Me,

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Namjoon observaba con sus finos ojos juzgadores cómo el chico frente a él le rogaba una vez más por su atención, mientras fumaba bajo un pequeño techo de un negocio a varios metros de su hotel, encapuchado por la lluvia con un abrigo bastante grande y protector.

-No cogeremos de nuevo, Seungmin, déjame en paz.

-P-pero Namjoon... Necesito que me pagues por una, una sola cogida.- mostró su dedo índice y vió la mueca que hizo el hombre mirando a un costado.- No te afectará en nada, siempre lo has hecho sin compromisos, ¿porqué ahora ya no quieres nada?

-Porque no, ¿bien? Esos días terminaron, ya te lo dije.

-Te enamoraste... ¿no es así?

-Cállate.- ocultó su barbilla en el corto cuello de su abrigo, y el chico limpió sus lágrimas sonriendo poco.

-Entiendo. También me enamoré hace mucho pero... lo dejé ir. Es bueno que dejes todo esto por esa persona, no lo dejes ir como me pasó a mí.

Namjoon lo miró con los labios entreabiertos, que titiritaban un poco por el frío que aún sentía, y que mediante frías brisas se colaba por pequeños espacios abiertos de su ropa o golpeaba su rostro.

-Lo haré.

Seungmin sonrió de nuevo, y dando un ligero asentimiento como saludo, se retiró yendo bajo la lluvia que disminuía, acompañado de su paraguas negro que se camuflaba entre tanta gente a su alrededor.

Dejó al dueño del hotel pensando. Realmente Namjoon no quería más de esos encuentros casuales que disfrutaba antes, hace un mes que se veía con Seokjin y las cosas iban tan bien con él que no quería arruinarlo para nada. Era muy cuidadoso con todo y su trato con él, lo tenía tratandolo como a la única flor en el desierto, y sabía que lo merecía.

Ambos habían sufrido mucho en el pasado, sabiendo esto por sus charlas nocturnas en la azotea todas las noches de insomnio, en las que miraban las estrellas y él se atrevía a besarlo dulcemente, dejando un bonito rojo en las mejillas que empezaba a adorar.

Soltó un suspiro soñador que hizo humo en el aire, y desapareció a los pocos segundos. Sonrió tontamente y tiró el pitillo al suelo pisándolo con su bota en medio del agua.

Comenzó a caminar de vuelta al hotel, sabiendo que para esa hora Jin seguramente no había vuelto de su trabajo, pero aún así quería un lugar caliente, así que se refugiaría en la chimenea con sillones del lobby.

Al llegar y entrar sintiendo lo cálido de nuevo, encontró a Jimin y Taehyung en sus puestos, discutiendo como siempre, y negando en un suspiro tiró sus llaves al aire como siempre, siendo agarradas por Park sin dejar de hablar y que quitara la vista de su mejor amigo.

Se acercó a los sillones y se sentó en el más largo echándose cansado; la chimenea estaba prendida y creciente, y acercó sus manos a unos metros de ésta para sentir más el calor en sus manos heladas.

-Me encantan los días fríos.- rió una voz a sus espaldas, y su corazón se alborotó enseguida pidiendo expresar sólo una sonrisa que fué correspondida.

-¿Recién vuelves?- cuestionó viendo cómo se sentaba a su lado suspirando. Llevaba un abrigo similar al suyo, pero al quitárselo y dejarlo a un lado admiró cómo el suéter de lana se pegaba perfectamente a su torso plano, y aguantó un suspiro.

-El jefe me dejó salir antes porque no me dí cuenta cuándo fuí el único que estaba en el edificio, todos se fueron o no vinieron por el frío y la lluvia.- rodó los ojos.- Mientras yo me desperté a las seis de la mañana y llegué puntual, ¿puedes creer cómo la gente es tan hija de puta e irresponsable?

dirty talk³ © namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora