Talk me

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Clasificación +17
Sexo, lenguaje inapropiado

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-¿Entonces te gusta este tipo de... cómo lo llamarías? ¿Actos?

-Algo así... ¿Aceptas?

-¿Debes llamarme por todas esas palabras mientras cojemos y al final nos besaremos como si no hubieras insultado hasta a mí tatara abuela?

El hombre miró a un costado, y luego volvió su vista a ella, asintiendo.

-Así es. ¿Qué dices?

-Digo que podemos intentarlo, pero no lo sé, ¿si no estoy cómoda pararas?

-Uh... Claro.- sonrió, sabiendo que eso no era cierto en absoluto. Porque una vez que empezaba con ese fetiche que muchos catalogaban como "extraño" "retorcido" o "sin sentido", él jamás podía parar aún que se lo suplicaran.

-

-¿Te gusta esto perra? ¿Cómo entro en ti tan profundamente y aún así suplicas por más? ¿Eh?

La mujer bajo él gimoteaba y jadeaba todo el tiempo, al parecer sus palabras la habían prendido más de lo que ella pensaba y hasta dejó de importarle.

Él sonreía, porque tenía lo que quería de nuevo. Todas y todos caían cuando les hablaba así de sucio, sin importar cuánto les haya dicho que seguramente no les gustaría eso.

Siempre era así. Iba a tener sexo casual con alguien y planeado o no planeado, la persona siempre pensaba que no le gustaría o le incomodaría ese fetiche que él tenía desde casi siempre, pero después hasta les gustaba más que a él.

El par se echó en la cama exhaustos después de terminar, sonriendo satisfechos.

La femenina se acercó a su mesita de noche y tomó su cartera, de dónde sacó tres billetes, y se los tendió al muchacho.

-Ten. ¿Es suficiente?

-Oh, sé que en ese bar todos se prostituyen de ése modo pero yo no. No hace falta.

-¿Seguro? Son diez mil wones.- movió los billetes frente a él, pero sin embargo éste negó y se levantó comenzando a cambiarse.

-Seguro. Bueno, supongo que hasta nunca. O alguna vez que nos crucemos accidentalmente por ahí.

-Claro, adiós Namjoon.- respondió desinteresada viendo la televisión del cuarto que habían rentado.

El moreno terminó de abrochar su camisa de botones y salió del cuarto acomodando el cuello de ésta, caminando a paso firme por los pasillos con sus lentes de sol puestos para no hacer notar las pequeñas ojeras notables que tenía por prácticamente no dormir en toda la noche, dando una imagen más intimidante.

-Oh, señor Kim, quería darle los papeles que olvidó anoche cuando subía con su... visita.

Claro. Namjoon era el dueño de ese lujoso hotel cuatro estrellas y media, que ahora batallaba por llevarse el puesto uno con cinco estrellas.

Llevaba a todas sus conquistas ahí porque ni borracho las metería a su casa a irrumpir su privacidad, además no quería que vuelvan sabiendo dónde vivía.

-Déjalos por ahí Jimin, tengo cosas que hacer.

-Pero señor Kim yo- Ugh, genial, ya se fué de nuevo.- bufó el muchacho, y volvió a su puesto tras la recepción, escuchando la risa de su compañero que reorganizaba las llaves.

-Sabes que nunca nos presta atención, bebé.

-Lo sé, pero ¿siempre tiene que estar tan ocupado? Además siempre es con sus amantes.- chistó, acomodando los papeles que el hombre debió haberse llevado.- Y no le cuesta llevarse unos papeles, digo ni que pesaran y él tiene esos musculotes que siempre presume.- rodó los ojos, y Taehyung volvió a reír más fuerte.

dirty talk³ © namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora