilizamos para diversión.

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Por msgabrielabueno & Asterie_

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—Ha cambiado mucho desde los cuarentas.

—Pero la diversión no lo ha hecho.

—¿Desde cuándo sabes divertirte?

—Demasiado gracioso para tu propio bien, Rogers —Dijo Natasha palmeando su hombro.

Había logrado convencerlo de una tercera cita. Rogers 1, Romanoff 3. Aunque no era como sí llevara la cuenta de los buenos momentos que habían pasado juntos en esos días. Pasó varias horas reflexionando que hacer después de aquel picnic y decidió que lo mejor era continuar al aire libre.

—¿Necesitaremos entradas?

—Ya tengo todo preparado.

Era medio día y Coney Island los recibía esplendoroso. El parque de atracciones estaba lleno de olores que hacían a Natasha sentir una infancia que nunca habían tenido.

—¿Cuál será nuestra primera parada, señorita?

—Justo aquella —dijo Natasha, apuntando a un edificio maltrecho—. La Casa del Terror.

Steve rodó los ojos, no le sorprendía en lo mas mínimo aquello.

—Vamos, será divertido ver qué pueden hacer con toda la tecnología nueva, aunque no creo que nada nos pueda asustar.

—No te conocía ese lado tan soberbio, Steve.

El soldado soltó una carcajada antes de ofrecerle un brazo a Natasha; quien cruzó el suyo para que comenzaran a caminar. Se iban acostumbrado a las miradas de las personas a su alrededor, incluso a aquellos que tomaban fotografías con los móviles sin importarles en lo más mínimo la privacidad de los Vengadores.

—Te faltan muchas cosas por conocer de mí, Natasha.

—Tomaré eso como otro reto personal.

Se vieron a los ojos, esperando el siguiente desafío pero no llegó. Solamente se llenaron de una calidez desconocida que los hizo ocultar las miradas.

—¿Debemos hacer fila?

—Así es, finalmente...somos simples mortales.

—Dile eso a Thor.

Reían libremente hasta el momento en el que entraron a la primera sala de la casa. Natasha sintió un escalofrío recorrerla al recordar el lobby de la Sala Roja en esa magnifica casona. Casperreó para quitarse la sensación de deja vú y se volvió a Steve.

—Steve...no creo que esta sea una buena idea. Debimos haber ido a otro lado primero, hay demasiada gente.

Era obvio que Natasha estaba buscando excusas para no entrar a ese lugar que solamente oscurecía progresivamente. Las personas se giraban, o gritaban alternadamente, preparándose para lo que iba a salir.

—¿Arrepentida, Romanoff?

—De la cita, jamás.

El soldado sonrió de lado, abrazando a la espía por los hombros mientras caminaban en la casa del terror. Una mano largo y huesuda se extendió frente a ellos, tomando la chamarra de la espía quien se escondió en el pecho de Steve.